'Psiónica': Visión remota y ovnis
Investigamos la existencia de una unidad militar que emplea «activos psiónicos» (personas con habilidades psíquicas) para interactuar con los UAP
Uno de los elementos más inquietantes del testimonio ofrecido por el nuevo denunciante de ovnis, Jake Barber, es el relativo al equipo de psiónicos que trabaja para el Programa de Acceso Especial No reconocido (UNSAP) de recuperación de Tecnología No Humana para el Gobierno estadounidense.
El término «psiónico» no es parapsicológico. Procede de la ciencia ficción de los años 1950 y 1960. Como ya advertí previamente, fue integrado posteriormente a una saga de videojuegos. En sus orígenes, la psiónica era una disciplina que aplicaba principios de ingeniería (especialmente electrónica) a la generación de ciertas facultades para provocar fenómenos psíquicos como la percepción extrasensorial y la telequinesis. Es decir, telepatía, precognición y la interacción física a distancia.
La idea se instaló en el acervo cultural y se fue enriqueciendo con el paso del tiempo. Primero con los contactados que transmitían mensajes de corte espiritual o mesiánico y, posteriormente con testigos que acreditaban experimentar comunicaciones, canalizaciones y estados de trance a través de los que eran capaces de interaccionar con seres de «otros planetas».
Uno de los casos más inquietantes en este sentido fue protagonizado por un piloto civil, Rafael Pacheco Pérez, en 1976, mientras sobrevolaba la zona de Chimalhuacán, Estado de México, a bordo de su Cessna 150. El joven piloto desapareció de los radares y, en apenas una hora, reapareció cerca de Acapulco (cuando lo normal es invertir cerca de 3h. de vuelo) y se comunicó con los controladores sumido en un estado de trance, hablando por boca de seres extraterrestres. Puedes escuchar la grabación de la conversación a continuación.
Pacheco perdió su licencia a pesar de que los exámenes médicos no hallaron ninguna alteración ni consumo de sustancias estupefacientes. Es como si, en efecto, unas entidades invisibles hubieran tomado el control de su cuerpo y pilotado su avioneta. Sin embargo, lo que sugirió Barber en la entrevista es justo al revés, que «Activos Psiónicos» son los que, aparentemente, toman el control de una tecnología muy superior e, incluso, tendrían la capacidad de «invocar» su presencia. Es el propósito de su empresa, denominada Skywatcher Technologies Corportation que estaría ayudando al Pentágono a rastrear «drovnis» de la oleada de New Jersey.
🚨 Apparently these "Psionic Assets" are using the Monroe Institute techniques of Sensory Deprivation and Binaural Sound Waves - not CE5 (Close Encounters of the 5th Kind) meditation #Ufotwitter #Ufos #Uap #Ufox #LueElizondo #RossCoulthart #EggUFO #JakeBarber #NewsNation #CE5 pic.twitter.com/0SxAD47XDA
— T R U T H P O L E (@Truthpolex) January 21, 2025
El proyecto Stargate fue auspiciado con 20 millones de dólares por el Gobierno Federal de Estados Unidos para determinar si existía alguna posible aplicación militar de los fenómenos psíquicos. Los experimentos se iniciaron en 1972 en el Stanford Research Institute y fueron dirigidos por Russell Targ y un viejo conocido de la revelación ovni: Harold Puthoff, quien sugirió que las entidades ocultas tras el fenómeno ovni podían tener un origen interdimensional. Tras cientos de experimentos concluyeron que la visión remota es una experiencia psíquica que se manifiesta de forma natural en muchas personas y sobre todo que la mayoría de los individuos entrenados a «ver a distancia» terminan consiguiendo sus objetivos por extraño que se nos antoje. El programa se cerró oficialmente en 1995, por «falta de evidencia documentada» de que los resultados arrojados tuvieran valor para la comunidad de inteligencia.
El periodista de News Nation que entrevistó al denunciante de ovnis, Ross Coulthart, le preguntó directamente sobre esta cuestión:
R—¿Qué descubriste sobre el uso de la psiónica en el programa?
B—En el programa, ciertamente había un deseo de explorar la idea de que tal vez se pudiera convocar a los UAP, comunicarse con ellos, controlarlos y persuadirlos para que aterrizaran, todo mediante el despliegue de personas con habilidades psiónicas.
R—¿Y viste que eso ocurrió?
B—Sí, lo hice.
R—Cuando un operador psiónico interactúa con la tecnología, ¿cómo lo hace? ¿Usando su mente?
B—Algo así como la meditación. Realmente son personas que pueden establecer una conexión mental y espiritual con una tecnología.
Pero no es meditación (que ellos denominan, por cierto, CE5 o Encuentros Cercanos del Quinto Tipo), sino técnicas que fueron empleadas en el Proyecto Stargate y que procedían del Instituto Monroe. Incluyen la Privación Sensorial y las Ondas de Sonido Binaurales para inducir la proyección de la consciencia.
Vino a confirmarlo el teniente coronel John Blitch, científico sénior en la base de la fuerza aérea Wright Patterson y Gerente de programa (DARPA) quien reclutó, evaluó y dirigió personalmente un equipo de investigación interinstitucional especializado compuesto por neurocientíficos cognitivos y personal de las fuerzas de seguridad desplegado internacionalmente en una serie de desafiantes y complejos experimentos de trabajo en equipo entre humanos y robots llevados a cabo en entornos de alto riesgo.
DARPA lo habría contratado como uno de los quince consultores de neurociencia cognitiva, (incluidos catedráticos académicos de clase mundial, astronautas y líderes de la industria) para evaluar el potencial operativo de las tecnologías emergentes de monitoreo neurofisiológico para aplicaciones de defensa.
A la luz de estos nuevos datos cabe preguntarse qué hay de cierto en las MILAB, término empleado para refereirse a los secuestros militares de ciudadanos destinados al desarrollo de operaciones secretas. Hasta ahora era sólo una «teoría de la conspiración» alimentada por personajes como Corey Goode, un hombre excéntrico que conocí en 2017 y que asegura haber sido reclutado a los seis años por un MILAB, para ser parte de un selecto grupo entrenado de forma especial, como si fuera una prolongación de la serie Strangers Thinks.
Según me explicó Goode en una jerga muy particular, gracias a sus grandes habilidades intuitivas y empáticas, habría conseguido comunicarse de forma efectiva con seres de otros planetas en estas instalaciones secretas.
Le fue asignado un rol de apoyo de empatía intuitiva en un Consejo de Super Federación ET “tipo humano” donde, siempre según su testimonio, prestó servicios durante once años, desde 1976 hasta 1987.
Por desgracia, el reciente testimonio de Barber -y la poca transparencia de la AARO- pone en valor este tipo de «imaginativas» experiencias que, para la mayoría son simples engaños con fines crematísticos, como demostró Sonia Gupta en un vídeo revelador, o esconden problemas mentales. Ojo, esto no invalida el interés de Estados Unidos por los interfaces cerebro-maquina, la exploración psíquica con fines de inteligencia o, las experiencias personales que los skywatchers hayan experimentado, sólo que dificultan separar el grano de la paja en un asunto que, ya de por sí, es complicado de abordar desde el sentido común y la racionalidad.
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