Los OVNI escapan a la dimensión terrestre, opina exdirector de la inteligencia francesa

Alain Juillet es uno de los políticos, científicos y militares de alto nivel que aportan su experiencia a un documental elaborado por Dominique Filhol y titulado UFOs: a State Affair. No es un colaborador cualquiera, se trata del exdirector de inteligencia de la DGSE (Dirección General de Seguridad Exterior) quien, desde su retiro, aboga por un enfoque pragmático y mantener la mente abierta para desentrañar el misterio de los ovnis.

Recientemente fue entrevistado por el semanario París Mach y habló sin tapujos sobre este enigma que ha resurgido de sus cenizas cual ave fénix.

"Hay un término que surge cada vez con más frecuencia entre los especialistas en el tema –señala Juillet–, es la idea de 'inteligencia no humana'. Este término es interesante porque no rechaza la hipótesis extraterrestre, pero engloba muchas otras teorías para explicar la naturaleza del fenómeno".

Nadie puede determinar con certeza cuál es el origen de las observaciones

Alain Juillet, exdirector de inteligencia de la DGSE, durante un fotograma del documental UFOs: a State Affair

Efectivamente, a estas alturas nadie puede negar la realidad física de los ovnis, o UAP (Fenómenos aéreos no identificados) en la nueva denominación del Pentágono, pero nadie puede determinar con certeza cuál es el origen de las observaciones.

Cuando los periodistas del New York Post entrevistaron recientemente a Luis Elizondo preguntaron si los ovnis son vehículos de otras galaxias, el ex director del AATIP (Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas) ofreció una opción inquietante.

"Imagínense a las primeras personas que subieron a un barco para navegar por el horizonte", reflexionó. "Entonces se hablaba de monstruos marinos y krakens que destruirían tu barco. Pero [esas almas intrépidas] lo hicieron de todos modos".

Al final resultó que, por supuesto, los marineros no estaban del todo equivocados: "Realmente hay monstruos marinos, pero ahora, 500 años después, los llamamos calamares gigantes del Pacífico, grandes tiburones blancos y ballenas. Son parte de la naturaleza y aprendimos a comprenderlos".

Para Elizondo, la humanidad podría estar enfrentándose una vez más al mismo escenario. "Tal vez", propuso, "esto es solo otra expedición en el horizonte. Tal vez nos vamos a dar cuenta de que lo que pensamos que eran monstruos en realidad son solo nuestros vecinos".

Los testimonios del documental de Dominique Filhol nos recuerda que los ovnis existen, sin embargo las hipótesis sobre la naturaleza de estos objetos no se pueden determinar: extraterrestres; mundos paralelos; viajeros en el tiempo… nada se puede descartar. Esta es la convicción de Alain Juillet para quien políticos y científicos deben abordar ahora el tema de cara, sin medias tintas.

Juillet, resalta la importancia de testimonio de elite: pilotos de combate, astronautas, "personas que son todo menos divertidas y reportan observaciones muy precisas. No debemos decir que esto sea una tontería, sino simplemente reconocer que hay cosas que se nos escapan". Es en este contexto que el responsable de la inteligencia francesa se interesó por este problema porque "lo primero que vemos cuando estudiamos este fenómeno, es que estas máquinas o lo que sean, no funcionan según las leyes terrestres y en particular que no están sometidas a la gravitación. Por tanto, la pregunta que surge es: ¿ha desarrollado un país un sistema que permita escapar la gravedad? Hace 20 años, hubiera respondido: '¿Por qué no?'. Pero hoy, si algún país del mundo hubiera hecho tal descubrimiento, lo sabríamos. Ningún progreso de esta magnitud puede permanecer en secreto. Es imposible." 

La reflexión de Juillet es complementaria a la de las autoridades estadounidenses que piden investigaciones más serias para determinar si está en riesgo la seguridad nacional de su espacio aéreo ya que ninguno de sus sistemas de defensa puede hacer frente a los objetos detectados desde 2007 y que han mostrado interés por instalaciones nucleares o maniobras militares de la costa oeste de los Estados Unidos.

¿Por qué, entonces, se ha tardado tanto en detectar la gravedad estratégica que suponen los UAP? Juillet lo tiene claro: "Un servicio de inteligencia solo puede trabajar con ovnis si existe una necesidad que es expresada por los responsables, es decir, por las máximas autoridades del estado. Si estos últimos no lo consideran un problema prioritario, que suele ser el caso, no pasa nada".

Parece que otras grandes potencias, como Rusia y China, han hecho lo mismo, probablemente por las mismas razones geoestratégicas.

No creo que el secreto sea realmente útil

Desde el punto de vista militar el responsable de la inteligencia no cree que el secreto sea realmente útil, "a menos que descubras algunas cosas inquietantes".  Y añade: "Pero notamos que el fenómeno no ha manifestado una intención agresiva hasta el momento. Entonces, no hay por qué preocuparse, no estamos en una película de terror…"