Meteosensibilidad, cómo influye el clima en nuestro cerebro
Según un estudio publicado en la revista PNAS, las estaciones del año pueden influir en cómo nos sentimos; en el caso de los animales es incluso más evidente, porque se reproducen o hibernan en función de si es verano o invierno. Ahora bien, en el caso de los humanos, ¿afecta el mes del año en que estamos en nuestras funciones cognitivas? La respuesta es sí. El cerebro puede encontrar mayores difícultades para resolver ciertos procesos dependiendo de si es otoño o primavera.
El cerebro puede encontrar más difícil resolver ciertos procesos dependiendo de si es otoño o primavera
Los investigadores observaron que la puntuación del test no varió entre estaciones, pero, en cambio, la actividad que mostraban ciertas áreas del cerebro implicadas en resolver las tareas era distinta. Por ejemplo, vieron que se producía un pico de actividad en verano cuando los voluntarios realizaban una tarea de atención. Y otro pico en otoño, esta vez cuando hacían el ejercicio de memoria de trabajo.
Esos cambios en los patrones de funcionamiento del cerebro, no obstante, no hallaron que se correlacionaran con alteraciones endocrinas, como una mayor o menor segregación de melatonina, una hormona relacionada con el sueño; ni tampoco del estado de alerta o patrones de dormir.
Vandewalle, en un comunicado de prensa de la universidad, explica que según "nuestros datos, parece que el fotoperiodo o el cambio de fotoperiodo es lo que explica con mayor probabilidad los resultados, aunque no podemos excluir el resto de factores".
Los resultados sugieren, indican los autores de esta investigación, que a lo largo del año el cerebro puede trabajar de diferentes maneras para compensar los factores relacionados con las estaciones que podrían afectar su función. Y de esta manera puede tener un rendimiento estable. Tal vez, sugiere Vandewalle, esos mecanismos podrían no funcionar bien en algunas personas y que eso las hiciera más vulnerables a la tristeza en invierno.
Los científicos sin embargo, ignoran la razón por la que el cerebro ha evolucionado para funcionar así.
Fuente: La Vanguardia
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