Crean un protocolo de comunicación con extraterrestres
La Universidad de St. Andrews coordinará la respuesta en caso de contacto extraterrestre
Al apuntar el Telescopio Green Bank a 31 estrellas similares a nuestro Sol, astrónomos de la Universidad de California detectaron más de 26 millones de tecnofirmas en apenas cuatro horas de observación. Una tecnofirma es una señal emitida por una civilización tecnológica, en consecuencia, hablamos de seres extraterrestres inteligentes.
Por desgracia, tras analizar las tecnofirmas, los investigadores del proyecto Breakthrough Listen concluyeron que ninguna provenía del espacio. Todas eran de origen terrenal; interferencias de radiofrecuencia (RFI) emitidas por nuestros satélites, aviones, sistemas de comunicación, teléfonos móviles y hornos de microondas.
No obstante, no son malas noticias. Es probable que las RFI oscurezcan las señales potenciales de una civilización extraterrestre, por lo que el experimento ha permitido a los investigadores refinar sus algoritmos para ir descartándolas.
El astrónomo de Harvard, Avi Loeb decía en un reciente artículo que "podríamos haber detectado ráfagas de ondas gravitacionales producidas artificialmente, utilizadas para la comunicación entre civilizaciones tecnológicamente avanzadas."
¿Qué sucedería si una sola de esas señales fuera realmente una tecnofirma de nuestros vecinos cósmicos? ¿Quién se encargaría de analizar y responder? ¿La ONU?
Para coordinar un evento de estas características, la Universidad de St. Andrews ha creado un nuevo centro de investigación internacional que coordinará la experiencia global y preparará a la humanidad para tal circunstancia y cómo articular una respuesta.
Un centro de investigación internacional coordina la respuesta a un eventual mensaje extraterrestre
Se trata del SETI Post-Detection Hub , organizado por el Center for Exoplanet Science y el Center for Global Law and Governance de la citada Universidad. Su misión será coordinar un esfuerzo internacional que reúna expertos tanto en ciencias como en las humanidades para establecer evaluaciones de impacto, protocolos, procedimientos y tratados diseñados para permitir una respuesta responsable.
Hasta ahora se había prestado poca atención a este tema, con la honrosa excepción de la Royal Society que, en 2010, celebró un debate científico sobre "La detección de vida extraterrestre y las consecuencias para la ciencia y la sociedad". A raíz de esta reunión, Mazlan Othman, a la sazón directora de la Oficina de Asuntos del Espacio Exterior de las Naciones Unidas (UNOOSA) tuvo que desmentir que había sido nombrada "embajadora para el contacto extraterrestre".
Los únicos protocolos de 'contacto' en vigor, fueron acordados en 1989 por la comunidad SETI y se revisaron hace trece años, en 2010. Estos protocolos se centraron en la conducta científica, pero no son útiles para gestionar el proceso de búsqueda, manejo de evidencia candidata, confirmación de detecciones, análisis e interpretación posterior a la detección y respuesta potencial.
No sabemos qué idioma hablan los extraterrestres ni cuales son sus verdaderas intenciones
El reto es mayúsculo porque no sabemos qué hablan los extraterrestres, ni cuáles son sus verdaderas intenciones, caso de descifrar su mensaje. Curiosamente disponemos de protocolos en caso de amenaza de asteroides, pero no había nada que regulara cómo actuar frente a los alienígenas.
El nuevo SETI Post-Detection Hub proporciona, por primera vez, un marco integral que da respuesta a los desafíos actuales, reuniendo a miembros interesados en la búsqueda de vida extraterrestre y comunidades académicas que pueden ayudar tanto en el desciframiento de mensajes como en el análisis de datos para el desarrollo de protocolos regulatorios, leyes espaciales y estrategias de impacto social.
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