Ya puedes clonar a tu mascota
Es un controvertido negocio que cada vez va a más, porque los propietarios de mascotas quieren «revivir» a sus animales de compañía fallecidos. Por eso los clonan.
Cuando en 1996 se produjo la clonación de la oveja Dolly, los usos posibles de esta nueva técnica dispararon la imaginación. Entre esas aplicaciones, últimamente, ha adquirido una gran notoriedad la clonación de mascotas.
En 2005, la Universidad Nacional de Seúl consiguió duplicar a un perro, un lebrel afgano hembra que falleció al cabo de 10 años. Desde entonces, Corea del Sur ha estado a la vanguardia en temas de clonación. Los responsables del laboratorio Sooam Biotech Research Foundation aseguran haber clonado más de 1.000 mascotas a unos 80.000 dólares cada una. Al albur de este negocio han surgido otras empresas, como la estadounidense ViaGen, que ofrece unas tarifas más económicas, pero igualmente prohibitivas para la mayoría de la población, sólo aptas para los más pudientes.
Sooam Biotech Research Foundation aseguran haber clonado más de 1.000 mascotas a unos 80.000 dólares cada una
Es el caso célebre de la actriz y cantante Barbra Streisand, quien ante el fallecimiento de su perrita Samantha optó por clonarla no solo una vez, sino dos, a partir de varias células extraídas de su boca y estómago. ViaGen comenzó clonando ganado, pero ha hallado en la copia de perros y gatos una lucrativa fuente de ingresos.
Pero, ¿es posible obtener un ser vivo idéntico al que hemos perdido o estamos viviendo una falsa ilusión? Más bien sería lo segundo: una costosa forma de autoengaño, porque la duplicación genética garantiza prácticamente el mismo aspecto que el animal fallecido, salvo algunas características menores como el color de ojos o pelo, pero jamás podremos clonar la personalidad ni la memoria del original. El temperamento no se puede programar. Así que, en el fondo, estamos ante un ser vivo realmente distinto. Clonar a tu mascota resulta en un consuelo sustentado en meras apariencias.
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