Parapsicología
30/01/2018 (15:40 CET) Actualizado: 23/07/2024 (15:41 CET)

El caso Vallecas

En julio de 1991 fallecía en extrañas circunstancias una joven de 17 años que llevaba varios meses sufriendo fenómenos paranormales

Josep Guijarro

Periodista y escritor

30/01/2018 (15:40 CET) Actualizado: 23/07/2024 (15:41 CET)
El caso Vallecas
El caso Vallecas

A principios de la década de los 90, el barrio madrileño de Vallecas fue testigo de una serie de sucesos inexplicables que comenzaron tras la muerte en extrañas circunstancias de una adolescente. La historia, llena de misterios y eventos paranormales, sigue siendo objeto de debate y fascinación hasta el día de hoy.

La joven fallecida, de solo 17 años de edad, vivía con sus padres y sus cinco hermanos en el número 8 de la calle Luis Marín. Según repitió su madre durante años, en numerosos medios de comunicación, todo empezó en 1991 cuando su hija decidió, junto a dos compañeras de clase, hacer una sesión de ouija en el colegio con la intención de contactar con su novio fallecido en un accidente de tráfico. Durante la sesión -según Concepción Lázaro-, una profesora interrumpió la ouija y rompió la tabla en dos. Según explicaron posteriormente las adolescentes, un humo emanó del vaso que usaban como planchette y fue inhalado por Estefanía.

A partir de ese momento, la muchacha empezaría a sufrir alucinaciones, insomnio y convulsiones  . Relató ver figuras humanas que le pedían que las acompañara. Sus padres la llevaron a varios médicos y empezó a ser tratada de epilepsia, aunque nunca hubo un diagnóstico. La salud de Estefanía siguió deteriorándose y la familia, de fe católica y supersticiosa, llegó a especular que estaba poseída

La noche del 13 de julio de 1991, Estefanía llegó a atacar violentamente a su hermana Marianela que dormía en la misma habitación y se desplomó, echando espuma por la boca. Al día siguiente, fue ingresada en coma en el Hospital Gregorio Marañón donde falleció esa misma noche de muerte súbita.

Este es un detalle importante porque, aprovechando el estreno de la película Verónica, dirigida por Paco Plaza y basada en el caso Vallecas, Ricardo Gutiérrez, hermano de la fallecida, declaró a COPE que Estefanía no murió en extrañas circunstancias sino que "fue un ataque de epilepsia". 

Pero no. No es así, como demuestra el informe de autopsia, al que espaciomisterio.com ha tenido acceso en exclusiva. Los forenses Gregorio Arroyo y Pedro Cabeza, explican que se trata de una muerte sospechosa por haber acaecido de forma súbita a consecuencia de una "parada cardiorrespiratoria con episodio previo de edema agudo de pulmón", pero no pueden determinar las causas. Estefanía murió asfixiada pero, ¿a causa de qué?

Conclusiones del informe de autopsia
Conclusiones del informe de autopsia

Para tratar de resolverlo, los patólogos remitieron muestras de sangre y vísceras al Instituto Anatómico Forense y, comparecieron ante el juez con los resultados el 22 de noviembre de 1991. En la declaración reza: "Que la cantidad de carbamacepina encontrada tanto en la sangre como en el contenido gástrico se corresponde con las dosis terapéuticas de un preparado comercializado con el nombre de Tegretol, que con toda probabilidad estaba indicado para el tratamiento del complejo cuadro patológico que presentaba la informada". 

El Tegretol es un medicamento que ya utilizaba su madre para el tratamiento de la epilepsia convulsiva. Ambas lo tomaban a pesar de que la menor murió sin estar diagnosticada. Si no fue intoxicación por la medicación: ¿qué causó el edema pulmonar? 

La epilepsia no fue la causa de la muerte de Estefanía Gutiérrez Lázaro
La epilepsia no fue la causa de la muerte de Estefanía Gutiérrez Lázaro

El "complejo cuadro patológico" comprendía , según los forenses, una "inusitada obesidad" y una "acusada esplenomegalia" (agrandamiento del bazo) que podría "llevar a pensar en alteración endocrina" que, en ningún caso, se pudo confirmar. En otras palabras, es un misterio por qué (no de qué) murió Estefanía. Eso no significa que estuviera poseída ni que su muerte tuviera relación directa con lo paranormal.  

Eso es lo que que creía Concepción, según reveló uno de sus hijos, Maximiliano Gutiérrez, "nuestra madre estaba empeñada en que algo malo sucedía alrededor de Estefanía, que hacía notar su presencia desde el más allá... Nos sumergió en un estado de sugestión importante." Concepción estaba convencida de que el abuelo de la familia se quería vengar de su hija, con la que no habría acabado bien en vida.

