Misterios
16/07/2012 (11:19 CET)
Actualizado: 15/03/2015 (20:06 CET)
Kukulcán, ¿mito o realidad?
Diego de Landa refería la leyenda de la misteriosa divinidad en su Relación de las cosas del Yucatán: "Queda dicha la ida de Kukulcán, después de la cual hubo entre los indios algunos que dijeron se había ido al cielo con los dioses ( ) Y que después de su vuelta fue tenido en México por uno de sus dioses". He aquí las últimas investigaciones sobre el enigmático dios blanco Kukulcán.
Mulchic es una ciudad perdida de los mayas, de la que muy pocos saben su ubicación. Solo la población maya yucateca conoce la forma de llegar hasta ella. Mulchic se encuentra en la región Puuc de la selva de Santa Elena, muy cerca del conocido yacimiento de Uxmal. Se considera que esta ciudad fue un gran centro ceremonial entre los años 600 y 800 d.C.
Me encontraba en este lugar, después de haber recorrido cientos de metros de selva a golpe de machete, intentando localizarla con el GPS para darlo a conocer a la Sociedad Geográfica Española, cuando observé los glifos de la serpiente emplumada y algunos cascabeles en aquellas ruinas. La ciudad quedó referenciada en las coordenadas N20.33027, W89.65933.
La urbe se encuentra totalmente devastada por la vegetación de la selva, contando con varias estructuras, entre ellas el enorme templo de trescientos metros cuadrados que todavía sigue en pie. La crestería aún permanece intacta y es posible ascender hasta ella, con representaciones en estuco de animales, dioses y figuras humanas en sus escalinatas.
El último registro arqueológico que se dio en este lugar data de hacia 1960, cuando un grupo de arqueólogos, arrancó literalmente los frescos de sus paredes, en los que se representaban escenas de sacrificios humanos y actos de guerra, trasladándose todo hacia el museo de Mérida. Desde entonces no se tiene constancia de más visitas a este lugar.
Con estas premisas me introduje en el interior del templo, inexplorado hasta la fecha. Allí contemplé de nuevo los signos de Kukulcán. Tan fascinado estaba observándolos que no me fijé en la enorme cantidad de avisperos que allí se hallaban, hasta que fue demasiado tarde. Cientos de avispas se dirigieron hacia mí, saliendo disparado del lugar, no sin antes haberme llevado cerca de 30 aguijonazos en mi espalda. Un dolor insoportable me tuvo todo el día masticando antihistamínicos.
La aventura mereció la pena, pero me dio que pensar sobre el dios Kukulcán.
En busca de los orígenes mayas
Para los mayas hablar de Tula es mencionar sus orígenes. En náhuatl, una de las lenguas de los aztecas, Tollan-Xocotillan fue la capital de los toltecas, que ellos llamaban Tula, y los toltecas Tolla. Se dice que los toltecas aparecieron en el siglo X, provenientes de una tribu chimicheca procedente del norte, conducida por un rey llamado Miscoatl. Para los mayas, los toltecas eran los grandes artesanos, además de ser ellos quienes trajeron la figura de Quetzalcóatl, al que luego los mayas denominarían Kukulcán.
Los toltecas fueron quienes introdujeron en la arquitectura de Teotihuacán a los atlantes de 4,6 metros, que también pueden verse en las ruinas de Tolla-Xocotillan.
Para la mitología mesoamericana Tollan fue la ciudad gobernada por Quetzcalcóatl, la llamada Serpiente Emplumada de la que luego hablaremos. Lo curioso es que los mayas ampliaron la historia de este extraño dios, argumentando que Kukulcán provenía de la ciudad de Tamoanchan, en el reino de Tollan, donde este dios y la diosa Quilatzli llevaron los huesos sagrados con los que se hicieron los primeros hombres.
La historia de Kukulcán es muy interesante. Dios–hombre barbudo que vivía en el reino de Tollan –o Tula–, donde se cultivaban algodones de colores y maíz de calidad, en eterna paz. Pero el dios rival Tezcatlipoca, lo embriaga con una bebida, lo que le lleva a cometer incesto con su hermana Xochiquétzal. Cuando comprende lo sucedido, Kukulcán, avergonzado, se exilia, prometiendo regresar en un día idéntico al que había nacido, en una fecha de katún, 1 Acatl.
