Mundo futuro
04/07/2018 (17:17 CET) Actualizado: 08/03/2019 (13:04 CET)

El próximo paso para la inmortalidad: digitalizar el cerebro

Vivir para siempre. He aquí uno de los sueños del ser humano. Desde la antigüedad conseguir la llave para ser inmortal ha sido fuente de todo tipo de expediciones, guerras y experimentos. Hoy parece que esa llave podría existir. Y está en Internet. Javier Martín

04/07/2018 (17:17 CET) Actualizado: 08/03/2019 (13:04 CET)
El próximo paso para la inmortalidad: digitalizar el cerebro
El próximo paso para la inmortalidad: digitalizar el cerebro

Sam Altman es un joven empresario, fundador de Y-Combinator, una "fábrica" de start-ups que financia y supone la puerta de entrada al éxito de ideas emprendedoras de corte tecnológico. Firmas como Airbnb o Dropbox pasaron por las manos de su empresa, lo que lo ha convertido en el gran gurú de las nuevas tecnologías a sus poco más de treinta años.

No es de extrañar. Y-Combinator ha situado en el mercado 800 start-ups con un valor de alrededor de 50 billones de dólares. Evidentemente, Sam Altman, a sus poco más de 30 años, es millonario.

Y además de tener bien resueltos sus temas económicos de por vida –es probable que por eso mismo–, Sam Altman es un tipo que pretende renovar el mundo con los avances tecnológicos y solucionar los potenciales problemas que dichos avances pueden provocar en el futuro de la humanidad.

Entre las medidas que ha propuesto recientemente, y defendido con furor, quizá la más polémica haya sido la de implantar una renta básica universal. Es decir, que todo el mundo cobre un sueldo –su propuesta variaba entre los 12.000 y los 15.000 dólares anuales– sin necesidad de hacer nada, sin necesidad de trabajar.

Con ello cree que se podría paliar una situación que observa próxima en el tiempo. La inteligencia artificial y el desarrollo tecnológico en general dejará a millones de personas sin trabajo y generará una clase ociosa con riesgo de empobrecerse de manera brutal. Para Altman, "la fusión entre el hombre y la máquina ya ha comenzado", una unión que prevé positiva, pero con muchos problemas que solucionar.

NUESTRO CEREBRO EN "LA NUBE"
Ahora bien, habría que ver de qué modo es necesaria esta renta básica universal si pudiese cumplirse el último reto que se ha propuesto: ser inmortal… o al menos serlo digitalmente.

Porque Sam apuesta por lograr una inmortalidad que vaya más allá del finito cuerpo humano. Para ello se ha puesto en contacto con Nectome, una compañía que forman varios científicos del Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT), y que afirma que en un futuro no muy lejano será capaz de realizar una copia digital del cerebro que se quedaría alojada en el espacio de almacenamiento virtual que es la "nube".

Altman ha pagado a Nectome 10.000 dólares para que, cuando la tecnología lo permita, desarrolle el procedimiento necesario para digitalizar su cerebro. Una vez que se pueda hacer, éste sería "volcado" en un ordenador. "Asumo que mi cerebro se preservará en la nube", confesó Sam Altman a la revista MIT Technology Review.

Para conseguir esta inmortalidad, el individuo debería estar vivo cuando se produzca el proceso de embalsamamiento de alta tecnología que desarrollará la deseada digitalización. Quién sabe. Quizá dentro de miles de años su cerebro digitalizado pueda seguir disfrutando de ENIGMAS todos los meses.   

Otras formas de inmortalidad tecnológica: 

Ingeniería genética 
Realmente en este caso es exagerado hablar de inmortalidad. Pero lo que es evidente es que, gracias a la ingeniería genética, se podrá alargar la vida extraordinariamente. La identificación de los genes que provocan las enfermedades con más índice de mortalidad, conseguirá acabar con la mayor parte de ellas.

Asimismo, el estudio de los radicales libres, o agentes oxidantes que provocan el envejecimiento, será capaz de impedir el deterioro de las células. Quizá también reparar el genoma humano y hacer desaparecer multitud de enfermedades.  

Ciborg 
La creación de órganos artificiales por tecnologías como la impresión 3D, entre otras, es una realidad ya existente. Aún falta el paso decisivo para que sean útiles: que los tejidos creados artificialmente funcionen en un cuerpo humano. 

Nanorobótica 
La nanotecnología y la inteligencia artificial son otras de las grandes esperanzas de los científicos para sanar enfermedades hoy incurables. Imaginen pequeñísimos robots en el interior de su cuerpo capaces de aliviar, rehabilitar o directamente curar cualquier disfunción del mismo.

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