El incidente Rendlesham y las luces de plasma
Un veterano ufólogo británico plantea que el incidente vivido por soldados estadounidenses en el bosque de Rendlesham pudo ser producido por el plasma
Más de cuatro décadas han pasado desde que las misteriosas luces sobre el bosque de Rendlesham, en Inglaterra, pusieran de cabeza al mundo de la ufología. Lo que comenzó como un avistamiento de luces extrañas por parte de militares estadounidenses en diciembre de 1980, ha dado pie a teorías que oscilan entre encuentros extraterrestres, conspiraciones militares y, ahora, una explicación basada en fenómenos naturales desconocidos.
Philip Mantle, exdirector de investigaciones de la Asociación Británica de Investigación OVNI (BUFORA) y destacado autor, ha ofrecido una nueva perspectiva sobre este famoso caso. Según Mantle, lo ocurrido en Rendlesham podría no involucrar alienígenas ni tiempo perdido, sino una forma de plasma natural emitida por la Tierra, un fenómeno que, aunque intrigante, sigue sin ser completamente comprendido.
Se llama “plasma” a un estado de agregación de la materia que puede comprenderse como un gas ionizado, es decir, compuesto por átomos a los que les han retirado o sumado electrones y, por ende, tienen una carga eléctrica fija lo que lo convierte en un excelente transmisor de la electricidad. En la naturaleza podemos observar el plasma en forma de auroras boreales, por ejemplo.
Los soldados que se adentraron al bosque de Rendlesham describieron luces, árboles iluminados y movimientos extraños que activaron los instintos más primitivos fruto del miedo. Uno de ellos, Jim Penniston, afirmó incluso haber tocado una nave triangular de aparentemente origen desconocido, grabada con jeroglíficos. Su compañero John Burroughs, por otro lado, apenas recordaba los eventos, lo que añadió más confusión al caso.
Tres años después, el encuentro se convirtió en noticia nacional, ocupando la portada del ahora desaparecido News of the World, que proclamaba: "Ovni aterriza en Suffolk, y eso es oficial".
La noticia, aparentemente, se fundamentaba en un memorando enviado por el subcomandante de la base de la RAF Woodbridge, el teniente coronel Charles Halt, al Ministerio de Defensa. Había sido publicado por el gobierno de los Estados Unidos y describía un encuentro con lo que parecía ser un ovni en el bosque, según BBC News .
Con el paso de los años, los testimonios evolucionaron. Penniston, bajo hipnosis, llegó a afirmar que lo que vio era una máquina del tiempo enviada desde el futuro, mientras que otros involucrados, como el mencionado coronel Charles Halt, documentaron el incidente en grabaciones que aún hoy generan debate.
¿Plasma o platillos voladores?
No obstante, Mantle señala que muchos de los relatos podrían ser explicados por fenómenos conocidos, aunque inusuales. Cita un informe del Ministerio de Defensa británico, conocido como el Condign Report, que identificó un tipo de plasma electromagnético como una posible causa detrás de avistamientos similares. Este plasma, afirma Mantle, podría interactuar con el entorno y las personas, provocando experiencias cognitivas extraordinarias, incluso alucinaciones.
Esta idea ha sido llevada al laboratorio por el neurólogo canadiense Michael Persinger, quien estimulando los lobulos temporales con electromagnetismo consiguió inducir experiencias místicas y estados alterados de conciencia (EOC) que podrían explicar ciertas visiones.
También se propuso el plasma para explicar los UAP (Fenómenos anólamos no identificados) filmados desde los cazas de la marina de Estados Unidos.
La teoría del plasma no solo es fascinante, sino que también abre una puerta a entender cómo fenómenos naturales podrían generar experiencias que se perciben como sobrenaturales. Fue propuesta por primera vez por el científico de defensa británico Dr. Ron Haddow en la línea de que las fuerzas electromagnéticas producidas por la geología terrestre, en condiciones específicas, pueden generar destellos de colores brillantes y afectar al cerebro en forma de alucinaciones.
John Burroughs, recibió una compensación económica del ejército estadounidense, lo que sugiere que el gobierno reconoció que algo ocurrió aquella noche
“A veces, las personas son hipersensibles a estas emisiones y, al entrar en contacto con ellas, tienen experiencias que sienten como reales, aunque no lo sean”, explica Mantle. Esto podría explicar la sensación de estar ante algo no de este mundo que los soldados describieron.
Sin embargo, Mantle también enfatiza que este fenómeno no desestima la autenticidad de lo vivido por los testigos. Uno de ellos, John Burroughs, recibió años después una compensación por parte del ejército estadounidense, lo que sugiere que el gobierno reconoció que algo ocurrió aquella noche, ¿tal vez un experimento? aunque no se haya esclarecido qué exactamente.
En ese sentido, como reconoció Nick Pope, responsable de la oficina de investigación ovni del gobierno británico, el Pentágono se interesó en obtener muestras de sangre y ADN de los testigos del incidente.
Aunque las teorías racionales, como la de Mantle, intentan arrojar luz sobre el caso Rendlesham, el incidente va camino de convertirse en un mito pues estas hipótesis no pueden dar respuesta a las marcas encontradas en el terreno ni la aparición de los símbolos, ni los altos niveles de radiación. Queda por ver si algún día llegaremos a conocer la verdad definitiva, pero en lo que respecta a Mantle, es el espacio entre líneas lo que hace de Rendlesham un misterio tan duradero.
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