¿Se conservaron extraterrestres bajo el Capitolio?

Hace veinte años, la delegación del MUFON de Ohio recibió una carta inquietante. El MUFON (acrónimo de Mutual UFO Network) es la más importante organización estadounidense de investigación de informes ovni, sin ánimo de lucro.

Cuando su director, Willian E. Jones, leyó la carta se sobrecogió. El remitente era un familiar de un Premio Nobel de la Paz. Me refiero a Cordell Hull quien, en el periodo previo y durante el Segunda Guerra Mundial, es decir entre 1933 y 1944, trabajó como Secretario de Estado para el presidente Franklin D. Roosevelt. Y aún más asombroso era lo que contaba:

Hull Cordell

La carta de un familiar del Premio Nobel de la Paz de 1945 denunciaba la existencia de extraños seres en un sótano del Capitolio 

"Hoy quiero compartir algunos conocimientos que se han mantenido en secreto en nuestra familia desde algún momento de la Segunda Guerra Mundial. Esto se refiere a algo que mi padre le mostró a su primo Cordell Hull, el Secretario de Estado de Franklin Roosevelt".

Quien esto escribía era Lucile Andrew, hija del reverendo Turner Hamilton Holt, primo, para más señas, del mencionado Premio Nobel de la Paz de 1945.

"Mi padre –seguía escribiendo–, que era joven, brillante y de buen juicio, nos contó esta historia porque no quería que la información se perdiera". ¿En qué consistía ese secreto de familia? ¿Qué se guardaba con tanto celo durante más de 50 años?

Nada menos que "Cuatro frascos de vidrio grandes que contienen cuatro criaturas desconocidas para mi padre o Cordell y, en los alrededores, una embarcación redonda de algún tipo destrozada".

Y esto, según explicaba en diciembre de 1999, se custodiaba en un subsótano en el edificio del Capitolio de los Estados Unidos.

Cordell dijo que tenían miedo de provocar pánico si el público se enteraba

“Mi padre quería que mi hermana y yo diésemos a conocer esta información mucho después de que él y Cordell murieran, porque sentía que era una información muy importante.” Y terminaba: “Cordell dijo que tenían miedo de provocar pánico si el público se enteraba”.

La carta, que se conserva en internet en The Black Vault, de John Greenewald Jr., dice que el episodio tuvo lugar "a finales de la década de 1930, probablemente en 1939". Y añadía el detalle que los materiales que estaban cerca de las criaturas, de menos de metro veinte de altura, parecía de "plata metálica".

¿Podemos creen en la 'confesión' de Lucile Andrew? ¿Hace referencia a entidades de otro mundo y vehículos accidentados o eso lo encajamos nosotros en el imaginario ufológico? Especialmente porque la experiencia es de 1939 y, por consiguiente, previa al incidente Roswell, considerado falsamente el primer accidente de un platillo volante en nuestro mundo…

Hay que decir que hubo al menos un supuesto estrellamiento ovni antes que Roswell. Fue recuperado en 1933 cerca del lago Maggiore, en la frontera entre Piamonte y Lombardía, Italia. Según la investigación realizada por el presidente de ICER (Intertational Coalition for the Extraterrestrial Research) los seres y los restos, que fueron confundidos con ingenios y pilotos alemanes, fueron trasladados a los Estados Unidos en 1944. Ocurre, sin embargo, que los supuestos seres estudiados por el Gabinete RS / 33 alcanzaban el metro ochenta de altura y los que abrumaron a Hull se parecían a los de esta foto difundida recientemente en Internet en relación al caso.

 

Por desgracia, es un fake como la copa de un pino. Bueno, para ser exactos se trata de una creación de Don Post, apodado 'el padrino de Halloween', por ser autor de numerosas máscaras de látex, incluidas las de Star Treck, que se exhibió en la exposición Aliens: Worlds of Possibilities, de 1997. Se compró por 160 dólares en una tienda de artículos para fiestas.

El testimonio de las hijas del reverendo Turner Hamilton Holt, primo del protagonista, parece sincero. Puedes escucharlo en este vídeo de Youtube  

Además, parece que dada la elevada posición de Cordell Hull en la historia de Estados Unidos, parecería extraño que las hijas de Holt contaran falsedades sobre su padre o su prima ¿no?

Un colaborador del programa Coust to Coust, Brent Swancer, experto en criptografía residente en Japón, pudo comprobar la existencia de un subsótano en el Capitolio dividido en salas de almacenamiento. Lo confirmó Barbara A. Wolamin, arquitecta del edificio, que, justo es decirlo, "se rio un poco, después de conocer la historia". Wolamin le dijo a Swancer que nunca había oído hablar de que estas criaturas estuvieran almacenadas en el Capitolio. Tampoco tenía porqué saberlo.

Solo quiero añadir que no hay mención alguna en las memorias de Cordell Hull, ni tampoco hay documentos en la Biblioteca del Congreso o hay un gobierno en la sombra que ha tapado cualquier rastro de este asunto o puede que fuera un chascarrillo exagerado por las hijas del reverendo en su mente infantil. Probablemente nunca sepamos la verdad de este asunto.