La maldición del pueblo innombrable
Un documental de la BBC ha sacado a la luz el caso de este pequeño pueblo transalpino que, desde comienzo del siglo XX, sufre una extraña y particular maldición.
No hay referencia alguna que asegure que escribir su nombre pueda provocar ningún tipo de suceso paranormal, así que lo escribimos: Colobraro. Ahora bien, les advertimos de que si deciden decir su nombre en voz alta, eso ya va por su cuenta y riesgo. Porque en esta pequeña localidad del sur de Italia, se dice que algo maldito habita y que sólo con decir su nombre pueden pasar todo tipo de cosas.
Cierto es que el mundo debe estar repleto de lugares de este tipo, pero la BBC ha hecho que ese nombre innombrable haya aparecido en los medios de todo el mundo. En un documental reciente ha entrevistado a multitud de vecinos y testigos de esos hechos que llevan décadas asustando a unos pocos y enriqueciendo a otros muchos.
Digamos que tampoco ayuda mucho evitar ese miedo el hecho de que el mismo nombre "colobaro" signifique víbora. Normal que pisar una localidad que se llame víbora, tan venenosa hasta en su denominación, dé "un poco de yuyu". Y la verdad es que cuentan que la maldición comenzó de la forma más tonta.
Un poderoso habitante del pueblo, Biagio Virgilio, se puso hecho una víbora en el tribunal de Colobraro por un asunto que tampoco ha quedado definido en el relato. Y, fuera de sí, estalló: "¡Si esto que digo es falso, que caiga este candelabro!. Y el candelabro que se fue al suelo, y por una mala caída, nació el malditismo.
Y ese candelabro de Colobraro originó que a partir de entonces todos los sucesos trágicos tengan en esa maldición la culpable. No entendemos muy bien, eso es cierto, qué tiene que ver un candelabro mal caído con el hecho de que decir Colobraro en voz alta genere toda clase de desdichas. Pero allá donde fueres haz lo que vieres, y, según recoge una noticia en elconfidencial.com, incluso "en las ciudades vecinas se habla de él como 'ese pueblo' y en caso de que alguien ose mencionarlo, se apresuran a santiguarse y tocar madera para alejar las desgracias".
Un buen momento para saber cuán de cierto es esto del malditismo puede ser el verano, cuando se celebra un festival centrado en la brujería y el misterio.
Comentarios
Nos interesa tu opinión