La caída de un extraño artefacto conmociona una zona rural de Colombia
¿Un ovni, una nave, un satélite? El artefacto quedó en custodia de la policía nacional colombiana
Campesinos de la zona de San Luis, un municipio colombiano de 13.000 habitantes perteneciente al departamento de Tolima, situado al suroeste de Bogotá, informaron del avistamiento de un ovni alrededor de las 4 de la tarde del pasado domingo 12 de marzo. Según explicaron el extraño artefacto "echaba humo y un líquido raro" por lo que pensaron "que se trataba de una nave espacial".
El objeto terminó por caer en una zona rural donde cientos de curiosos se acercaron a ver el insólito artefacto que quedó en custodia por parte de la policía.
El objeto –que inicialmente se pensó podía ser un satélite- tenía "adherido un paracaídas". Horas más tarde se confirmó que, en realidad se trataba de "un equipo tecnológico de Google que se mueve o se sostiene en el espacio como un globo".
Objeto estraño cae a nuestro pueblo desde el cielo aparentemente es un satelite. @Ondas1470 @alaluzpublica1 @NoticiasRCN @CaracolRadio pic.twitter.com/yA51r5nYoX
— San Luis Tolima (@san_luis_tolim) 13 de marzo de 2017
Los globos de Google han estado cayendo desde el cielo, casi siempre en zonas remotas, desde el comienzo del proyecto Loon, y se desconoce si los eventos son aterrizajes programados o accidentales. En cualquier caso el incidente no dejó daños ni lesionados.
Casos de caídas de globos de Google se han reportado alrededor del mundo, entre otros lugares en el sur de Chile, Paraguay, Brasil, Colombia, Sri Lanka y Sudáfrica. En Estados Unidos uno de los aparatos causó un apagón en Washington tras enredarse en el tendido eléctrico y otro cayó frente a una residencia en un suburbio de Los Ángeles, California.
El proyecto Loon, de la compañía X, de Alphabet, la empresa a la que pertenece Google, consiste en una red de globos que vuelan a la altura de la estratosfera, a unos 20 kilómetros de altura, y conectados entre sí forman una red inhalámbrica de internet.
Los primeros globos, unos 30, fueron lanzados en Nueva Zelanda en el 2013 para proporcionar acceso a internet en un radio de hasta 40 kilómetros en zonas remotas, donde no existe conexión por cables o fibra óptica. También son útiles para proporcionar internet a zonas afectadas por desastres.
Los dispositivos autónomos se alimentan de energía a través de paneles solares que tienen instalados tanques de helio, y estaban inicialmente programados para permanecer en el aire unos 20 días, aunque los fabricantes esperaban lograr que se mantuvieran hasta 100 días en el espacio.
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