Contacto OVNI desde el pasado
Se están encontrando pruebas que demuestran que en la antigüedad se produjo un contacto OVNI entre seres humanos y los tripulantes de esas naves.
En Japón se ha creado un parque temático dedicado a los OVNIs, basado en una historia real. Y es que el país del Sol naciente cuenta con algunas de las crónicas sobre observaciones de OVNIs en la antigüedad más notables. De entre ellas destaca el relato de Utsuro-Bune –«nave cóncava»–, un episodio descrito en varios textos nipones del siglo XIX, ocurrido el 22 de febrero de 1803. La versión más generalizada habla de la aparición en la playa de Hitachi de una extraña embarcación de metal con forma de bol, que al ser observada por los pescadores fue llevada hasta la costa. Una vez allí, los sorprendidos testigos comprobaron que el objeto tenía unos 3,30 metros de alto por 5,4 de ancho, con ventanas acristaladas a través de las cuales los pescadores observaron que en las paredes había unos símbolos desconocidos. Pues bien, dentro pudieron ver a una bella y joven mujer pelirroja, de unos 20 años de edad, que además se dirigió a ellos en un lenguaje incomprensible. La chica llevaba entre sus manos lo que parecía ser una caja.
La nave fue plasmada en unas pinturas ciertamente extrañas, en las que se representa el no menos misterioso artefacto. Y también en dos libros: el Toen Shosetsu, de 1825, y el Ume no Chiri, de 1844, que salvo por unos días y por los rasgos de la mujer, en el resto de cosas se ponen de acuerdo a la hora de describir esta historia. Las crónicas refieren que después el objeto regresó al mar, y hoy ha vuelto a emerger en un parque temático ubicado en la playa donde se dejó ver hace tanto tiempo.
La riqueza descriptiva del avistamiento es tal, que parece imposible, en virtud de los dibujos y de los testimonios recogidos, que se trate de un fraude. Menos aún en Japón, según las estadísticas la sociedad menos mentirosa de mundo
Ésta es tan sólo una pequeña muestra de una realidad que recorre la historia, hasta remontarnos a la Roma imperial, donde los fenómenos anómalos aéreos eran denominados «clipeis ardentes» –escudos voladores–, e incluso al arte rupestre prehistórico. Y es precisamente en este último, en unas grutas de la región de Charama, a unos 130 kilómetros de Raipur, la capital del estado indio de Chhattisgarh donde hace un par de años se descubrieron unas pinturas con una antigüedad de 10.000 años y que representan, en palabras del arqueólogo Jagdeo Ram Bhagat, que lleva años trabajando en el sitio arqueológico, «que los seres humanos en tiempos prehistóricos pudieron haber presenciado o ideado seres de otros planetas que hoy en día continúan generando enorme curiosidad entre la gente y expertos en la materia». Dicho así, sorprende que un hombre de ciencia hable de alienígenas en el arte rupestre. Pero es que ha ido más allá: «Las curiosas imágenes trazadas en colores naturales sobre la roca parecen representar individuos provistos de trajes espaciales, como los alienígenas mostrados en las películas de Hollywood y Bollywood… La antena en forma de abanico y tres patas de soporte del vehículo que también se ve dibujado presenta una clara semejanza con el arquetipo de OVNI. No podemos rechazar la posible imaginación de los hombres prehistóricos, pero los seres humanos en la antigüedad por lo general no tenían tanta imaginación», concluye.
Jagdeo Ram Bhagat terminó su declaración asegurando que «entre las antiguas leyendas destaca la de los Rohela, o “gente de pequeñas dimensiones”, que hacen referencia a criaturas que descendían de los cielos mediante artefactos circulares (OVNIs) para llevarse a personas del pueblo para nunca más ser vistas».
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