CSI de la Sábana Santa: ¿y si Jesús no murió en la cruz?
Aunque la datación del carbono 14 sitúa el Sudario de Turín como una falsificación medieval, la reliquia todavía es objeto de investigación por científicos y forenses. Los últimos hallazgos sugieren que la Sábana Santa no es un negativo fotográfico…
El trabajo del doctor Miguel Lorente Acosta (1962), médico forense y profesor de medicina legal de la Universidad de Granada, ha permitido sentar bases médico-legales en el ámbito jurídico de la violencia de género, mientras que sus estudios sobre ADN han reclamado la atención internacional de entidades como el FBI. Fue precisamente durante su período de colaboración con la agencia gubernamental estadounidense, a finales de los noventa, cuando Lorente empezó a interesarse por la Sábana Santa. Según él mismo comenta, fueron gente de la academia del FBI la que le facilitó los primeros trabajos sobre el Sudario. En su libro 42 días (2007) realiza un muy pormenorizado análisis forense de la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret, realizando dos aportaciones novedosas: considera que la impresión del lienzo no es “milagrosa” sino que puede explicarse por causas naturales para llegar a la sorprendente conclusión de que Jesucristo… no murió en la cruz.
NO ES UN NEGATIVO FOTOGRÁFICO
La primera fotografía realizada de la Sábana Santa en 1898 por Secondo Pia (1855-1941) necesitó varias exposiciones de hasta veinte minutos para emulsionar el cliché. Al revelar la imagen, Secondo Pia se sorprendió de que la imagen del negativo ofreciera un mayor contraste visual que la estampa de la Síndone. Fue así como se popularizó la idea de que el Sudario era en realidad un “negativo fotográfico”. Sin embargo, tal y como explica Félix Ares de Blas en La sábana santa ¡vaya timo! (2006): "Las placas sensibles de la época tendían a ser ortocromáticas, es decir, las manchas eran o negras o blancas, pero había poco lugar para los tonos grises intermedios, lo cual tendría a amentar el contraste de una imagen débil".
En este sentido, Lorente ofrece una explicación al hecho de que sea su negativo fotográfico el que revele más detalles acerca del calvario que habría sufrido Jesús. Contrariamente a lo que se ha creído hasta ahora, según el médico forense, el cuerpo habría estado en contacto con la cara opuesta (reverso) del lienzo y no en el lado frontal –que es el que se exhibe durante sus ostentaciones–. Esto significaría, por ejemplo, que la famosa lanzada del costado derecho habría sido recibida en lado izquierdo, más cerca del corazón. Es el tramado del tejido del lienzo, unido a factores ambientales, el que habría "permeabilizado" la mezcla de sangre, sudor y ungüentos con las que fue cubierto el supuesto cuerpo de Jesús, dejando que su impronta se manifestara de manera más visible en el reverso (tradicionalmente considerado el frontal) de una tela cuyo grosor es de tan sólo 0,35 milímetros. Posteriormente, la temperatura y la celosa preservación de la reliquia habrían contribuido a perpetuar esta estampa sobre el sudario. Tal y como explica el propio Lorente: "La explicación de nuestra hipótesis supone que la concentración de los productos de degradación sanguínea y los efectos de la hipertermia, completados por la acción de la evaporación debido al sol y al aire, se produjeron en la cara contraria al contacto, lo que facilita la delimitación de la imagen y le da la característica de negatividad, al mismo tiempo que la tridimensionalidad por la diferente profundidad de las zonas donde se produjo la reacción química".
El cuerpo de Jesús habría sido desclavado del madero agonizante, pero aún con vida
¿MURIÓ JESÚS EN LA CRUZ?
En cuanto a la muerte de Jesús, Lorente argumenta que ésta no tuvo lugar. Al contrario que el resto de la comunidad de médicos que también creen en la autenticidad del Sudario, Lorente no considera tan evidente que su imagen muestre señales de rigor mortis y sí detalles que hacen presumir su vitalidad. El cuerpo de Jesús habría sido desclavado del madero agonizante, pero aún con vida, y tumbado boca arriba, habría mantenido una posición "que permitió la redistribución de la sangre y con ella la revascularización cerebral y la disminución de la hipoxemia (déficit de oxígeno en sangre)". Lorente especula con la posibilidad de que, tras “sobrevivir” a la crucifixión, Jesús decidiera retirarse para vivir sus últimos cuarenta y dos días en la Tierra como un hombre cualquiera. Aunque esta es una historia que, tal vez, deba ser contada en otro momento…
Comentarios (3)
Nos interesa tu opinión