Ya nos dirige una inteligencia artificial
La mayoría de nosotros, en nuestra vida diaria, seguimos las instrucciones que nos trasladan programas informáticos sin caer en la cuenta de ello.
Estamos viviendo en una realidad dominada por programas de inteligencia artificial (IA), aunque no somos conscientes de ello. La mayoría de nosotros, en nuestra vida diaria, seguimos las instrucciones que nos trasladan máquinas y programas informáticos sin caer en la cuenta de ello. El motor de búsqueda de Google, los productos que nos sugieren los portales de compras o los mensajes que leemos en nuestras redes sociales dependen de algoritmos inteligentes que estudian nuestros hábitos, gustos, ideología, etc. Por lo tanto, son softwares de IA los que en realidad deciden qué compramos, qué leemos, qué opinamos y con quien nos relacionamos. El control de los algoritmos sobre nosotros llega a tal grado de refinamiento que son capaces de detectar palabras clave en las conversaciones que mantenemos a través de nuestros teléfonos móviles, o incluso con otras personas en nuestro hogar o en una cafetería, siempre y cuando nos encontremos junto a nuestros móviles. En definitiva, existimos inmersos en un sistema capitalista basado en la vigilancia de los ciudadanos y en el análisis de datos. El objetivo de Google, Amazon, Facebook y otras compañías transnacionales basadas en los datos consiste en conocer a cada individuo mejor que él se conoce a sí mismo. El fin último es vendernos productos, pero estas herramientas ya están siendo aprovechadas por gobiernos, partidos políticos, servicios de inteligencia o grupos de presión para manipular nuestros pensamientos; en definitiva, para asaltar el último reducto de privacidad que nos queda: lo que pasa por nuestra mente. Jaron Lanier está considerado el padre de la realidad virtual, uno de los programadores más brillantes de la historia y creador de los protocolos necesarios para que funcione Internet. Pero eso no impide que denuncie que esos algoritmos de IA que controlan internet –muchos de los cuales ha programado él mismo– son «armas» encaminadas a manipular nuestro comportamiento para mayor gloria de las corporaciones basadas en el análisis de nuestros datos.
Comentarios (2)
Nos interesa tu opinión