Científicos británicos capturan un organismo alienígena
Científicos británicos capturan un "organismo alienígena" con forma de feto humano en la estratosfera del desierto Salar de Bonneville, en Estados Unidos. Por Josep Guijarro
Ha vuelto a suceder.
Milton Wainwright y un equipo de investigadores de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), ha divulgado imágenes de un organismo extraterrestre capturado en la estratosfera de Utah, Estados Unidos, en concreto sobre el desierto Salar de Bonneville.
La perturbadora partícula está compuesta de carbón, oxígeno y nitrógeno y tiene una simetría bilateral, o lo que es lo mismo, el mismo aspecto en sus dos lados, dando la apariencia de un feto humano.
Según el microbiólogo Milton Wainwright, el número de lugares en la Tierra "contaminados con microbios alienígenas" va en aumento.
Como refiero en mi libro Aliens Ancestrales (Luciérnaga 2015) a finales de 2014 el equipo de científicos del Centro de Astrobiología de Buckingham anunciaron un hallazgo similar: una semilla extraterrestre en un minúsculo objeto esférico de metal, compuesta de una aleación de titanio y vanadio. Me pregunté, entonces: ¿Es posible que civilizaciones de otros planetas estén intentando sembrar sus semillas en la Tierra? Y si es así, ¿Con qué propósito?
La microfotografía que acompañaba la noticia, nunca vista antes, mostraba una suerte de globo metálico escupiendo material biológico. Aquel minúsculo objeto, definitivamente, venía a confirmar la teoría de la Panspermia propuesta Francis Crick hacía décadas.
Y eso mismo debió pensar el profesor Milton Wainwright y su equipo al hacer su descubrimiento.
El fallecido premio Nobel Francis Crick y el químico británico Leslie Orgel, propusieron esta teoría en 1973. Crick, que fue co-descubridor de la estructura en doble hélice de la molécula de ADN, encontró muy improbable que la complejidad de este aminoácido pudiera haber evolucionado de forma natural y sugirió que sus estructuras podían haber sido cargadas, en un par de cohetes, por una civilización avanzada frente a una posible aniquilación catastrófica, o quizás, con la esperanza de "terraformar" planetas para su posterior colonización. De este modo, habrían disparado su cápsula al azar como la estrategia más rentable para la siembra de la vida en un planeta compatible en algún momento del futuro.
"Si la vida sigue llegando de forma continua desde el espacio, entonces debemos cambiar por completo nuestra visión sobre la Biología y la evolución. Habrá que reescribir por completo los libros de texto".
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