Parapsicología
17/03/2011 (12:51 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

Poltergeist en el triángulo de los suicidas

La mañana del jueves 25 de septiembre de 2008, el Diario Jaén publicaba un artículo en el que se relataba la insólita experiencia de una vecina del municipio jiennense de Alcalá la Real, que afirmaba estar escuchando ruidos desconocidos y apreciando el movimiento inexplicable de enseres en su vivienda. Era el comienzo de un supuesto poltergeist… Libros Recomendados :CASAS ENCANTADAS CINE Y MÚSICA MALDITOS¡ Visita nuestra Tienda ! google_ad_client = "ca-pub-5337588033202877"; google_ad_slot = "4290309979"; google_ad_width = 200; google_ad_height = 90;

17/03/2011 (12:51 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
Poltergeist en el triángulo de los suicidas
Poltergeist en el triángulo de los suicidas
Mercedes González fue la primera investigadora en personarse en el lugar de los hechos. Previamente había logrado contactar con la dueña de la casa, Encarnación R.J., que le relató una serie de hechos inexplicables que estaban ocurriendo en su vivienda desde hacía aproximadamente un mes. A la vista de todo ello, 48 horas más tarde, Mercedes se desplazaba hasta la vivienda donde ocurrían los supuestos fenómenos extraños y durante varios días realizó una investigación, que arrojó unos resultados esclarecedores. Acompañado de la investigadora Maricarmen Moreno me desplacé hasta Jaén para conversar con Mercedes, quien nos hizo un relato cronológico de los hechos. Ésta nos recibió amablemente en su hogar situado en una de las arterias de la capital jiennense. Tras los saludos de rigor, tomamos asiento en su pequeño despacho frente a su ordenador, donde guardaba toda la información del suceso. El lugar de los hechos se sitúa en el número 36 de la calle Belén. Se trata de una vivienda de construcción antigua de dos plantas, al final de una vía sin salida y de pronunciada pendiente, donde Encarnación, viuda de 75 años, y protagonista de esta historia, reside desde hace décadas. Aunque vive sola durante la semana, es visitada a diario por su nieto adolescente, y los fines de semana la acompaña una hija disminuida psíquica. Según relataba Mercedes, la vida de esta mujer transcurría con normalidad hasta que la paz de su hogar se vio rota en agosto de 2008. Encarnación recibió a los investigadores presa de un estado de excitación y desesperación causado por lo que en su casa estaba ocurriendo; golpes fuertes y secos en las paredes que escuchaban hasta los vecinos, objetos que cambiaban solos de lugar, cristales que se rompían sin motivo aparente, la hornilla de la cocina que prácticamente había llegado a levitar, o una fuerza desconocida que hizo que un vaso que sostenía en su mano saliese despedido violentamente, eran tan sólo algunos de los misteriosos fenómenos. Encarnación, debido al pánico no podía dormir allí; incluso aseguró que fue literalmente expulsada de su lecho a empujones por una mano invisible que no mostraba rostro… En este punto hacemos el primer alto del camino. Antes de visitar a Encarnación, hablamos con su hijo José, quien, si bien nos atendió con cordialidad, nos pidió que no molestáramos a su madre, pues había sufrido demasiado en esos días, ya que al margen de tener que enfrentarse a un imposible, además sufrió cierto rechazo por parte de los habitantes del pueblo. Cabe mencionar que también sufrió el acoso de los reporteros de varias cadenas televisivas, que llegaron al lugar avasallando con la intención de intentar conseguir entrar en la vivienda. Dado que no podíamos contar con el testimonio directo de Encarnación, nos dirigimos al número 34 de la calle Belén, esto es, la vivienda colindante. Allí contactamos con Rafael Pérez, quién nos confirmó que en su casa se percibían claramente los extraños ruidos y golpes. "Todo comenzó el 15 de agosto, el día de la Virgen. En la casa de Encarnación se escuchaban golpes como si alguien estuviera golpeando la pared con una maza desde el interior de mi domicilio. La señora salió a pedirme explicaciones, pero yo no me encontraba en casa, ya que había salido a pasar el día fuera con unos amigos", relataba Rafael. "Los ruidos se siguieron repitiendo durante varios días y a distintas horas, por la mañana, por la tarde e incluso alguna vez me despertaron de madrugada. Llegué a recibir la visita de toda la familia para exigirme que dejara de dar golpes en la pared, pero yo no tenía nada que ver con eso". La intensidad de los ruidos era tal, que una noche Rafael recibió la visita de dos agentes de la Policía Local, que sonómetro en mano, realizaron un estudio de los ruidos. En presencia de los agentes no se produjeron ruidos o golpes, hecho que confirmamos en comisaría. (Continúa la información en ENIGMAS 169). Juan Francisco Romero
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Nº 407, noviembre de 2024

Bestiario, los habitantes de la oscuridad, en el número de noviembre de Año / Cero