El misterio del mensaje enviado por los británicos
Se llamaba Norman Poole, y por aquellas fechas apenas si tenía 24 años. Aún así valor no le faltaba al muchacho, porque hay que decir que fue el primer británico que piso suelo francés durante el desembarco de Normandía.
Él formaba parte de un grupo de apenas cinco paracaidistas del SAS (el servicio especial aéreo de su país), que debían de aterrizar en la península de Cherburgo, en la noche del 5 al 6 de junio de 1944, como parte de la misión bautizada con la clave de "Titanic IV".
El objetivo era que los Nazis pensaran que el desembarco se produciría en otro punto de la geografía francesa. Pues bien, cuando por fin se lanzaron, aquel hombre lo hizo con una pequeña paloma mensajera, que llevaba un mensaje destinado al servicio secreto de Churchill, y que sin avisar a sus compañeros dejó escapar durante el transcurso de la misión. Pues bien, el contenido de aquel mensaje se ha convertido en objeto de deseo de historiadores y coleccionistas de este tipo de piezas, sin que todavía se haya revelado su contenido. Entre otras cosas, porque el único que podía hacerlo, el propio Norman Poole, suponiendo que lo supiese, falleció hace unos días.
De hecho, en el Daily Telegraph se advertía la semana pasada que cuando le preguntaron a Poole por el contenido del mensaje, siempre fue muy reacio a contar nada, al punto de que huyó de los medios de comunicación como de la peste.
Pues bien, volviendo al momento al que se lanzaron en paracaídas, es que es para alucinar lo que tenían preparado para que los Nazis pensaran que el desembarco ya estaba en marcha.
Porque no sólo se lanzaron ellos del avión; es que también fueron detrás 200 muñecos que también llevaban paracaídas. Bueno, pues una vez llegaron al suelo, conectaron una serie de amplificadores de sonidos con los que habían descendido, y de repente empezó a sonar una sinfonía de disparos y cañonazos que dio a entender a los alemanes que el combate ya se había puesto en marcha en esa zona.
Volviendo al asunto de la paloma, Alison Dale, hija de Poole declaró al Daily Telegraph que "en el Desembarco de Normandía, la suya fue la única paloma que llegó viva a la sede del SAS, pero nunca nos dijo cuál era el contenido del mensaje. Mi padre era terriblemente meticuloso para esas cosas, y mantuvo el secreto siempre. Nunca le gustó hablar de su participación en la guerra". Incluso la mujer afirmó que en su familia el asunto de ese día apenas si lo conocieron, porque el soldado no habló jamás de ello; ni de eso, ni de las torturas a las que fue sometido una vez que los Nazis lo apresaron.
En este sentido aseguró que su padre y su tío "estuvieron involucrados en la guerra, pero realmente nunca supe hasta qué punto. Supongo que es típico de su generación no hablar de lo que pasó". El mutismo de este hombre, que tampoco contó jamás a sus familiares que fue condecorado con la "Cruz Militar" tras ser rescatado de manos de los alemanes, una vez regreso a Gran Bretaña.
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