Resuelven el enigma del Santo Grial
Una inscripción en la base del cáliz es la clave para descifrar el secreto del Santo Grial
En 1963, mientras el veterano profesor de arqueología, Antonio Beltrán, limpiaba la suciedad del Santo Cáliz de Valencia se percató que, en el pie, había algo grabado. Era un detalle, de aquella antiquísima reliquia, que había pasado oculto por siglos. Era un texto que apenas medía 1,5 centímetros.
Cinco caracteres de un tipo de caligrafía árabe llamada cúfica que el profesor Beltrán mandó traducir: lilzahira, es decir, “para el que reluce”.
Desde entonces, aquella inscripción, ha sido objeto de diferentes traducciones. En 2014, el profesor de diseño de la universidad de Valencia, Gabriel Songel, propuso que esta inscripción tenía otra lectura. La visión especular de estos caracteres se podría leer también en hebreo y se traduciría por Yoshya Yahweh.
Esta hipótesis llegó a oídos de Agustín Blasco, un erudito y licenciado en ciencias religiosas, que además sabe leer árabe y hebreo. No tardó en publicar otro estudio en el que concluía que también, en la versión original, en árabe, se podría traducir igual. Así se puede leer en aquellos símbolos, el mismo mensaje, Ala Jesua.
Un trovador alemán describió que en el Grial había una inscripción mágica
De todas las interpretaciones posibles, la de la doble lectura, propuesta por Agustín Blasco, tanto en hebreo como en árabe, es la más asombrosa.
Pero lo más sorprendente de toda esta historia es que, hace setecientos años, un trovador alemán describió que en el Grial había una inscripción mágica.
“El poder maravilloso del Grial asegura la existencia de la comunidad de caballeros. Oíd cómo se sabe quiénes son llamados al Grial. En el borde de la piedra, una inscripción con letras celestiales indica el nombre y el origen, sea muchacha o muchacho, del que está destinado a hacer este viaje de salvación. No hace falta quitar la inscripción, pues, tan pronto como se ha leído, desaparece por sí misma de la vista.”
Antes de proseguir. cabe recordar al lector que cuando hablamos de descubrir qué objeto es el Grial, no nos referimos a identificar la reliquia que usó Jesús en la última cena. Si no, a si existió un objeto real en la Edad Media, que diese origen a todas estas poesías y leyendas.
Son muchos objetos, los que se disputan este título. Sin duda, el de León (conocido como el cáliz de doña Urraca) y el de Valencia, han llegado a la final, para alzarse con este título, tan ansiado de “ser el auténtico Santo Grial”.
Pero ambas piezas, tienen un pequeño problema. Ninguna de ellas es un grial. Los estudios etimológicos más aceptados para esta palabra concluyen, que se trataría de un sustantivo en occitano para describir un pequeño plato o bandeja.
En un capitel de San Juan de la Peña se representó el Grial como una esfera compuesta de dos partes
Los primeros versos que se escribieron sobre el Grial son los de 1180, del Perceval o el Cuento del Grial de Troyes, en los que se dice “apareció en la sala un grial con piedras preciosas del mar y de la tierra”. Para complicar más la búsqueda, en la versión alemana de este romance se describe también como “una piedra brillante” . También se cuenta, en un pasaje, que los caballeros comían de él, el pan. Lo lógico sería pensar que la hermandad del Grial bebía de él, pero no es lo que dijo el poeta.
El Grial parece un fantasma escurridizo. Pero, los secretos, se suelen esconder a la vista de todos.
Quien viaje a la abadía fortificada de San Juan de la Peña, lugar donde se custodió el Santo Cáliz por siglos, y se fije con atención en el capitel del claustro, en el que se representa la última cena, verá algo curioso. Junto a Jesús, el artista talló el cáliz como una esfera compuesta por dos partes. Esta era la forma que adoptaban los copones de bendición en el siglo XII.
Así pues, el aspecto que hoy tiene el Santo Cáliz, pudo ser diferente, al que hoy podemos contemplar en la catedral levantina.
Lo que hoy es la parte de la base, donde está la inscripción tiene la forma de un Grial “cubierto de piedras preciosas del mar y de la tierra”. La pieza que hoy se considera el Santo Cáliz, se presentaría como una roca brillante y traslucida.
Pero, ¿qué ocurriría con la inscripción?. Parece extraño, pues esta, pasaría a estar por la parte inferior, donde difícilmente se podría ver. A no ser, que no se diseñase para poder leerse directamente.
¿Será esta la clave para desenmascarar la universalmente conocida leyenda del Grial?
Si iluminásemos la base del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, tal y como hicimos, este que les escribe y los miembros del Centro Español de estudios de la Sábana Santa, sobre una réplica que construyeron los Orfebres Piró, todo quedaría claro. Al hacer esto, la pequeña inscripción, no solo se proyectaría, sino que también se aumentaría de tamaño, haciéndose visible, brevemente, la versión hebrea propuesta por Songel. Si esto fuera una película, mientras esto ocurre, una “voz en off” recitaría el verso del Parsifal, compuesto en 1234 por un trovador alemán.
“El poder maravilloso del Grial asegura la existencia de la comunidad de caballeros. Oíd cómo se sabe quiénes son llamados al Grial. En el borde de la piedra, una inscripción con letras celestiales indica el nombre y el origen, sea muchacha o muchacho, del que está destinado a hacer este viaje de salvación. No hace falta quitar la inscripción, pues, tan pronto como se ha leído, desaparece por sí misma de la vista.”
La historia de nuestro Santo Cáliz, se parece tanto a una ficción cinematográfica que, en ocasiones, nos cuesta admitir que es cierta.
Sin duda, la búsqueda ha terminado. El único problema es, que se parece demasiado a esas fantasías de Hollywood.
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