Estos son los lugares con más ovnis, según el Pentágono
El Departamento de Energía, responsable de la seguridad nuclear de EE.UU se suma al esfuerzo de transparencia acerca de los ovnis
Los documentos publicados por el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) están evidenciando nuevos detalles sobre incidentes UAPs (Fenómenos Anómalos No Identificados) cerca de instalaciones nucleares.
Que los ovnis han interferido las capacidades atómicas de Estados Unidos es una cantinela que viene sonando desde hace meses por quienes destacaron en los inicios del proceso de revelación para poner el acento en la amenaza que constituyen estos misteriosos objetos. Lue Elizonzo o el difunto Harry Reid ya advirtieron que los UAP podían interferir en las capacidades atómicas de la defensa. En la misma línea compareció Robert Salas ante National Press Club de Washington, en octubre de 2021. El que fuera comandante de una instalación de control de lanzamiento subterránea de misiles nucleares asignada a la Base de la Fuerza Aérea Malmstrom, en Montana, vivió una experiencia sobrecogedora 54 años atrás. Diez misiles balísticos intercontinentales fueron inutilizados coincidiendo con la presencia sobre la base de un misterioso objeto rojizo en el cielo.
La web de la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO) incorporó un mapamundi con los lugares donde se han avistado más ovnis.
Con independencia de la costa Este y Oeste de Estados Unidos, los lugares con mayor número de avistamientos son –según el Pentágono- Japón y Oriente Medio, incluidos Siria e Irak.
En Japón, según se deduce del mapa, la actividad se concentra en la región sudoeste y, en particular, sobre las ciudades de Hiroshina y Nagasaki, conocidas porque sobre ellas estalló la bomba atómica, en 1945, durante la fase final de la Segunda Guerra Mundial. También allí se registró actividad ovni durante el accidente de la central nuclear de Fukushima. Vale. Pero, a mi juicio, los incidentes de Oriente Medio son un sesgo relacionado con el vuelo de drones espías estadounidense. Dicho de otro modo, como la web sólo recoge informes de los militares estadounidenses, y no suele “espiar” a las naciones amigas, los puntos calientes se sitúan allá dónde están sus drones. Recordemos el vídeo de Bagdad o la esfera de Mosul captados por un MQ9 Reaper. Es evidente, pues, que hay un sesgo en la información que impide sacar conclusiones objetivas.
Por eso es importante ver qué es lo que informa el Departamento de Energía.
Los documentos, compuestos fundamentalmente por informes de operaciones presentados por la División de Fuerza Protectora de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA), involucran incidentes con presuntos drones no identificados cerca del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL) y otras instalaciones del DOE, entre mayo de 2018 y el mes de abril de 2021.
También se ha desclasificado correspondencia que incluye referencias históricas a observaciones de UAP y temas relacionados.
Hay que poner de relieve que la NNSA es una agencia del Departamento de Energía responsable de la seguridad de las armas nucleares y de responder a una eventual emergencia nuclear. Esta agencia semiautónoma ha prohibido, como es lógico, los vuelos de drones sobre sus instalaciones por motivos de seguridad. Si no hay ánimo de atentar o espiar por parte de otra nación ¿quién se atrevería a hacer volar un dispositivo en alguno de sus instalaciones?
Los documentos desclasificados revelan incidentes adicionales en un total de 24 enclaves nucleares
Pues bien. A pesar de las restricciones, documentos de la FOIA revelaron avistamientos de enjambres de drones el 29 de septiembre de 2019 en la estación de generación nuclear de Palo Verde, en el condado de Maricopa, Arizona. Documentos posteriores revelaron incidentes adicionales en un total de 24 sitios nucleares, involucrando 57 incursiones reportadas entre 2015 y 2019.
Un análisis técnico clasificado, elaborado conjuntamente por la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) y el Laboratorio Nacional Sandia, en octubre de 2019, concluyó que las plantas de energía nuclear estadounidense no parecían tener ninguna vulnerabilidad significativa que pudieran explotar naciones rivales que pudieran emplear drones cerca de estas instalaciones. Esto, a mi juicio, descarta la opción “drone” e impulsa la opción UAP.
Algunos de estos incidentes, además, fueron protagonizados por objetos en forma de esfera que es, de largo, la estructura más reportada según la AARO. Uno de los más significativos tuvo lugar el 30 de abril de 2019, e sobre el LLNL. Fue protagonizado por un "objeto parecido a un dron" que es descrito como un "plateado redondo y que volaba alrededor del Área de Proceso, deteniéndose y flotando durante varios segundos”. Luego, según reza el informe, el objeto se movió hacia el norte, deteniéndose y flotando nuevamente durante un breve período de tiempo.
Casos que ponen en evidencia el interés de estas pequeñas sondas esféricas por los lugares sensibles. Que el Departamento de Energía se haya sumado al esfuerzo por publicar registros sobre incidentes inexplicables es un paso más en la carrera por alcanzar la gran revelación. ¿Cuál será el próximo paso?
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