El regreso de la maldición de Tutankamón
El Gran Museo Egipcio (GEM), cuya apertura está planeada para este 2021, no podía librarse de cierta controversia antes de abrir sus puertas al público. Con el traslado de la momia de Tutankamón para ser expuesta en él, algunos creen que la famosa maldición podría afectar la futura institución. Esto ha dividido a la sociedad egipcia entre los que apoyan su desplazamiento y los que consideran que el faraón debe permanecer en Luxor
El nuevo museo arqueológico que se está construyendo en Guiza, a dos kilómetros de las pirámides, va a conformarse como el museo de Arqueología más grande del mundo, albergando 50.000 artefactos del Antiguo Egipto. Sin embargo, el conocido como Gran Museo Egipcio (EGM) no podía estar exento de polémica antes de su inauguración, planeada para este año ¿A qué se debe? A la intención por parte del museo de incluir en la exposición a la momia de Tutankamón.
Este monarca de la dinastía XVIII egipcia (1336-1327 a. C) falleció a los dieciocho años y su tumba subterránea ha permanecido oculta durante miles de años en el Valle de los Reyes (muy cerca de Luxor). Tras su descubrimiento, la momia fue colocada sobre una caja de vidrio de la que nunca se ha movido. Esto se ha debido tanto a su fragilidad como a la importancia histórica de este hallazgo. Sin embargo, la maldición que se cierne sobre la momia y su tumba también ha tenido algo que ver en este hecho.
La idea de la maldición empezó tras el descubrimiento de la tumba por parte del egiptólogo Howard Carter en 1922. Tras este hecho, progresivamente, las personas que habían conformado el equipo, comenzaron a morirse. Esto llegó a afectar a Lord Carnarvon, que había financiado la excavación. El mecenas murió tras recibir una picadura de mosquito en la mejilla, que, al afeitarse, se le infectó y provocó su misteriosa muerte. El hermano de Lord Carnarvon o incluso la última persona que golpeó el muro blindado de la cámara para poder acceder a ella, fallecieron. En total, 25 personas de las 44 que fueron recogidas en el diario de Carter como colaboradores.
El famoso escritor Arthur Conan Doyle tuvo un fuerte protagonismo en la difusión de la idea de la maldición. Con posterioridad, se empezó a barajar la posibilidad de que un hongo mortal fuese el verdadero causante de las muertes de las personas que habían entrado en la cámara. Dando un salto cronológico, en 2002 la última palabra la tuvo el epidemiólogo Mark R. Nelson, de la Universidad de Monash (Australia). El científico, tras realizar un estudio exhaustivo de los 25 fallecidos, estableció que su media de edad al morir era de 70 años, mientras que la de las 44 personas que no fallecieron con posterioridad a la entrada en la tumba fue de 75. Esto evidenciaría que no existe ninguna asociación entre la maldición de la momia y las muertes.
Sin embargo, a día de hoy, no todo el mundo apoya esta idea. De hecho, hay ciertos expertos que consideran que la infección tras estar en contacto con la momia fue el motivo real, como sería el caso del Director de Asuntos Arqueológicos de Egipto, el Dr Altaiyb Abbas. Este considera que mediante el uso de guantes, máscaras y un equipo adecuado de protección esto se podría evitar. Pero lo más curioso es que todavía sigue existiendo ese componente supersticioso en torno a la maldición.
Tantos años después, la idea de la maldición de Tutankamón sigue muy presente en la sociedad. Como afirma el Asia Ville News: «Continuamente ataúdes antiguos son encontrados en Egipto, pero los arqueólogos no se atreven a abrirlos. La razón es el ataúd de Tutankamón, el rey de Egipto, el cual al abrirse supuso la desaparición de todos aquellos que manipularon el ataúd». Esta preocupación acerca de la momia se puede observar entre los habitantes de la zona, quienes están muy molestos ante esta situación, siendo muy críticos con el cambio de localización de la momia.
Esto también acabará suponiendo el cierre de la empresa turística que lleva a cabo las visitas guiadas en la tumba de Tutankamón. En palabras de Mohammad, uno de los guías turísticos: «La tumba perderá su valor y será como las otras tumbas en el Valle de los Reyes». En contraposición a esto, Abbas considera que el faraón estará verdaderamente feliz teniendo sus cosas en Giza y no manteniendo su soledad en Luxor. Él respeta a aquellos que creen en la maldición pero considera que es necesario planear el traslado de Tutankamón al museo, ya que este generará grandes ingresos de turismo para Egipto.
En este caso, hay dos intereses contrapuestos: el interés económico para el país y el interés cultural para los habitantes del lugar, que sienten que Tutankamón debe quedarse en donde le corresponde. Además, la idea de la maldición acaba irremediablemente afectando a la población y a la concepción del futuro museo, que se encuentra en construcción ¿Qué sucederá con Tutankamón? ¿Trasladará su maldición al GEM? Tendremos que esperar para comprobarlo.
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