Niños de ojos negros: ¿leyenda urbana o realidad?

Las historias sobre niños de ojos negros o Black Eyed Kids (BEK) aparecieon a finales de los ochenta, a partir del relato del periodista  Brian Brethel, quien aseguró  haber tenido un encuentro con dos extraños niños que trataron de disuadirlo para que les diera un paseo en su coche. En su relato Brethel dijo que, sin saber muy bien por qué, abrió la puerta de su vehículo para dejar entrar a los niños cuando se dio cuenta de que sus ojos estaban completamente negros, sin iris o sin pupila.

Ahora, una testigo ha reportado un nuevo encuentro al portal Weekinweird.com.  La mujer cometió el error de dejar que los BEK entraran  su casa, a las afueras de Vermont y ahora, ella afirma, está pagando un precio muy alto. Su historia se presenta como advertencia para quienes están dispuestos a abrir sus puertas a estos niños que desprenden una energía endemoniada. Un relato escalofriante.

"Hace poco más de un año me desperté a las 2 de la madrugada, tras escuchar un fuerte estruendo en la puerta de mi casa. En ese momento vivía en una pequeña casa junto a  un camino de tierra que conduce a la ciudad. Estaba en medio de una tormenta de nieve así que pensé que alguien podría haber tenido un accidente. Ya ha sucedido antes."

Cuando miró por la ventana pudo ver unas huellas en la nieve pero no había ningún coche. La testigo despertó a su marido  para sentirse más segura y, mientras le estaba explicando lo sucedido llamaron a la puerta. Tras el umbral había un niño y una niña de no más de 8 años. Vestían de forma extraña, impropia de la estación del año en la que estaban. Les dejaron entrar y ella fue a por mantas y preparar chocolate caliente. Extrañamente los cuatro gatos de la mujer, que acostumbran a ser muy curiosos, no intentaron ver quién había llegado a la casa. 

"Cuando entré de nuevo en el salón, los niños estaban sentados en el sofá y junto a ellos, mi marido tenía la cabeza entre las manos. Le pregunté qué pasaba y me dijo que se sentía muy mareado. De repente, me di la vuelta para darles el chocholate a los niños y cuando me miraron vi que sus ojos estaban completamente negros. No tenían los blancos sólo gigantes pupilas negras."

Después se fue la luz y, a continuación, los niños dijeron: "Nuestros padres ya están aquí" y desaparecieron. 

Desde entonces, el infortunio parece haberse cebado con esta familia de Vermont.  Tres de sus cuatro gatos desaparecieron. Al marido se le diagnosticó un cáncer de piel agresivo y ella ha sufrido de mareos y hemorragias nasales regulares. "Sé que todo esto se debe a que deje que los niños de ojos negros entraran en mi casa aunque mis vecinos se rían." -concluye la testigo.

Hay muchos casos similares. Así que si unos niños piden entrar a tu casa para llamar por teléfono o simplemente para beber agua, si sus ojos son de color negro, sin iris, piénsatelo dos veces antes de dejarlos entrar.