El OVNI del general yugoslavo
Los enigmáticos No Identificados hacían gala de una tecnología de ciencia-ficción, según los pilotos de combate que los persiguieron
Zvonomir Jurjevic es un antiguo general de la República Federativa Socialista de Yugoslavia que concedió una entrevista al portal de noticias Sputnik Internacional. En la misma reveló que durante un par de semanas de enero de 1975, cuando ocupaba el cargo de comandante jefe del Regimiento de Aviación 127, tanto él como otros pilotos de combate se toparon con un OVNI «de enorme luminosidad que cambiaba de color constantemente: blanco, amarillo, rojo claro, naranja, otra vez blanco, y así sucesivamente». El No Identificado surgía de la nada y, sin duda, «pretendía generar nuestra atención», aseguró Jurjevic.
"El objeto parecía una bola brillante, claramente visible, tal vez 10 veces más luminosa que la estrella más brillante en aquel momento. El ovni cambiaba de color sin cesar: blanco, amarillo, rojo claro, naranja, otra vez blanco, y así sucesivamente", señaló Jurjevic en una entrevista.
Desde ese momento, el OVNI apareció cada dia tras el despegue de los aeronaves, exactamente 50 minutos más tarde. Los pilutos incluso llegaron a retardar su hora de salida para comprobar si se trataba de una casualidad o se seguía cumpliendo el fenómeno y, efectivamente, tras 50 minutos de reloj volvía a aparecer.
El general Zvonimir Jurjevic decidió ir tras él el día 25 de enero de 1975. La nave apareció por los cielos de la ciudad de Cetiña, pero en cuanto los aviones se alzaron para perseguirle, el misterioso OVNI desapareció en el cielo dirección a Budva. Trató de utilizar otra estrategia para interceptar el OVNI de una vez por todas, que se basó en calcular la distancia entre el misterioso volador y sus cazas, y se trataba de 10 kilómetros. Incluso acelerando todavía más, esa distancia era irreducible. Desde Belgrado aparecieron dos MiG-21 soviéticos supersónicos para dar caza al OVNI, pero no tuvieron opción: nunca conseguían aproximarse. Aseguran que se alejaba a una velocidad de 1700 kilómetros por hora.
Este suceso se fue repitiendo diariamente hasta el 12 de febrero de ese mismo año, cuando se registró por última vez. No volvería a ser visto nunca más.
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