Las guerras aéreas de los dioses
Milenarios textos sagrados de la India relatan que los dioses se enfrentaban empleando naves voladoras
Avesta es una palabra en avéstico que significa «texto fundamental» o «la doctrina». Se trata de una colección de textos sagrados de la antigua Persia. El Avesta conservado en nuestros días es una colección de tratados litúrgicos que apenas alcanza la cuarta parte del original, tal y como fue compilado en la época sasánida (del siglo III al VII). Según dichos textos, los sistemas estelares están regidos por diferentes ejércitos que, en un pasado remoto, se enfrentaron entre sí, aunque no ofrece mayores descripciones sobre dichos enfrentamientos. Caso contrario es el de dos epopeyas sánscritas, el Mahâbhârata y el Ramayana, en las que se pueden leer completas explicaciones sobre las naves voladoras de los antiguos dioses de la India.
Los vimanas, las máquinas voladoras de los dioses, estaban construidos en diferentes metales y disponían de dos alas
El Mahâbhârata, escrito entre los siglos I a. C. y IV d. C., narra las guerras entre los dioses y sus alianzas y contactos con los príncipes y señores feudales de entonces. Lo interesante de este relato es que describe con gran precisión los objetos voladores de los dioses, llamados vimanas, y las terribles armas que utilizaban. Hasta tal punto es así, que varias universidades indias están basándose en las informaciones sobre los aparatos voladores que ofrecen los textos sánscritos, a fin de aplicarlas en sus proyectos aeronáuticos actuales.
NAVES DIOSES
En un fragmento del Mahâbhârata en el que se explica la batalla entre el gran Arjuna, un príncipe en contacto con los dioses, y los asuras (los demonios), leemos: Arjuna ascendió al cielo para obtener de los seres celestiales armas divinas y aprender su manejo. En el curso de dicha estancia, Indra, señor del cielo, exigió a Arjuna que destruyera todo el ejército de los asuras. Estos treinta millones de demonios vivían en fortalezas situadas en las profundidades de los mares. Indra, señor del cielo, cedió a este efecto su propia nave voladora a Arjuna, pilotada por su diestro ayudante Matali. Dicha nave también era capaz de moverse bajo el agua. En la encarnizada batalla que siguió, los asuras provocaron lluvias torrenciales, pero Arjuna les opuso un arma divina que logró desecar todo el agua. Los asuras fueron vencidos y, tras la batalla, Arjuna descendió a las ciudades de los vencidos demonios. Quedó fascinado por la belleza y el lujo de las ciudades submarinas. Arjuna preguntó a Matali acerca de la historia de tales ciudades, y se enteró de que originariamente habían sido construidas por los dioses para su uso particular”.
Los vimanas, las máquinas voladoras de los dioses, son descritos en los textos sánscritos como formados por tres pisos, triangulares y provistos de tres ruedas, con capacidad para tres pasajeros. Estaban construidos de diferentes metales y disponían de dos alas. Se movían a grandes velocidades y podían viajar por tierra, agua y aire. No solo eran pilotados por los dioses, sino que también algunos seres humanos utilizaban dichos artefactos.
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