La Inteligencia Artificial juzga delitos en China

Antes de 2016, cada tribunal local tenía sus propios archivos, lo que hacía muy difícil compartir datos entre juzgados. La introducción de la inteligencia artificial (IA) interconectó todas las salas de la nación con una gran base de datos ubicada en Pekín. Además, permitió que cada magistrado tuviera en la pantalla de su ordenador acceso a un programa que juzga los casos de manera automática. Las partes implicadas deben rellenar los formularios pertinentes y luego la inteligencia hace su labor: redacta documentos legales adicionales, consulta otros pleitos parecidos, la legislación y jurisprudencia pertinente, etc. Y finalmente ofrece su veredicto en cuestión de minutos.

La sensación de impartir una justicia más neutral ha aumentado entre la población, puesto que el programa redujo también la discreción judicial

El Smart Court SoS, como sellama este ingenio computerizado, redujo en 1.700 millones de horas el trabajo para los ciudadanos chinos entre 2019 y 2021. Aproximadamente un tercio de la carga de trabajo promedio de cada juez. En términos económicos, el ahorro se ha cifrado en unos 45.000 millones de dólares durante esos tres años. Por otro lado, la sensación de impartir una justicia más neutral ha aumentado entre la población, puesto que el programa redujo también la discreción judicial. Los jueces tienen en su mano una herramienta de consulta que les facilita rápidamente materiales para llegar a una conclusión que a lo mejor por su experiencia, capacitación o falta de tiempo no hubieran utilizado.

Sin embargo, no todo es tan positivo en estas audiencias de justicia inteligentes. Uno de los requisitos de uso es que, cuando el magistrado no esté conforme con la sentencia emanada por el programa, debe elevar un escrito a la superioridad exponiendo su discrepancia. Muchos expertos creen que este esfuerzo añadido hará que sean pocos los jueces que, por pura comodidad, discrepen del dictamen de la inteligencia artificial, aunque entiendan injusto el veredicto.

TECNOLOGÍAS "CIEGAS"

Del mismo modo, el programa aplica los castigos automáticamente. Está conectado a la policía y al Sistema de Crédito Social con el que se sanciona a los ciudadanos que no cumplen adecuadamente ciertas obligaciones sociales. Dicho sistema interviene cuentas bancarias a quienes no cumplan una sentencia o no paguen y limita sus desplazamientos impidiendo que puedan adquirir, por ejemplo, billetes de tren o avión.

Por consiguiente, no faltan voces que creen que este procedimiento computerizado vulnera derechos fundamentales haciendo depender a las personas cada vez más de tecnologías ciegas, cuya compleja programación se ignora o escapa al control de los usuarios. Un sistema de IA parecido ha querido instalarse entre el funcionariado chino para monitorizar su actividad burocrática y detectar en ella posibles corruptelas. La medida ha provocado un gran rechazo entre los afectados, porque el programa también se encargaría de revisar sus actividades sociales en busca de posibles delitos derivados de su trabajo administrativo.