La NASA tenía en sus archivos las fotos del caso Villa
¿Cómo llegaron las fotos del 'platillo volante' del contactado Paul Villa a la colección de archivos nacionales del Centro de vuelos espaciales Goddard de la NASA?
Apolinar A. Villa Jr., más conocido como Paul Villa fue un mecánico que, a los 47 años aseguró haber establecido contacto telepático con seres de otros planetas. Procedían, en concreto, de una constelación situada cerca de Leo conocida como Coma Berenices o Cabellera de Berenice.
Su aventura quedó avalada por una serie de espectaculares fotografías, a plena luz del día, de un platillo volante que fueron a parar a la colección de registros del Centro de vuelos espaciales Goddard, de la NASA.
Nadie sabe cómo fueron a parar allí.
Archivadas con la leyenda "Platillo volador, 4 de junio de 1964", como parte del Grupo de Registro 255 (Registros de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio) dentro de la Colección de la Rama de Servicios Gráficos y de Publicaciones del Centro de Vuelo Espacial Goddard, de la Administración Nacional de Archivos y Registros (NARA), figuran siete fotografías en alta resolución de este presunto ovni.
La difusión de las mismas, a través de la página The Black Vault, coincide curiosamente con un anuncio en eBay que vende un lote con las imágenes originales en papel Kodak, por 1.400 dólares.
Paul Villa cuenta que recibió un mensaje telepático para que condujera su camioneta pick-up a un lugar situado a las afueras de Alburquerque (Nuevo México), entre las 2 y las 4 de la tarde. Provisto de una cámara Rokuoh-Sha, provista de una lente de 75mm y una película Kodak 120, vio acercarse un artefacto discoidal y empezó a disparar fotografías.
Las dos primeras de la serie (etiquetadas como 255-GS-65-107 y 255-GS-65-111) muestran la presunta nave en posición vertical, para indicar -según Villa- que los tripulantes de aquel artefacto eran capaces de crear una «gravedad artificial» dentro del platillo que permitía moverse con comodidad en el interior, con independencia de la inclinación del platillo en relación a la superficie.
Más interesante es la segunda toma que -siempre según el testimonio de Villa- el contactado casi deja fuera del encuadre al platillo volante, por culpa de la precipitación y nerviosismo del momento. Se distingue sobre la camioneta ligeramente desenfocado.
En la segunda toma, Paul Villa se dirige a la parte trasera de su vehículo y se agacha para que los árboles no tapen al platillo volante. Al estar agazapado se ven las ramas de los árboles y las plantas en el primer plano, lo que genera un desenfoque en el objeto. La pick up con la puerta abierta casi queda camuflada por el follaje del bosque.
Según refirió Paul Villa, el objeto se desplazó entonces hacia la derecha y pudo obtener otra fotografía espectacular. Su vehículo queda fuera del encuadre, concretamente a la izquierda, pero la nave está centrada y la toma ha ganado tanto claridad como en enfoque. Se advierte que el tronco del árbol, en forma de «V», pasa de lado derecho al izquierdo.
El platillo volante se acerca al contactado quien, también da unos pasos hacia delante. Es el momento «cumbre». Y Paul dispara la quinta fotografía -seguramente la más conocida- que ya no tiene el obstáculo de las ramas ramas de los árboles en el primer plano. Ahora, la imagen tiene un ángulo contrapicado y hace visible las copas de los árboles.
En la última imagen de la secuencia el objeto se está alejando y, al abrirse el plano, es fácil identificar que los árboles son los mismos. El fotógrafo ha obtenido la secuencia desde un mismo lugar.
Hasta aquí la interpretación del contacto en función de la secuencia fotográfica. El problema que evidencia la numeración de los escaneos es que no fue así. Es más, años después, diversas investigaciones han demostrado que el «Caso Villa» es un fraude realizado con maquetas de no más de 30 centímetros.
El capitán William L. Turner, jefe de la división de análisis de fotografías de la Fuerza Aérea de Estados Unidos realizó un informe para el Proyecto Libro Azul en el que se asegura que, tras diversos análisis, el platillo era una maqueta artesanal.
Pero, ¿cómo llegaron las imágenes a la NASA?
La respuesta puede llegar del misterioso anuncio en eBay. Junto a las imágenes de este encuentro referenciado, y las de otro posterior que tuvo lugar el domingo de Pascua de 1965 (un 18 de abril, para más señas) y en el que Paul Villa fue guiado «telepáticamente» a unos 24 kilómetros al Norte de Albuquerque, a un área cercana a Bernalillo, (Nuevo México), figuran varias tarjetas de visita y una identificación de la Fuerza Aérea a nombre de Albert E. MacCoy
Albert McCoy fue el encargado de la compañía Kodak de «vender» a la NASA las excelencias de sus dispositivos y negativos fotográficos. Era la mejor opción para «capturar» el espacio. Y la película Kodak estuvo presente en el vuelo orbital de John Glenn, en 1962, así como en la mayoría de las misiones posteriores de la NASA, incluido el alunizaje del Apolo XI. Llevaron el procesamiento de la película al límite. Habida cuenta de que el papel en el que se revelaron las fotografías de Villa era Kodak y que el nexo con la NASA es McCoy, no sería extraño que fueran a parar las imágenes allí gracias a él.
Hay un archivo .zip disponible [165 MB] de todas las fotos a continuación, con las versiones .tif de alta resolución. Cada imagen tiene más de 25 MB por foto.
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