El efecto Grusch en la revelación ovni
Se cumple un año de la aparición en escena de David Grusch y hacemos un balance de la situación de la revelación ovni en Estados Unidos
Se ha cumplido un año de las revelaciones de David Grusch en The Debrief. Sus declaraciones marcaron un antes y un después en la disclosure (término anglosajón para la revelación de secretos oficiales) sobre los UAP (Fenómenos Anómalos no Identificados).
Antes del 5 de junio de 2023, casi nadie en la administración hablaba de extraterrestres. Todo giraba en torno a la Seguridad Nacional, especialmente desde que en febrero fueran abatidos hasta cuatro objetos no identificados en la costa oeste de Estados Unidos, Canadá y Alaska. Sólo el representante Mike Gallagher cuestionó durante una audiencia pública en el Congreso, en 2022, que el director interino de Inteligencia Naval, Scott W. Bray, no tuviera conocimiento sobre la existencia de programas de ingeniería inversa de UAP.
Este planteamiento atrajo a científicos, militares y legisladores a interesarse por la cuestión y a que viviéramos una nueva edad de oro de la ufología. Pero, el artículo de Leslie King y Ralph Blumenthal lo puso todo patas arriba.
En el mismo se hacían eco de las revelaciones de Grusch, este agente de inteligencia que había trabajado para la UAPTF (Grupo de Trabajo de la Fuerza Aérea para los UAP) que aseguraba que el gobierno, sus aliados y los contratistas de defensa habían realizado recuperaciones de fragmentos parciales y hasta de vehículos intactos durante décadas. El “denunciante de los ovnis”, como sería conocido a partir de entonces, reveló que los análisis habían determinado que los objetos recuperados eran de origen exótico (inteligencia no humana, ya sea extraterrestre o de origen desconocido).
Fue un bombazo. El segundo de ambos periodistas porque, recordemos que fueron ellos quienes también destaparon en 2017 la existencia de un programa secreto del Pentágono para el estudio de los ovnis.
Una entrevista posterior en News Nation que recogimos en espaciomisterio puso al descubierto que uno de los objetos recuperados procedía de Magenta, Italia, en el lejano junio de 1933.
Hace unos días, el ufólogo italiano Paolo Guizzardi publicaba nuevos documentos respecto a la existencia del Gabiete RS/33 impulsado por Mussolini presuntamente para el estudio de estos restos. Los informes ahora recuperados aseguran que operaba bajo el Monte Soratte (una instalación subterránea situada a 45 km al norte de Roma) en alto secreto (todos los documentos tienen un alto nivel de clasificación).
Es la única documentación que ha podido ser publicada. Todas las demás declaraciones siguen pendientes de un hilo, envueltas en secretos y conspiraciones que han enredado el asunto UAP hasta límites insospechados.
Han aflorado asuntos cerrados desde hace décadas, desde los pactos del gobierno estadounidense con los extraterrestres, pasando por el comité MJ12, a los interrogatorios de seres no humanos (más falsos que un billete de dos euros). Es como si, a raíz de Grusch alguien hubiera activado el interruptor del ventilador para sembrar de estiércol todo lo que atañe a los ovnis.
Como no podía ser de otra forma se han dado pasos hacia atrás. Primero con el recorte de la NDAA para 2024 que mutiló la enmienda Schumer-Rounds para la ley de divulgación, el último informe de la AARO (Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios) que afirmó que la única referencia a programas de acceso restringido era el nombre en clave KONA BLUE, impulsado por el lobby del Skinwalker Ranch o el perfil negacionista del nuevo director de la AARO.
Parece que todo está en el aire, a la espera de una nueva evidencia que permita desatascar el proceso y nos lleve a dos escenarios: la ansiada revelación oficial de que no estamos solos o el definitivo Game Over a los ovnis.
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