Rusia afirma que Occidente usa psíquicos contra Putin
El Servicio de Protección Federal ruso se prepara para defender a Putin y a su guardia pretoriana de sacerdotes, hipnotizadores y generadores psíquicos.
El Servicio de la Guardia Federal de Rusia (FSO) está preparando a su personal para un eventual “ataque ideológico masivo” que utilice a los medios de comunicación, las redes sociales, la hipnosis, generadores psíquicos y hasta organizaciones religiosas para desmoralizar al Kremlin.
El FSO es un departamento es clave en la guardia del Kremlin y es responsable no sólo de la seguridad de los altos funcionarios rusos –incluido el presidente Vladimir Putin-, sino que también realiza funciones de contrainteligencia.
La revista política rusa en el exillio, Insider, ha tenido acceso al borrador de un plan secreto para el apoyo moral y psicológico en la transferencia de tiempos de paz a tiempos de guerra, en el que se detallan cuatro medidas morales y psicológicas para las actividades operativas de los oficiales de la FSO y la "preparación de informes sobre el estado moral y psicológico del personal".
Los rusos temen que el 'enemigo' emplee la hipnosis y los poderes psíquicos para diezmar su moral
El memorándum demuestra que el gobierno ruso cree que existe la posibilidad de que un enemigo utilice la hipnosis y los poderes psíquicos, entre otras tácticas bizarras para diezmar la moral.
El responsable de la implementación de este plan sería el general Alexander Komov, del que hay muy poca información en línea. Es el actual subdirector de la FSO y sus colegas le apodan el “Astrólogo” porque participa regularmente en seminarios científicos y debates sobre el estudio del espacio.
Algunas fuentes dicen que también dirige un grupo de asesores independientes que incluye astrólogos, magos negros y psíquicos.
El borrador filtrado enfatiza que los enemigos de Rusia son astutos, lo que obliga a los militares a tomar medidas enérgicas para combatir cualquier plan de desgaste, desde la posibilidad que los soldados puedan ser hipnotizados hasta esfuerzos para prevenir infecciones por parte de "psicogeneradores", una leyenda urbana de la era soviética que describe dispositivos que pueden leer la mente a distancia. Moscú gastó cientos de millones de rublos para contrarrestarlo.
La FSO intentaría disminuir la estabilidad psicológica y la "orientación moral" del enemigo y "llevarlo a un estado de falta de voluntad para resistir".
El FSO previene de que los espías extrangeros utilicen ONGs y organizaciones religiosas para manipular a las familias de sus agentes
Los funcionarios parecen estar preocupados principalmente por la posible corrupción de la mente de los ciudadanos a través de la televisión, la radio, los medios impresos, las redes sociales, los libros, los folletos y los “carteles controlados psíquicamente” (¿?). Además, temen que los espías extranjeros puedan utilizar ONGs y organizaciones religiosas para manipular a las familias de los agentes.
Las principales tareas de esta unidad incluyen contrarrestar los servicios de inteligencia extranjeros dentro de la guardia del Kremlin, identificar delitos de corrupción, malversación de fondos presupuestarios y verificar información sobre los ingresos y bienes raíces de los oficiales de FSO. Los empleados del departamento tienen autoridad para realizar vigilancia encubierta, escuchar sus teléfonos y participar en interrogatorios preliminares utilizando un detector de mentiras.
Rusia tiene un largo historial de experimentación psíquica. Un memorando desclasificado en 2019 indicaba que, en la década de los ochenta, científicos rusos experimentaron con la percepción extrasensorial (ESP) y otras habilidades psíquicas. Y antes, en 2017, una revista militar reveló que los soldados del país tienen poderes psíquicos, y que los habían usado antes.
Durante la II Guerra Mundial, los alemanes trataron de desmoralizar a las tropas con propaganda. Les animaban a dejar a Stalin y unirse a los nazis. Estas técnicas psicológicas tienen resultado cuando la dificultad arrecia.
Los redactores del plan advierten de antemano que, en caso de ataque, algunos defensores del Kremlin pueden experimentar: depresión, aislamiento, incertidumbre sobre la corrección de las acciones de las autoridades, sensación de miedo y preocupación por sus vidas. Entre las medidas de respuesta, se propone utilizar la "contrasugerencia", la "contrapersuasión", la "toma de iniciativa", la "sustitución de objetos" y la realización de conversaciones confidenciales con empleados jóvenes propensos a la inestabilidad neuropsíquica.
El memo advierte del peligro de "psicovirus informáticos" que entran en el sistema por culpa de la masiva adicción de los agentes de seguridad del Kremlin a sitios pornográficos extranjeros. Por esa razón se ha prohibido la entrada al Kremlin de dispositivos como tablets y teléfonos móviles.
El periodista estadounidense Lauren Wolfe consultó a una fuente ucraniana para saber si el memorandum era, en realidad, propaganda de Kiev y éste lo descartó. El servicio de prensa del gobierno ruso y el Servicio de la Guardia Federal no han hecho declaraciones al respecto ni tampoco desmentido las informaciones.
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