1947-2017. OVNIS el informe definitivo
Han transcurrido setenta años desde que Kennet Arnold divisara los primeros ovnis de la era contemporánea, es momento de hacer balance y conocer qué han dado de sí las investigaciones, en qué momento se encuentran y cuál ha sido la evolución de las creencias sobre su naturaleza. Os presentamos, además, un vídeo con el informe definitivo del caso ArnoldJosep Guijarro
Pasaban pocos minutos de las tres de la tarde. Kenneth Arnold un hombre de negocios de Boise, en Idaho, volaba a bordo de su avioneta Callair en las cercanías de Checalis, en el estado de Washington. El deseo humanitario por un lado y, seguramente también, los 5000 dólares de incentivo, le habían llevado a unirse a las tareas de búsqueda de un avión de transporte C-46 que se había estrellado. De repente observó un destello y mirando con atención a su izquierda divisó una hilera de nueve objetos metálicos sobrevolando las cumbres nevadas del monte Rainier. Arnold observó que se movían a gran velocidad, de forma curiosa, como un "plato que hicieras saltar sobre el agua". Esta malograda expresión fue recogida por los periodistas que, curiosos, le esperaban en el aeropuerto tras haber informado por radio de su aventura. Y desde aquel día, el 24 de junio de 1947, será recordado como el inicio de la era de los Platillos Volantes a pesar de que no eran platillos sino que tenían forma de boomerangs.
¿QUÉ SON LOS OVNIS?
Por su extraordinaria importancia y dimensión los platillos volantes estaban llamados a ser el enigma número uno de la ciencia actual. Desde aquella fecha se produjeron cientos de observaciones; ¿Qué eran aquellos objetos?, ¿Podían ser hostiles? Por desgracia algunas de estas preguntas siguen vigentes setenta años después por lo que resulta fácil suponer que no se ha avanzado mucho. La culpa, sin embargo no es de los investigadores, una política de secretismo de ejércitos y gobiernos, por un lado, y la proliferación de místicos y contactados que han querido dar un enfoque filosófico a este fenómeno han impedido, en buena parte, el interés de la ciencia y la comprensión adecuada del enigma OVNI.
Casi desde el principio los platillos volantes se identificaron con una inteligencia procedente de las estrellas.
En 1949 el mayor de las Fuerzas Aéreas norteamericanas, Donald Keyhoe, se manifestó públicamente a favor de una investigación oficial del misterio y había escrito, incluso, que las apariciones se debían a vuelos de reconocimiento efectuados por naves procedentes de Marte.
Cuando en 1947 la prensa propagó la existencia de los platillos volantes la pregunta que siguió a la de su origen fue la de cómo se propulsaban. "Antes de que la hipótesis extraterrestre se pusiera de moda -explica el antropólogo Ignacio Cabria- las primeras sospechas sobre la naturaleza de aquellos objetos era que se trataba de vehículos de experimentación de origen ruso". Efectivamente, la fantasía popular se dirigía también hacía armas secretas que se habrían experimentado en Alemania por parte del III Reich.
Esta idea abandonada hoy parcialmente, tal vez fuera el motivo por el que la Fuerza Aérea Norteamericana se decidiera a investigar y controlar todas las informaciones sobre Platillos Volantes, término que pronto sería sustituido por el acrónimo OVNI (Objeto Volante No Identificado). Primero fue el denominado Proyecto Sign constituido oficialmente el 30 de diciembre de 1947 le seguirían otros proyectos de dudosa objetividad que tenían por objeto ridiculizar a los testigos y mostrarlos ante el público como visionarios. Sólo ahora, cincuenta años después, podemos comprender a qué se debió tanto secretismo: Es evidente que afectaba a la seguridad nacional pero es que, además, ni los propios militares podían conocer la dimensión de aquella tecnología que desbordaba sus ingenios armamentísticos y cuyo objetivo es todavía hoy ignorado. Miles de libros, de conferencias de informaciones depositadas en las redes de información dan cuenta de lo complejo de esta materia que denominamos ufología. ¿Hemos aprendido algo en todos estos años?. Si bien no hemos logrado identificar la globalidad del fenómeno se han marcado dos grandes tendencias: La norteamericana que sostiene que el origen del fenómeno es extraterrestre y la europea que, en buena parte, se inclina hacia la idea de un mito social. Entre la una y la otra existen, sin embargo, muchas otras posibilidades que pasan desde la sugerente hipótesis dimensional, según la cual los OVNIS se mostrarían en nuestro espacio como fruto de alguna alteración espacio temporal, hasta quien piensa en estas apariciones como visitantes del interior de la Tierra o, como sugirió el difunto José María Casas-Huguet un "simple fenómeno paranormal". La verdad, en todo caso, es que los OVNIS nos dan la oportunidad de avanzar conocimientos desde el punto de vista científico. Así lo concibe al menos Jacques Vallée, elogiado por crédulos y escépticos, máxima autoridad en la materia quien declaró en su libro "Confrontations" que "el fenómeno OVNI es una oportunidad de hacer buena ciencia. Un espíritu abierto -añade- es esencial en esta búsqueda. No es fácil de manteneer tal apertura porque el cerebro humano se lanza fácilmente a conclusiones precipitadas a partir de datos insuficientes".
