Vida alternativa
01/06/2007 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

Reiki El camino de la energía universal

Pocas terapias energéticas gozan de tanta popularidad como el Reiki, una técnica japonesa que fundamenta sus principios en la existencia de una energía universal que, convenientemente canalizada, es capaz de sanar todo tipo de trastornos y operar cambios globales en los seres vivos.

01/06/2007 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
Reiki
El camino de la energía universal
Reiki El camino de la energía universal
Para muchos terapeutas, el reiki es una forma de vida cuyos fundamentos filosóficos coinciden con los que plantea la moderna psicología de autoayuda, de ahí que no deba extrañarnos que sus practicantes y maestros la contemplen como una terapia holística que permite obtener beneficios a nivel físico y psíquico. Gráficamente, el reiki, que toma su nombre de la unión de los vocablos rei –universal– y ki –energía–, podría explicarse como una técnica de transmisión de energía a través de la imposición de manos, pero con una simplificación como ésta no haríamos justicia a su historia y mecanismos. El primer planteamiento que distingue al reiki de otras medicinas energéticas es que el terapeuta reikiano actúa como un canal a través del cual circula la energía universal, es decir, que desempeña el papel de vehículo y vínculo entre la fuente de energía y el paciente. Por lo tanto, no aporta su propia energía vital al proceso de curación, aunque sí es capaz de manejarla a través de procesos mentales, pautas respiratorias, mediante la mirada o, por ejemplo, "especificándola" por medio de la utilización de símbolos que se transfieren a través de la visualización o con gestos manuales. Otra peculiaridad del reiki derivada de su condición de canalizadora es que admite el autotratamiento, a diferencia de otros sistemas de sanación en los que el propio terapeuta no se puede beneficiar de la técnica al manejar su propia energía vital. Una tercera distinción apuntada por los reikianos, de las muchas que se podrían plantear, alude a la manifestación, en niveles avanzados de práctica, de una suerte de "asistencia superior" que, a modo de revelación intuitiva, dirige las sesiones o aporta información determinante.La historia de UsuiEl reiki fue desarrollado en Japón hacia el último tercio del siglo XIX por el médico Mikao Usui. Aunque oficialmente se le presenta como sacerdote católico, recientes descubrimientos apuntan a su condición de monje budista, siendo igualmente objeto de discusión los viajes que le sitúan en Estados Unidos o India, así como la legitimidad de las escuelas que se disputan su condición de sucesoras directas. No obstante, y con independencia de motivos más mundanos, las numerosas escuelas existentes reflejan otra peculiaridad percibida por quienes practican el reiki, según la cual cada reikiano termina personalizando su aplicación, incorporando otras técnicas en función de su propia experiencia vital o de las revelaciones intuitivas antes citadas. Como acertadamente señala el escritor y sensei Johnny De´Carli, "en el reiki se aprende parte con el maestro y parte con la práctica. Y no tiene más práctica en el mundo del reiki el que lleva más tiempo, sino quien más observa". Nacido en 1865, Usui viviría una experiencia mística en el Kuriyama, la montaña sagrada de Tokio a la que se había retirado a meditar y en la que un rayo luminoso le alcanza "despertando" su capacidad sanadora. A partir de ese momento sistematiza la técnica, dedicándose a sanar con éxito y a formar a terapeutas por todo el país, lo que le granjea, a él y a su escuela reiki –Reyoho Gakkai, fundada en 1922– una popularidad y prestigio que le acompañarán hasta el momento de su muerte en 1926. Ninguno de sus tres hijos continuó con su labor, aunque no le han faltado seguidores. De hecho, también sobre este aspecto hay discusión, pues si bien en su propio túmulo funerario se puede leer que formó a más de dos mil maestros, otras fuentes aluden a tan sólo 21, número que aparece de forma recurrente en la biografía del sensei Usui, pues 21 fueron los días que permaneció en Kuriyama y otras tantas parecen ser las técnicas o procedimientos que sistematizó. En su modelo formativo estableció tres niveles; el primero o shoden, que hoy en día capacita como terapeuta manual; el segundo o okuden, que incluye los tratamientos a distancia; y el tercero o shinpiden, equivalente a maestros capacitados para enseñar también reiki.Los cinco principiosEl reiki, como modelo de vida, plantea cinco principios o consejos a partir de los cuales regir la vida y que, obviamente, por si mismos, obran transformaciones importantes en quienes los aplican: no se enfade, no se preocupe, manifieste su agradecimiento, aplíquese en su trabajo y sea amable con los demás.

La puesta en práctica de todos ellos tiene, como es lógico, unos efectos beneficiosos sobre las personas que van más allá de alegrar el ánimo, pues es indiscutible que una actitud positiva fortalece el sistema inmunológico y permite hacen frente con mayor éxito a las patologías. Aunque la imagen clásica de un tratamiento reiki sea la de una imposición de manos, Usui y por supuesto sus continuadores, utilizan la mirada, el hálito, el masaje, la presión con los dedos y otras manipulaciones para incrementar la eficacia del tratamiento, que lo que parecen hacer en esencia es despertar las habilidades autocurativas de los seres humanos. "Todos los seres vivos poseen la capacidad espiritual de la curación, y ya se trate de plantas o animales, pero en los seres humanos esa capacidad se presenta de manera más intensa", explicaba Usui a sus alumnos.

Las 21 técnicas o procedimientos del reiki tradicional japonés más fiel a la corriente de su fundador, presentes en mayor o menor medida en las escuelas que han derivado de la misma, incluyen ejercicios de limpieza energética, técnicas respiratorias, meditaciones, una oración para interiorizar la energía, una suerte de escáner psíquico para "conectar con la línea del dolor" e imposiciones de manos en diferentes lugares, desde los chackras a las zonas concretas donde se focaliza el dolor o la patología. En los casos en los que se aplica a distancia, suele usarse un testigo para facilitar la "conexión".

Una sesión de Reiki no tiene un tiempo prefijado, dándose con frecuencia casos en los que los procesos dolorosos remiten con la primera sesión al cabo de quince o veinte minutos.
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