Nueva foto de 'autopsia extraterrestre'
Una imagen misteriosa de los años 20 enciende el debate de la recuperación de extraterrestres: ¿La prueba definitiva o solo otra postal del misterio?
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Las redes sociales han vuelto a hacer su magia: una «nueva» imagen corre como la pólvora como evidencia de una supuesta autopsia extraterrestre. En esta ocasión no ha sido Jaime Maussan, que ya nos regaló en 2015 su espectáculo Be Witness para presentar la diapositiva de un cuerpo momificado que, en realidad, pertenecía a un niño en el museo Mesa Verde, de Colorado; tampoco procede de Ray Santilli, el productor británico que nos regaló la muñecopsia al extraterrestre de Roswell en los noventa. En este caso ha venido de la mano de un viejo conocido del universo ufológico: el doctor Steven Greer.
Greer, médico de urgencias y ferviente creyente en la visita pacífica de seres de otros mundos, presentó la foto en la primavera de 2021 en un seminario web de pago con información espectacular sobre ovnis y, como pasa a menudo, estos materiales adquieren una segunda vida al trascender a las redes sociales.
No es una foto sacada de un archivo polvoriento. Según el relato del propio Greer, la imagen proviene de una mujer cuya madre trabajó cosiendo cubiertas para las bombas atómicas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki. Luego, por razones que solo el destino (o los expedientes clasificados) conocen, la mujer fue trasladada a la base Walker, a tres millas de Roswell, donde habría conseguido la famosa imagen.
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¿Y qué nos muestra exactamente esta fotografía «revolucionaria»? Siete personas posando en torno a un cuerpo sin vida, de aspecto humanoide, que está tendido sobre una mesa de autopsias. Cinco de ellas visten batas blancas, mientras que otras dos aparecen con traje, lo que, por supuesto, ha hecho saltar las alarmas sobre la posible presencia de los legendarios Hombres de Negro.
Para darle un aire de autenticidad, Greer se aseguró de consultar a expertos del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, quienes confirmaron que la vestimenta coincidía con los años 20. Luego, consultó el Archivo Burns, con más de un millón de fotografías históricas desde el nacimiento de la fotografía hasta la era moderna y ratificó que la imagen era de los años 20.
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Si Greer está en lo cierto, pues, la recuperación de «platillos volantes» y sus ocupantes no se inició en Roswell en 1947; tampoco a 1933 cuando el gobierno fascista de Mussolini recuperó un misterioso objeto en el norte de Italia. El encubrimiento se remontaría a la década de los años 20. Hasta ahí, todo encaja perfectamente... en una película de teorías de conspiración, claro.
Lo que no encaja, sin embargo, es la supuesta naturaleza extraterrestre del cuerpo. No hay contexto sobre su procedencia, y sus proporciones son completamente humanas. Lo único "extraño" es la apariencia de la piel y la forma de la cabeza, algo que podría explicarse por la descomposición, quemaduras o incluso la falta de piel.
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Y aquí es donde la historia se tuerce. Una investigación más escéptica indica que la foto podría pertenecer a una práctica común de disección de cuerpos en los años 20. En ese tiempo, los médicos y estudiantes de anatomía solían posar junto a cadáveres en fotografías que hoy resultarían, por decirlo suavemente, de mal gusto. Algunas imágenes de la época muestran cuerpos «posando» de formas grotescas e incluso acompañados de nombres «graciosos».
Entonces, ¿es esta la prueba definitiva de que el gobierno lleva más de un siglo encubriendo la presencia extraterrestre? O, ¿estamos ante otro caso en que una imagen histórica se reinterpreta de forma conveniente para encajar en una narrativa alienígena?
Aunque Greer ha prestado un servicio excepcional al enigma de los ovnis, sobre todo cuando en 2001 presento su proyecto disclosure en el prestigioso National Press Club en Washington, sus trabajos posteriores han bajado mucho el listón, como este intento por interpretar como evidencia extraterrestre lo que, a todas luces, parece una fotografía médica históricamente clasificada. Esto es una pena porque no le quita crédito no solo a sus contribuciones anteriores, sino que además perjudica a la imagen de las supuestas visitas extraterrestres al público en general.
En cualquier caso, la foto ha cumplido su cometido: generar debate y alimentar el misterio. Y mientras haya misterio, seguirá habiendo quienes encuentren en la duda la prueba de lo que siempre han querido creer.
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