El científico galo reclama la importancia de trabajar sobre el terreno e insiste, particularmente, en la importancia de interrogar personalmente a los testigos así como poner el acento en los datos físicos y biológicos. Cabe preguntarse, sin embargo, ¿nos ha conducido a mucho este tipo de investigación mecanicista? En realidad no, si nos tomamos la ufología como la demostración de visitas extraterrestres a nuestro planeta pero no cabe duda que nuestra comprensión del enigma es mucho mayor y hay quienes, incluso, hacen ciencia de anticipación y anuncian próximos avistamientos a través de cálculos estadísticos.
La investigación del fenómeno OVNI ha servido, también, para destapar numerosos fraudes en todos estos años. Desde algunas de las fotografías del contactado George Adamsky hasta casos más recientes como el de Ed Walters en Gulf Breeze o Amaury Rivera en Puerto Rico.
LLEGAN LAS CONTROVERTIDAS ABDUCCIONES
La incorporación al mundo de la ufología de importantes personalidades científicas ha dado una mayor relevancia social al fenómeno. Psiquiatras eminentes como John Mack se han manifestado abiertamente a favor de la existencia de extraterrestres en nuestro mundo idea suscrita, también por el historiador David Jackobs. Ambos han estudiado una parte muy etérea de la ufología las abducciones extraterrestres. Desde que en 1966 fue divulgada la experiencia del matrimonio Hill, miles de personas de todo el mundo han contado con asombrosa coherencia como eran secuestrados por seres de aspecto humanoide dotados de voluminosas cabezas y cuerpos frágiles. En los últimos años este fenómeno, generalmente asociado a carreteras o lugares solitarios, ha cambiado de escenario para centrarse en las alcobas de un sinfín de ciudadanos. Una encuesta realizada en 1992 por el Instituto Roper ponía de manifiesto unos datos escalofriantes. El 2% de los ciudadanos norteamericanos reconocía en su cuerpo varios síntomas de una abducción eso era tanto como decir que 3.700.000 americanos habían sido abducidos por extraterrestres.
Los escépticos no han perdido la oportunidad, a la luz de estos datos, de cargar contra quienes abogan por la hipótesis ET. El fallecido astrofísico Carl Sagan se preguntaba porqué unos seres tan avanzados capaces de cruzar grandes distancias interestelares y de atravesar paredes como fantasmas resultaban tan atrasados en lo que respecta a la biología y añadía: "Por qué los instrumentos de examen recuerdan tanto lo que podemos encontrar en un ambulatorio del barrio?, ¿Por qué tomarse la molestia de repetidos encuentros sexuales entre extraterrestres y humanos?, ¿Por qué no robar unos cuantos óvulos y esperma, leer todo el código genético y fabricar luego tantas copias como se quiera?. Hasta nosotros -concluye- que todavía no podemos cruzar rápidamente el espacio interestelar ni atravesar las paredes, podemos clonar células".
El fenómeno OVNI ha sufrido una evolución considerable desde los míticos platillos volantes de la oleada de 1952 hasta las luminarias, en ocasiones dotadas de aparente vida, que han visto numerosos testigos a lo largo del mundo.
Se diría que el fenómeno ha entrado en una dimensión psíquica desde que se popularizaran las historias de abducidos y contactados.
OVNIS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Ha colaborado enormemente a este estado del fenómeno la amplia divulgación del enigma OVNI y de todos sus aditivos. Los medios de comunicación han jugado una baza muy importante desde el principio. Primero presionando a los ejércitos para conseguir una mayor transparencia. También sirvió para crear cierta consciencia en la opinión pública de otras realidades. La revista Life lo resumía hace unos años con estas palabras: "La ciencia actual no puede explicar estos objetos como fenómenos naturales, sino únicamente como mecanismos artificiales, creados y manejados por una inteligencia superior". Y es que, ciertamente, no hay nada en nuestro mundo que explique las maniobras descritas por los OVNIS en nuestros cielos, que desafíe velocidades y tecnologías punta, capaz de burlar aparatosos sistemas de defensa y de efectuar un sistemático cambio en las creencias de la población. Eso son los OVNIS y, por ese motivo, durante 70 años se ha insistido en la hipótesis ET.
A pesar de estos cánones nuevas generaciones de investigadores se distinguieron por su mentalidad abierta a otras explicaciones, por un tratamiento multidisciplinar de los fenómenos y, sobretodo, por una tarea de divulgación sin límites. Los frutos de esta política se han hecho notar en la popularización de estos temas, como contrapartida aparecen cada vez casos más extraños; "más humanoides y menos OVNIS". Así lo constataba el investigador Julio Marvizón en un célebre curso sobre OVNIS desarrollado en la Universidad Complutense, en los cursos de Verano. Y es que nuestro país también ha hecho importantes aportaciones a estos setenta años. En lo divulgativo ha aportado literatura y expertos de prestigio internacional y en lo fenomenológico ha exportado también sus casos. El affaire UMMO es tal vez uno de los más conocidos aunque otros episodios como las abducciones de Próspera Muñoz o el conocido incidente OVNI en Manises, Valencia en 1979, han dado la vuelta al mundo.
Después de setenta años sabemos que los OVNIS no son imaginarios, que son un desafío a nuestras concepciones de la física y que pueden ser una indicación de la existencia de dimensiones desconocidas pero, en cualquier caso SON una importante contribución al estudio de la conciencia humana.
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