Guerra abierta en el Pentágono a causa de los ovnis
Unos dicen que el fenómeno es inexplicable, otros que son drones chinos, ha empezado la lucha en el Pentágono por hacerse con la narrativa de los ovnis
A finales de octubre de 2022, la NASA hacía pública la identidad de su comité de sabios para establecer una metodología que permitiera abordar los escurridizos e incómodos Fenómenos Aeroespaciales y Transmedia no Identificados (UATP en su acrónimo del inglés). Dieciséis identidades con un sesgo claramente espacial.
En la noticia que divulgué, compartía mis inquietudes acerca de si este inédito posicionamiento de la agencia espacial norteamericana era el preámbulo de un paso atrás en la desclasificación de la información relativa a los ovnis. Mis sospechas se acrecentaron días más tarde, la noche de Halloween, cuando no llegó al Congreso estadounidense el nuevo informe clasificado por la ODNI (Oficina del Director Nacional de Inteligencia).
No es frecuente que se produzcan retrasos en este tipo de informes. Los analistas piensan que se está cociendo algo, especialmente después de la publicación de filtraciones por parte de The New York Times, como comentaré más adelante.
El nuevo informe de la ODNI explica muchos incidentes desde la perspectiva de drones de origen chino
Si bien se mantenía que, de los 366 casos analizados, 200 seguían inexplicados y mencionaba la existencia de un video de 23 minutos y otro que refería el paso de un ovni a 50 pies de la cabina de un F18 de la Armada, se insistía por primera vez, desde que empezó el proceso de divulgación ovni, la posibilidad de que muchos incidentes pudieran explicarse desde la perspectiva de drones y enjambres de drones de origen chino acosando a los buques de la Armada estadounidense. ¿Puede interpretarse como un paso atrás?
El informe estaba alineado con las tesis de Tyler Rogoway, redactor jefe de la revista on line The War Zone. El medio, ha pasado los últimos dos años presentando pruebas de que muchos de los eventos que involucran supuestos ovnis, o fenómenos aéreos no identificados (UAP), como ahora se les llama, "son en realidad, la manifestación de adversarios extranjeros que aprovechan los avances en tecnología de vehículos aéreos no tripulados de gama baja, e incluso plataformas más simples, para recopilar inteligencia de extrema fidelidad sobre algunas de las capacidades bélicas más sensibles de Estados Unidos".
Rogoway habla de aviones no tripulados y globos que irrumpen en el espacio aéreo en lo que califica de "uno de los mayores errores estratégicos del Pentágono de nuestro tiempo". En su opinión, el Departamento de Defensa todavía se está poniendo al día en lo que respecta a las realidades que rodean la amenaza de los drones, y "no solo a sus en Estados Unidos sino también en el extranjero".
En ese sentido, el Pentágono no está dispuesto a comentar las afirmaciones de que "se descubrieron drones chinos monitoreando las operaciones estadounidenses" aludiendo a cuestiones de seguridad nacional.
Pentagon not willing to comment on UAP report delay OR assertions that "Chinese drones discovered monitoring US operations"
— Redacted Media (@redacted_media) November 9, 2022
H/T @Akam1129#UFOtwitter pic.twitter.com/svSWTbY8nC
Muchos hablan ya de una guerra abierta dentro del Pentágono. Las facciones en conflicto estarían compitiendo por el control de la narrativa UAP, hasta ahora con un claro sesgo extraterrestre.
No es algo nuevo. El primer director del Proyecto Libro Azul, el Capitán de la Fuerza Aérea, Edward Ruppelt, relata en su libro The Report on Unidentified Flying Objects (1956) que, a menudo, estuvo atrapado entre dos facciones amargamente divididas. "En todos los círculos de inteligencia", escribió Ruppelt, "la gente había elegido bandos" sobre los ovnis.
La Fuerza Aérea llegó a la conclusión de que los ovnis eran 'naves interplanetarias' pero la presión obligó a negarlo
Según Ruppelt, una evaluación de inteligencia realizada por la Fuerza Aérea en 1948 llegó a la conclusión de que los ovnis eran "naves interplanetarias". El informe "se abrió camino hasta los escalones más altos de la Fuerza Aérea", pero fue echado atrás por el jefe de personal de la Fuerza Aérea, el general Hoyt Vandenberg, por falta de pruebas contundentes. Cabe recordar que este general es el que dio la versión del globo meteorológico en el incidente Roswell un año antes.
Ante la presión para resolver el enigma Ruppelt escribió: "La gente del proyecto OVNI [entonces] probó una nueva hipótesis: los OVNI no existen" y muchos analistas se subieron al carro anti-OVNI.
Ahora sucede lo mismo con los UATP. En 2017, un artículo de The New York Times admitía que algunos avistamientos de ovnis no podían explicarse y mostraba tres vídeos que supusieron un vuelco a los escépticos. Sin embargo, ahora, en 2022, un nuevo artículo menciona haber "resuelto" los avistamientos, "Gimbal" y "GoFast" pero omite las pruebas. Obviamente, detrás de cada uno hay grupos de presión que filtran documentos, investigaciones y opiniones partidistas en uno u otro sentido.
Un reciente artículo en Daily Mail, que cita fuentes oficiales, critica duramente a la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, afirmando: "No quieren hablar sobre [UAP], porque realmente, realmente no saben qué diablos son".
En resumen, las facciones en competencia parecen estar compitiendo por el control de la narrativa y, si este es realmente el caso, la historia se estaría repitiendo.
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