Quieren controlar nuestros sueños en el metaverso
El atractivo por mundos sociales imaginarios pone en riesgo las relaciones humanas reales.
La siguiente generación de internet se llama metaverso. Este metauniverso no solo se refiere a los mundos virtuales, sino al espectro combinando de la web 2.0, la realidad aumentada, la tecnología de tercera dimensión y la realidad virtual en el conjunto de Internet. Aseguran que cuando Mark Zuckerberg se metió al metaverso salió encantado y vio el gran negocio que suponía. El solo hecho de que Facebook haya pasado a denominarse Meta ha sido interpretado como la de ese espacio virtual que hasta entonces era compartido.
Mediante unas gafas de realidad virtual y otros instrumentos podrás moverte por el metaverso
El metaverso es una réplica del mundo físico en el ciberespacio donde podemos tejer una red social imaginaria alternativa. Basta con unos mínimos procedimientos para que puedas adquirir un avatar y moverte por el mismo gracias a unas gafas de realidad virtual. Con ellas y otros instrumentos, podrás interactuar con todos los elementos creados, hacer amistades, ligar, comprar, viajar, ir a un concierto… todo lo que harías en la vida real para que "disfrutes" una experiencia tan inmersiva como adictiva.
Facebook dispone de un gigantesco registro con nuestros mensajes y comportamientos para programar su metaverso
Para hacernos un mundo a medida, Facebook dispone de un gigantesco registro con nuestros comportamientos o nuestros mensajes. Pero no le basta con esto, ahora amenaza con la colonización de nuestros sueños.
Hace unos meses cuarenta investigadores firmaron una petición dirigida a legisladores para la regulación de "La incubación de sueños dirigidos (TDI)". En esta se advierte que las corporaciones están intentando diseñar los sueños de potenciales clientes. "Plantar sueños en la mente de las personas con el fin de vender productos, sin mencionar las sustancias adictivas, plantea importantes cuestiones éticas" –rezaba. Y añadía que "nuestros sueños no pueden convertirse en otro campo de juego para los anunciantes corporativos".
El coronel Pedro Baños, especialista en geopolítica y autor de varios libros sobre el control social, alertaba a través de su cuenta en twitter del riesgo del metaverso. "Para el total control de la población, –decía– ya no les suficiente con tener información sobre lo que hacemos o pensamos. Ahora van por nuestros sueños".
Para el total control de la población, de nosotros, ya no les es suficiente con tener toda la información sobre lo que hacemos, e incluso lo que pensamos.
— Pedro Baños Bajo (@geoestratego) November 16, 2021
Ahora van a por nuestros sueños.
Encima nos convencerán de que así nos hacen más libres y felices.https://t.co/4guVvgGygM
¿Quién va por nuestros sueños? En principio grandes corporaciones pues, el potencial en términos económicos, no es nada desdeñable. Según Bloomberg, podría suponer un negocio global de 800.000 millones de dólares de aquí a tres años y de 2,5 billones para 2030, el año de la famosa agenda.
Y es que, en el metaverso uno puede hacer lo que no haría en el mundo real. Satisface todos nuestros deseos, anhelos y represiones. ¿Queremos matar o violar? En teoría es posible. ¿Robar un banco o ir desnudo por la calle? Podemos hacerlo, aunque también este espacio virtual tiene sus normas y su policía. Como mundo de interacción social, se trata de poner en juego nuestros deseos en relación con los deseos de los demás.
Los usos que hasta ahora han tenido están enfocados en tres cosas: conciertos, trabajo y videojuegos. Por ejemplo, en 2019, Travis Scott protagonizó un concierto en Fortnite donde reunió a casi 100,000 usuarios, mientras que en 2020 J Balvin siguió la tendencia y realizó un concierto en el mismo videojuego.
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