Parapsicología
20/04/2012 (09:47 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

Coincidencias imposibles

ENIGMASEl profesor de estadística David Spiegelhalter encabeza un ambicioso estudio auspiciado por la Universidad de Cambridge con el que se pretende estudiar el fenómeno de las coincidencias, evaluando tanto su grado de probabilidad matemática en relación con su tipología, como los procesos mentales implicados en la identificación y toma de conciencia de estas singulares situaciones.

20/04/2012 (09:47 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
Coincidencias imposibles
Coincidencias imposibles
Quién no ha experimentado asombro y perplejidad ante una coincidencia mínimamente significativa? ¿Cuántos de quienes ahora comparten estas líneas no se han preguntado por el grado de probabilidad de que una situación vivida se produzca por azar y no como fruto de un encadenamiento de acontecimientos con un sentido determinado? Es difícil sustraerse a la fascinación que genera el fenómeno de las casualidades asombrosas, coincidencias o sincronicidades, e incluso resulta habitual e igualmente desconcertante que al coquetear con el asunto, el número y contundencia de las mismas se incremente de forma notable en nuestra vidas. Posiblemente ese último hecho obedezca a que estamos más receptivos ante las cosas que suceden en nuestra vida y entorno, de forma que inconscientemente activamos un detector de aparentes "sincronicidades" capaz de crearnos constantes espejismos. De alguna manera "construiríamos" falsas coincidencias por medio de una selección y relación de hechos triviales.

Eso, o realmente como sostienen algunos autores, las sincronicidades son una expresión del postulado de la física y la mecánica cuánticas que sostienen que nuestra conciencia es la que crea la realidad entre un universo de posibilidades coexistentes. En cualquier caso y más allá de estas consideraciones, las coincidencias significativas son tan contundentes y llamativas que durante décadas se han desplegado esfuerzos desde diferentes ámbitos académicos por registrarlas, catalogarlas y dotarlas de un soporte teórico que permita vislumbrar las leyes por las que se rigen, si es que tales leyes existen realmente.

Frente a ese intento por entenderlas y que encuentra en los trabajos de Carl Gustav Jung o Arthur Koestler algunas de sus expresiones más elaboradas, el abordaje más racionalista y escéptico del fenómeno comienza y acaba en el azar, reduciendo el fenómeno a hechos fortuitos que seleccionamos de forma muy concreta dentro de un océano de acontecimientos que despreciamos. Desde este punto de vista, cada segundo se están produciendo en el mundo de forma simultánea millones de situaciones, por lo que el hecho de que dos se parezcan o aparenten estar relacionadas es normal y previsible. Esencialmente, si tenemos en cuenta que cientos de millones de personas duermen simultáneamente y sueñan también al mismo tiempo, por simple azar sería completamente previsible encontrar dentro de esa avalancha de vivencias oníricas dos sueños iguales. Indudablemente ese punto de vista tiene sentido, pero la realidad de las sincronicidades suele ser más compleja, de manera que en las coincidencias asombrosas además de compartir sueño ambos sujetos también es posible que compartan nombre, fecha de nacimiento, que sean compañeros de trabajo, etc…
(Continúa la información en ENIGMAS 197).

José Gregorio González
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