El final de Kukulcán tiene diversas interpretaciones, según los glifos. La mayoría está de acuerdo en que se dirigió hacia el Atlántico, donde había estado su reino desaparecido, Tula, llegando hasta la desembocadura del rio Goassacoalco. Es aquí donde las tradiciones divergen, pues para algunos desapareció sin más, otros creen que se inmoló en una pira funeraria, y una tercera corriente habla de que embarcó en un "barco de serpiente" con los suyos y desapareció en el mar o en el aire –también era dios de los vientos–.
(Continúa la información en ENIGMAS 200).
Carlos Mesa
Me encontraba en este lugar, después de haber recorrido cientos de metros de selva a golpe de machete, intentando localizarla con el GPS para darlo a conocer a la Sociedad Geográfica Española, cuando observé los glifos de la serpiente emplumada y algunos cascabeles en aquellas ruinas. La ciudad quedó referenciada en las coordenadas N20.33027, W89.65933.
La urbe se encuentra totalmente devastada por la vegetación de la selva, contando con varias estructuras, entre ellas el enorme templo de trescientos metros cuadrados que todavía sigue en pie. La crestería aún permanece intacta y es posible ascender hasta ella, con representaciones en estuco de animales, dioses y figuras humanas en sus escalinatas.
El último registro arqueológico que se dio en este lugar data de hacia 1960, cuando un grupo de arqueólogos, arrancó literalmente los frescos de sus paredes, en los que se representaban escenas de sacrificios humanos y actos de guerra, trasladándose todo hacia el museo de Mérida. Desde entonces no se tiene constancia de más visitas a este lugar.
Con estas premisas me introduje en el interior del templo, inexplorado hasta la fecha. Allí contemplé de nuevo los signos de Kukulcán. Tan fascinado estaba observándolos que no me fijé en la enorme cantidad de avisperos que allí se hallaban, hasta que fue demasiado tarde. Cientos de avispas se dirigieron hacia mí, saliendo disparado del lugar, no sin antes haberme llevado cerca de 30 aguijonazos en mi espalda. Un dolor insoportable me tuvo todo el día masticando antihistamínicos.
La aventura mereció la pena, pero me dio que pensar sobre el dios Kukulcán.
En busca de los orígenes mayas
Para los mayas hablar de Tula es mencionar sus orígenes. En náhuatl, una de las lenguas de los aztecas, Tollan-Xocotillan fue la capital de los toltecas, que ellos llamaban Tula, y los toltecas Tolla. Se dice que los toltecas aparecieron en el siglo X, provenientes de una tribu chimicheca procedente del norte, conducida por un rey llamado Miscoatl. Para los mayas, los toltecas eran los grandes artesanos, además de ser ellos quienes trajeron la figura de Quetzalcóatl, al que luego los mayas denominarían Kukulcán.
Los toltecas fueron quienes introdujeron en la arquitectura de Teotihuacán a los atlantes de 4,6 metros, que también pueden verse en las ruinas de Tolla-Xocotillan.
Para la mitología mesoamericana Tollan fue la ciudad gobernada por Quetzcalcóatl, la llamada Serpiente Emplumada de la que luego hablaremos. Lo curioso es que los mayas ampliaron la historia de este extraño dios, argumentando que Kukulcán provenía de la ciudad de Tamoanchan, en el reino de Tollan, donde este dios y la diosa Quilatzli llevaron los huesos sagrados con los que se hicieron los primeros hombres.
La historia de Kukulcán es muy interesante. Dios–hombre barbudo que vivía en el reino de Tollan –o Tula–, donde se cultivaban algodones de colores y maíz de calidad, en eterna paz. Pero el dios rival Tezcatlipoca, lo embriaga con una bebida, lo que le lleva a cometer incesto con su hermana Xochiquétzal. Cuando comprende lo sucedido, Kukulcán, avergonzado, se exilia, prometiendo regresar en un día idéntico al que había nacido, en una fecha de katún, 1 Acatl.
El final de Kukulcán tiene diversas interpretaciones, según los glifos. La mayoría está de acuerdo en que se dirigió hacia el Atlántico, donde había estado su reino desaparecido, Tula, llegando hasta la desembocadura del rio Goassacoalco. Es aquí donde las tradiciones divergen, pues para algunos desapareció sin más, otros creen que se inmoló en una pira funeraria, y una tercera corriente habla de que embarcó en un "barco de serpiente" con los suyos y desapareció en el mar o en el aire –también era dios de los vientos–.
(Continúa la información en ENIGMAS 200).
Carlos Mesa
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