Los peligros de la Ouija
A finales del siglo XIX, el espiritismo gozaba de plena salud. En la búsqueda de agilizar y perfeccionar el contacto con el más allá, ve la luz la ouija. Muchos aseguran a día de hoy que nos pone en contacto con otras realidades pero... ¿es peligroso?
Se calcula que, en Europa, cerca de cinco millones de personas utilizan de forma más o menos esporádica el tablero ouija como forma de contacto. Lo que empezó siendo el método más popular de jugar al "espiritismo" ha terminado convirtiéndose en un telégrafo con otras dimensiones o, incluso, los extraterrestres. En cualquier caso cabe preguntarse: ¿Son fiables los mensajes de la ouija?, ¿Quién se comunica a través del tablero?
Quienes han acumulado experiencias de carácter espiritista coinciden en señalar que la influencia de las sesiones, a nivel psicológico, suele ser poco duradera. A pesar de ello hay casos con desastrosas consecuencias. Tres muchachos de Fuenlabrada (Madrid), de 13, 14, y 18 años, apalearon y acuchillaron a la madre de uno de ellos en septiembre de 1997. Los adolescentes habrían actuado así porque practicaban sesiones de espiritismo con la ouija y uno de los espíritus que supuestamente invocaron les sugirió que debían eliminarla.
En el juzgado, los menores confesaron que habían actuado bajo el influjo de los espíritus tras una sesión de ouija
El psiquiatra nombrado por el juez llegó a la convicción de que los más jóvenes sufrían un transtorno mental. Pero, ¿consecuencia de la oui-ja?
Los hechos ocurrieron al mediodía del 5 de septiembre de 1997. Los muchachos se encerraron en un dormitorio, como hacían en ocasiones desde comienzos del verano, y se pusieron a jugar con la ouija. De pronto se levantaron y se dirigieron a la cocina donde se hallaba la madre preparando el almuerzo. Mientras uno sujetaba con una mano a la mujer por la espalda y con la otra le tapaba la boca, otro comenzó a golpearla con un palo y el tercero le asestó hasta cinco navajazos con un cuchillo en el pecho y un costado. Tras la brutal agresión, la mujer, chillando y pidiendo socorro, logró alcanzar la calle y pedir ayuda a los vecinos.
En principio, el hijo declaró que había agredido a su madre porque no le dejaba ir a un concierto que esa noche se celebraba en la plaza de toros de Las Ventas. Luego, ante el juzgado, los menores confesaron que estaban jugando a la ouija y actuaron bajo el influjo de los espíritus. Esta versión está avalada por otro, que les acompañaba, pero no intervino en la agresión.
EL SÍNDROME DEL MALIGNO
Este tipo de conductas ya fue advertido por el especialista alicantino Gabriel Carrión, quien en su libro El Síndrome del Maligno, del que es coautor junto a Manuel Carballal, cita el peligro latente de estas experiencias. "No se sabe absolutamente nada en ese cinco por ciento que no es motivado por el sujeto dirigente, ni por ninguno de sus resortes psíquicos". Carrión lanzó a finales de los ochenta una ofensiva mediática contra la comercialización de un tablero ouija fabricado por una conocida industria de juguetes. "Un adulto –dice– puede o no conocer los riesgos del juego, pero lo cierto es que tiene la capacidad de llegar a conocerlos". Un niño, probablemente no y esto contrasta con el etiquetaje del juego en el que puede leerse "no aconsejado para menores de 36 meses".
En ocasiones, la ouija es capaz de preveer el lugar y el momento de un contacto OVNI
MENSAJES EXTRATERRESTRES
Los escépticos argumentan que lo que sucede en las sesiones de ouija puede explicarse mediante movimientos musculares inconscientes y sugestión. "Aunque las personas que emplean estos sistemas –explica el parapsicólogo Jaume Bordas– no son dueñas de sus acciones, su subconsciente podía controlar los movimientos de sus manos" Eso, en opinión del parapsicólogo catalán "hacía que los mensajes resultantes no fuesen más que el reflejo de los pensamientos almacenados en los niveles más profundos de la conciencia".
Pero la teoría del "subconsciente del operador" que influye sobre el resto de participantes no logra explicar cómo, en ocasiones, la ouija es capaz de preveer el lugar y el momento de un contacto OVNI. Admitir que un ser humano puede anticipar estos datos va unido, generalmente, del convencimiento de que tal persona puede comunicarse telepáticamente con un ser de otra especie, un extraterrestre.
Corría el año 1975 cuando dos tinerfeños, Paco Padrón Hernández y Emilio Bourgón, trataron de emular las experiencias contactísticas de la misión RAMA utilizando para ello la ouija
La ciencia no admite la posibilidad de comunicación telepática entre especies distintas. Se basa en los experimentos llevados a cabo entre estaciones espaciales y submarinos atómicos y que nunca se ha logrado probar la trasmisión de sensaciones o pensamientos a distancia entre individuos humanos y animales o mascotas. A pesar de ello la casuística ufológica ofrece diversos ejemplos de contacto telepático asistido por herramientas como la ouija, o la psicografía.
Corría el año 1975 cuando dos tinerfeños, Paco Padrón Hernández y Emilio Bourgón, trataron de emular las experiencias contactísticas de la misión RAMA utilizando para ello la ouija. Acompañados de una docena de hombres acudieron, con frecuencia, al tablero para contactar con sus "guías" e, invariablemente, obtenían respuestas numéricas a sus preguntas. Uno de los miembros, técnico en computadoras, advirtió pronto que se trataba de un mensaje cifrado, formulado, precisamente, en código binario como los ordenadores.