Tras la muerte de Estefanía, los fenómenos paranormales se intensificaron en el piso de Vallecas. Concepción afirmó haber visto crucifijos girados, vidrios rotos sin causa aparente y haber escuchado la voz de su hija fallecida. Puertas que se abrían y cerraban solas eran eventos comunes.

La foto de Estefanía (dcha) ardió de forma inexplicable como en la película Verónica (Izq)
Las fotografías de Estefanía ardieron de forma inexpllicable.

El 1 de noviembre de 1993, dos años después de la muerte de Estefanía, su foto, que lucía en una habitación, se incendió misteriosamente, afectando solo la parte de su rostro. 

En otra ocasión, Concepción Lázaro sintió que alguien le tocaba las manos y los pies mientras dormía. También dijo que las muñecas de sus hijas eran golpeadas violentamente contra las paredes durante la noche. El miedo fue apoderándose de la familia hasta que, el 27 de noviembre de 1992 decidieron llamar a la Policía.

El inspector jefe José Pedro Negrí y su equipo fueron testigos de eventos inexplicables que dejaron por escrito en un inédito expediente policial: Una puerta cerrada con llave que se abrió y cerró violentamente, ruidos fuertes que parecían provenir del balcón; una extraña sustancia marrón apareció en una mesita; un crucifijo arrancado de la pared con marcas de arañazos de tres garras.

Parte del informe policial del caso Vallecas
Parte del informe policial del caso Vallecas

En el informe leemos:

«A las 2:40 horas, por el Canal 7 de H-50 llama el Z-2 y manifiesta, una vez que se ha entrevistado con la familia y observado el interior de la casa, según comunica, que se le ha puesto el vello de punta. Que estando sentados en compañía de toda la familia, pudieron oír y observar como la puerta de un armario perfectamente cerrado, hecho que comprobaron después, se abrió de forma súbita y totalmente antinatural. Momentos después pudieron percatarse y observar como en la mesita que sostenía el teléfono, y concretamente en un mantelito, apareció una mancha de color marrón consistente, que el Z-2 identifica como babas. Que en el recorrido que hicieron por diversas habitaciones de la casa, observaron como al fenómeno al que estamos haciendo referencia había dado la vuelta a un crucifijo de madera, arrancándole el Cristo adherido

Supuestamente, los sucesos paranormales siguieron produciéndose posteriormente y el suceso fue campo abonado para programas del misterio y para pseudo-parapsicólogos como Tristanbraker que llevaron a la familia a situaciones de estrés emocional y auténtico temor.

Como consecuencia de la exposición mediática, Maxi y Ricardo sufrieron acoso escolar, a Marinela la apodaban "Casper", el famoso fantasma amistoso de la película del mismo título. Hoy en día, asegura el hermano pequeño de los Gutiérrez Lázaro, "los servicios sociales hubieran intervenido" ante la situación de menores de edad expuestos en televisión por un caso paranormal. Fíjense en los informativos de la época.

Investigaciones posteriores han puesto de relieve que no todo sucedió como contaron los medios. El periodista David Cuevas, por ejemplo, obtuvo el testimonio de uno de los hermanos, Ricardo, que aseguraba ser el responsable de los ruidos que la policía escuchó en el balcón: "Mi madre me pidió, a escondidas, que tirase algo en la terraza para impresionar más a los policías. Cogí una pequeña piedra que había en el salón, me fui al balcón y al tirarla, golpeó en una despensa de hierro que teníamos en la terraza. Sonó ¡plaf! Ese fue el sonido que escucharon los agentes".

Se hayan exagerado o no, los fenómenos que asolaron a los Gutiérrez-Lázaro en Vallecas remitieron a partir de 1996 cuando se exhumó el cadáver de la joven y se realizaron las promesas pendientes. 

La familia abandonó la casa a finales de los años 90, se la vendieron a una familia latinoamericana que no ha observado nada raro en ella a lo largo de estos años.

Sobre el autor
Josep Guijarro

Josep Guijarro es reportero de prensa, radio y televisión, además de autor de varios libros entre los que cabe destacar El secreto de los aliens (edición ampliada y actualizada en 2024 de Aliens Ancestrales) o Casualidad, que continúa la saga de su bestseller Coincidencias Imposibles. Es documentalista de la serie Extraterrestres (DMAX) y forma parte de los programas El Colegio Invisible y La Rosa de los Vientos, ambos en Onda Cero.

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