Conoce las claves del proyecto que respalda Hawking para viajar al espacio
Viajar a otros sistemas solares en no más de 30 años podría estar mucho más cerca que nunca.
El multimillonario Yuri Milner con el apoyo del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg. ha puesto en marcha un programa de investigación, respaldado por el científico británico Stephen Hawking, que tiene como objetivo desarrollar unos chips que funcionarán como "naves espaciales" y que acortarán el tiempo de duración de los viajes.
Los viajes interestelares son un viejo anhelo de la humanidad pero aún existen grandes obstáculos tecnológicos para concretarlos. Sin embargo, según declaraciones del profesor Hawking a la BBC este sueño está más cerca de lo que pensamos. "Los avances tecnológicos de las dos últimas décadas y los del futuro harán que esto sea posible, en principio, en el lapso de la vida de una persona", señaló.
"Si queremos sobrevivir como especie debemos intentar alcanzar las estrellas, hasta la última instancia", agregó Hawking .
Los astrónomos creen que hay una gran posibilidad de que exista un planeta similar a la Tierra en órbita alrededor de una de las estrellas del sistema de Alfa Centauri.
El profesor Hawking apoya el proyecto de la Fundación Breakthrough de Milner, una organización privada que financia iniciativas de investigación científica que no consiguen fondos públicos porque son consideradas demasiado ambiciosas.
La organización reunió a un grupo de expertos científicos para evaluar si era posible desarrollar naves espaciales capaces de viajar a otra estrella dentro de una generación y que envíe información de vuelta. Teniendo en cuenta que el sistema estelar más cercano se encuentra a 40 billones de kilómetros de distancia, a falta de una teletransportación como en Star Treck, con la tecnología actual, se necesitarían unos 30.000 años para llegar hasta allí.
El grupo de expertos llegó a la conclusión de que con un poco más de investigación y desarrollo, podría ser posible la creación de naves espaciales que podrían reducir ese tiempo de viaje a tan sólo 30 años.
Gracias a la evolución tecnológica los expertos descubrieron que había un factor clave para hacer funcionar el proyecto: Reducir el tamaño de la nave espacial a aproximadamente el tamaño de un chip usado en dispositivos electrónicos. La idea es poner en marcha un millar de estas mini-naves espaciales en órbita dotando, a cada una de ellas, de una vela solar.
Estas velas son empujadas por la luz en lugar de por el viento. Desde la Tierra, un láser gigante daría a cada nave un poderoso empujón, enviándolas a su ruta y alcanzando el 20% de la velocidad de la luz. Suena a ciencia ficción, pero Yuri Milner, cuyos padres le dieron su nombre en honor al cosmonauta ruso Yuri Gagarin, cree que es técnicamente posible desarrollar este tipo de naves y llegar a otra estrella dentro de la vida de un humano.
Entre los desafíos del proyecto, en el que ya se han invertido 100 millones de dólares, está la creación de cámaras en miniatura, instrumentos y sensores que quepan en un chip, el desarrollo de una vela solar lo suficientemente fuerte como para soportar un potente láser durante varios minutos y encontrar una manera de que las imágenes e información del nuevo sistema de estrellas pueda ser enviado de nuevo a la Tierra.
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