Los seres que se manifestaban a través de este rudimentario método decían proceder de Saturno y ofrecieron diversos datos que permitieran comprobar la fidelidad de las informaciones que arrojaba el tablero. Finalmente sus comunicantes accedieron a un encuentro físico aquella misma noche: a las doce y media en la zona denominada Los Campitos.
Y puntuales, diez componentes del grupo acudieron, con el tablero en el maletero, al encuentro que les habían anunciado para aquel 15 de mayo de 1975. Poco antes de esa hora establecieron de nuevo contacto con la ouija, querían asegurar los datos obtenidos: "Estamos sobre Perú –escribió el vaso–, pero a las doce y media en punto estaremos ahí". A la hora señalada aparecieron tres luces anaranjadas por el sur de Las Palmas, una cuarta por encima del grupo y una quinta por la emisora de Radio Nacional.
Tras aquella experiencia detectarían una falta temporal que, a la postre, se convertiría en un clásico episodio de abducción
EXPERIENCIA DE TIEMPO PERDIDO
Después de aquel avistamiento del 15 de mayo el grupo intensificó, como es lógico, sus contactos con aquellos desconocidos seres hasta que prometieron un nuevo encuentro. En esta ocasión en La Tejita.
Tras varios intentos infructuosos el 9 de julio acudieron a la playa y lograron ver dos extrañas luces. Su proximidad al mar les hizo dudar y, a través de la ouija pidieron confirmación, una señal de su presencia. A continuación se encendió un foco gigantesco que iluminó la playa como si fuera de día. Parecía claro pues que, através de la ouija habían consumado un contacto físico.
Tras aquella experiencia detectarían una falta temporal que, a la postre, se convertiría en un clásico episodio de abducción de treinta y cinco minutos del que tomarían consciencia tras diversas sesiones de sofronización e hipnosis.
A pesar de lo positivo del contacto uno no puede dejar de preguntarse por qué una civilización extraterrestre, supuestamente más avanzada, tiene que utilizar un método de comunicación con tanto ruido y tan difícil de comprobar para los torpes humanos como el tablero ouija. ¿No será, en realidad, una forma de proyectar nuestra psicología?
Para Jon Klimo no hay duda de que tras esta forma de comunicación se esconde una inteligencia externa al ser humano pero que, en ocasiones, puede ser distorsionada por una suerte de "ruido" que interfiere la comunicación arrojando notables fracasos. "La mejor manera de comprobar la realidad de la comunicación -nos explica Charlie Paz creador junto a su hermano Sixto de la denominada misión RAMA- es compararla con la de otros grupos y asegurarse de que existen coincidencias".
OUIJA: ¿MÉTODO DE CONTACTO?
Hace ahora veinte años un grupo de amigos vinculados al mundo empresarial y a la publicidad iniciaron sus contactos con entidades presuntamente extraterrestres a través de la ouija. Luis Arribas asegura que el tablero es un "mero decodificador telepático". A conclusión similar llegan, también, el equipo L'Oemi de Barcelona quienes añaden que "durante años nosotros mismos dudamos de nuestras experiencias". Ello no les impide reunirse varias veces a la semana para acceder a informaciones sobre física, sociología, nutrición y evolución espiritual. De hecho, este último concepto es recurrente en todas las comunicaciones. Los datos, con frecuencia vagos o incomprobables llevan a los psicólogos a hablar de proyección de la psicología interna o, en algunos casos, de conexión extrasensorial con alguna suerte de conocimiento, tal vez el archivo akáshico del que hablan los textos indues. ¿Sirve esta explicación para los fenómenos espiritistas? ¿Actúa en la ouija otro tipo de "energía"?
Hay un consenso generalizado acerca del peligro que supone acudir a los consejos de la ouija de forma reiterada
TELÉGRAFO DE LOS MUERTOS
El prestigioso parapsicólogo Brian Inglis refiere el caso de Pearl Curran, una ama de casa norteamericana que acudió a unas sesiones para complacer a una amiga. La ouija la informó de que la señora Curran tenía una suerte de ángel de la guarda. Su nombre era Patien Worth, una muchacha muerta a manos de los indios en el siglo XVII. Intrigada por la personalidad de su comunicante invisible recogió durante años a través del tablero poemas y refranes caracterizados por un peculiar sentido del humor. Lo curioso es que algunos de esos textos se convirtieron en éxitos comerciales que sorprendió a los especialistas por el léxico empleado, ajustado al periodo histórico al que pertenecía Patience y al que jamás pudo acceder Curran por limitaciones culturales.
Algunos parapsicólogos consideran que en el veinte por ciento de las sesiones se establece comunicación con "alguien" independiente a la reunión. Es difícil pronunciarse sobre la naturaleza de ese "alguien" pero en cualquier caso hay un consenso generalizado acerca del peligro que supone acudir a sus consejos de forma reiterada. La obsesión, la destrucción de la personalidad o el desarrollo de una enfermedad mental cuando hay un problema de base pueden ser algunos de los elementos a tener en cuenta antes de arrojarnos a la experimentación.
Comentarios (1)
Nos interesa tu opinión