Seres de otras dimensiones infiltrados entre nosotros
Ocultos en bases secretas de nuestro planeta o de la Luna, seres ultraterrestres estarían infiltrados entre nosotros para estudiarnos
¿Es posible que seres más avanzados que visitaran la Tierra en la antigüedad hayan sobrevivido infiltrados entre nosotros o ocultos en bases secretas en nuestro planeta o en la Luna?
A esta inquietante pregunta han tratado de responder tres científicos, Tim Lomas, Brendan Case y Michael P. Masters, en un artículo pendiente de revisión por pares que lleva por título “The cryptoterrestrial hypothesis: A case for scientific openness to a concealed earthly explanation for Unidentified Anomalous Phenomena” (La hipótesis criptoterrestre: un caso a favor de la apertura científica a una explicación terrenal oculta para un fenómeno anómalo no identificado).
Estos investigadores en ciencias sociales de la Universidad Tecnológica de Montana y del Programa de Desarrollo Humano de Harvard, proponen que los avistamientos de ovnis (denominados UAP por el Pentágono) podrían ser obra de "criptoterrestres". Con esta palabra definen a seres inteligentes y tecnológicamente avanzados, que vivirían ocultos en nuestro planeta, utilizando estructuras subterráneas en la Tierra y la Luna como bases secretas, o incluso caminando entre nosotros disfrazados de humanos.
Tema recurrente de la ciencia ficción, el incómodo asunto de los infiltrados pasa ahora al ámbito científico rodeado de cierta “conspiración” ya que el trabajo fue retirado de ResearchGate (aunque todavía es accesible a través de Internet Archive) tras su divulgación en prensa.
En España es conocido el caso de Conil de la Frontera en el que cinco jóvenes vieron como unos extraños seres se convertían en humanos y se infiltraban entre la gente del paseo marítimo de esta localidad gaditana. También es conocido el caso de Ricky B, un ser procedente de las estrellas que habría tomado posesión del cuerpo de una mujer que perdió la vida en un accidente de autobús en Yucatán (México).
La hipótesis no es nueva. Fue planteada en 2022 por el físico e ingeniero electrónico Harold E. Puthoff durante su pertenencia al comité científico de To the Stars... Academy of Arts & Sciences impulsada por Tom deLonge. Describía estas posibles entidades como "culturas terrestres ocultas" que nos observarían en secreto y planteaba que podían tener dos orígenes, de un lado interdimensional y, de otro criptoterrestres homínidos o terópodos. De ahí tomaron los investigadores de Harvard el nombre.
No hay que olvidar que Puthoff fue parte de un grupo informal de científicos denominado el "Colegio invisible" y que colaboró con la CIA y la DIA (Agencia de Inteligencia de Defensa) para espiar con visión remota a los soviéticos dentro del Proyecto Stargate.
Los UAP pueden involucrar seres de otras dimensiones según el nuevo estudio
Desde el punto de vista interdimensional, los autores sugieren que los UAP pueden involucrar seres de otras dimensiones que coexisten con las cuatro dimensiones (incluyen el espacio-tiempo) que percibimos. Desde esa perspectiva los ocupantes de los UAP son “extratempestres” viajando desde una cuarta dimensión para visitar diferentes periodos de la historia de la Tierra, lo que -incluso- podría implicar que nuestros descendientes -tras dar con la máquina del tiempo- regresen a estudiar su propio pasado evolutivo.
A medida que profundizaban en el problema, los autores, sin embargo, fueron cada vez más conscientes de la trascendencia de la teoría ultraterrestre o criptoterrestre, abreviado como CTH.
Los autores plantean que estos ocupantes ocultos de la Tierra podrían haber llegado desde otro planeta o periodo de tiempo, o que estos seres desconocidos podrían ser "menos tecnológicos que mágicos", comparados con "ángeles" por los investigadores.
"Entidades que se parecen menos a extraterrestres y más a ángeles terrestres, que se relacionan con el mundo habitado por los humanos de formas que (al menos desde nuestra perspectiva actual) son menos tecnológicas que mágicas, y que en las lenguas europeas se conocen con nombres como hadas, elfos, ninfas", se lee en el artículo.
El trabajo, aunque escaso en evidencias concretas, menciona avistamientos de ovnis cerca de volcanes o bajo el océano, que podrían ser accesos a estas bases subterráneas. Se incluye el informe de 1987 de un objeto submarino no identificado que siguió a una fragata neozelandesa a una velocidad increíble, añadiendo peso a la teoría de bases submarinas.
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