Localizan a un familiar del artesano que fabricó las falsas momias
Se llama Manuel Cáseres y dice ser tío del 'artista' que hizo las falsas momias analizadas por el Ministerio de cultura del Perú.
Visto lo visto, son capaces de darle la vuelta a todo.
La respuesta del periodista Jaime Maussan a la rueda de prensa del Ministerio de Cultura del Perú, donde el arqueólogo forense Flavio Estrada presentó los resultados de los análisis a las dos presuntas momias decomisadas en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima, no se ha hecho esperar y ha sido rotunda.
En una transmisión en vivo de su Canal de Youtube, Jaime Maussan entrevistó a en exclusiva al periodista peruano Manuel Cáceres o Cáseres. Este hombre, que intervino vía telefónica, reconoció que los muñecos fueron creados por su sobrino y contactó con el Ministerio de Cultura del Perú para reclamar sus “artesanías” pues era fruto de su trabajo.
“Era evidente que se trataba de artesanías” –enfatizó Maussan en la presentación. Y eso –si me permites la opinión- que ni las tuvo delante y estaban vestidas, a diferencia de Clara y Mauricio, que son las “momias” que presentó en México.
Establece, de este modo, una diferencia entre “sus” seres tridáctilos y los incautados. Los suyos son buenos, los otros son burdas copias.
Como ya adelanté cuando presenté pruebas rotundas del fraude, es necesaria la regulación de las presuntas “evidencias biológicas de Nazca” en la medida que, si se trata de artesanías modernas nada impide que pueda comerciarse con ellas y, por consiguiente, sería ilegal su incautación. Pero, si se trata de material arqueológico estaríamos frente a un expolio del patrimonio histórico del Perú.
Esta paradoja es una vía de escape y el argumento de los más crédulos.
El tío del artesano admitió que vende estas artesanías a los turistas para propulsar el turismo en la región
Cáseres, según el propio Maussan, "estuvo muy cerca del descubrimiento" de las momias tridáctilas de Nazca y de su "descubridor", Leandro Benedicto Rivera, un huaquero de la región. Es decir, que su localización no ha sido casual.
Una cosa dijo clara Cáseres: “No es real, es artesanía y estamos incómodos con que ellos destruyan nuestro arte, hacer réplicas, lo que nos interesa es que el caso siga.” Sinceridad, desde luego, no le falta. Da igual que sea verdadero o falso, la cuestión es que se hable. Ya lo decía Salvador Dalí: "Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí"
Pero el arte es para exponerlo, contemplarlo y disfrutar de las emociones que sugiere la obra. ¿Es ese el objetivo del sobrino de Cáseres?
“Nosotros somos propulsores del turismo –dijo sin ruborizarse- y Palpa, Nazca, Ica, tienen un enorme potencial turístico y, ahora, con este caso, con esta investigación, a nosotros nos ayudaría mucho”.
Desde luego fue sincero pero no explicó porque en el concepto de "arte" de su sobrino se utilizan huesos de animales, porque no utiliza arcilla para replicar las supuestamente auténticas. ¿No es extraño? O es que, tal vez, les pillaron con el carrito del helado.
Imagino, además, que el “espíritu filantrópico” del sobrino de Cáseres es donarlas gratuitamente, por eso se mandan por avión a otros países. (Ironía modo on).
El propio Maussan le pregunta si le ofrecen estas artesanías a los turistas de México. “Claro que sí” –reconoce Cáseres. Hasta dice que se hacen impresiones en camisetas con mis queridos “teletubbies” disecados. ¡Yo quiero una!
Y, añade: “Incluso estamos pensando en implementar una sala de exposición”. Imagino que con todo el material de la cueva de diatomea que (salvo Jois Mantilla) nadie conoce.
El problema de la iniciativa es que, para que funcione, hay que vender el asunto como real, como momias antiguas de origen no humano, sino ¿quién va a ir a mirar muñecos?
Con la campaña internacional que está recibiendo el asunto de las falsas momias tridáctilas, es posible que pase como con la restauración del Cristo de Borja. ¿Recuerdan? Nadie iba a ver el original y tras la “interpretación” libre de Cecilia Giménez, en 2012, este pueblo de aragonés ha recibido la friolera de 300.000 personas. A 3 euros de entrada… echen cuentas.
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