Hallan un misterioso ser en Colombia
Analizamos la imagen de un extraño espécimen hallado en Colombia que presenta analogías con el humanoide de Atacama
He recibido por WhatsApp una sugerente imagen que muestra un ser extraño, misterioso, con un cráneo desproporcionado, con ojos rasgados y una protuberancia aparentemente ósea en la parte superior de la cabeza. Mi fuente quería saber si podía tratarse de un ser de otro mundo y me informó que el ejemplar procede de Colombia. Estoy seguro que alguno en México ya le habría otorgado el calificativo de «alienígena» pero en mi caso prefiero ser más cauto.
Desde que el asunto de las momias tridáctilas (2016) se revitalizara gracias a su presentación en una audiencia pública celebrada en México, han aparecido numerosas imágenes de pretendidos seres de «otros mundos».
Una mirada más atenta a la morfología de este pequeño ser, nos permite observar la postura de sus extremidades inferiores, con las rodillas dobladas, como si acabara de salir de una posición fetal y el detalle –no baladí- del cordón umbilical, una característica única de los mamíferos placentarios. Este cordón de vida es un conducto flexible que une al feto con la placenta y constitiye su única fuente de oxígeno y nutrientes.
También contamos menos costillas que los de un ser humano normal (apenas tiene 10 pares en lugar de 12 correspondientes). Pese a todo, parece tratarse del feto de un mamífero con algún tipo de malformación.
En algunos aspectos, la imagen me ha recordado a Ata, nombre con el que se bautizó a un esqueleto momificado hallado en un pueblo minero abandonado conocido como La Noria, en la región de Atacama (Chile), en 2003. Su cuerpo tenía 15,24 centímetros de altura, pero sus huesos tenían consistencia con los de un niño entre los 6 y 8 años de edad.
El humanoide de Atacama supuestamente anduvo. Presentaba callosidades en los pies y, según las radiografías, el espécimen tenía una fisura en el húmero y otra en el pabellón auditivo derecho, que probablemente fueron la causa de su muerte.
Precisamente hay una conexión de ambos especímenes en Colombia pues, según refiere el custodio de Ata, el presidente del IIEE, Ramón Navia Osorio, en una entrevista, la investigadora Gilda Mora, de Colombia refirió que tenía noticias de estos seres desde los tiempos de la conquista española, de Nueva España y que, incluso hoy en día, se tenía referencias de ellos en un lugar llamado “El cerro de los enanos”, en Colombia, de muy difícil acceso.
Las leyendas hablan de una civilización de seres diminutos, de unos 35-40 centímetros, que vivirían en lo alto de estas montañas.
El ser de Atacama llamó la atención del científico de la Universidad de Stanford, Gary Nolan pues, si bien no creía que fuera de naturaleza extraterrestre, podía ser desde una especie de primate aún no reconocida, hasta algún tipo de deformidad humana o incluso algo totalmente diferente.
Nolan pudo obtener una muestra de la médula ósea en las costillas y secuenció el genoma completo. El análisis de ADN reveló varias mutaciones en siete genes que, combinadas, crearon las deformidades óseas y músculoesqueléticas, como la escoliosis y la displasia esquelética, mejor conocida como enanismo.
No era un feto, como todo el mundo sospechaba sino una mutación. Y hay que reconocer que nadie ha explicado antes todos estos síntomas en un solo paciente, según uno de los autores del estudio que fue publicado en la revista Genoma Research.
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