Casas encantadas… ¡a la venta!
Hacer negocio de la superstición y el miedo no es algo nuevo. Pero en los últimos años el fenómeno de poner a la venta casas malditas se ha hecho muy rentable...
La expansión incontrolable de las redes sociales y las páginas de compra-venta online hoy son campo abonado para la comercialización de todo tipo de objetos o el alquiler, incluso, de mansiones malditas con su propio fantasma. Sí, han leído bien. O al menos eso reza su reclamo publicitario.
Se busca niñera para trabajar en una 'casa encantada'
El 19 de junio de 2017 el diario La Vanguardia se hacía eco de una curiosa noticia: "Se busca niñera para trabajar en una 'casa encantada' por 57.000 euros". Al parecer, una familia de Scottish Borders (Escocia) publicaba un anuncio buscando niñera en el portal Childcare.co.uk, señalando que, debido a su trabajo, deben pasar hasta cuatro noches por semana fuera y necesitan que alguien cuide de sus hijos, de cinco y siete años. Los dueños no han ocultado en el anuncio que existe un importante inconveniente: llevan casi una década en la casa y antes de comprarla ya les advirtieron de que en su interior tenían lugar extraños fenómenos… Paranormales.
Cinco canguros han dejado el puesto alegando miedo por diferentes 'incidentes sobrenaturales'
Creyendo que sólo se trataba de una leyenda, la compraron, y desde entonces cinco canguros han dejado el puesto, bastante bien remunerado, alegando miedo por diferentes "incidentes sobrenaturales como ruidos extraños, cristales rotos y movimientos de muebles". Sí, suena a fake, pero lo cierto es que el responsable de la web anunciante, Richard Conway, explicó al diario The Telegraph que, ante su natural escepticismo cuando recibieron el anuncio, se pusieron en contacto con los propietarios y con algunos de los antiguos trabajadores y comprobaron que la historia "era real". Eso sí, hasta el momento no consta que la familia pudiese contratar a una nueva niñera.
No es la primera vez que una noticia de esta índole aparece en los medios: en 2012, el Tribunal Supremo del Estado de Pensilvania (EE UU), sentaba precedente con una controvertida sentencia, según la cual, cualquier vendedor de una propiedad debía informar sobre los eventos que habían tenido lugar en la misma y que pudieran ser dañinos o perturbadores para futuros propietarios. El origen de la sentencia se remonta al 11 de febrero de 2006, cuando un propietario mató a su esposa de un disparo y luego se suicidó. Los nuevos inquilinos, Joseph y Kathleen jacono, la compraron en octubre de esa año y, en menos de un año, volvieron a venderla, esta vez a un propietario que no conocía la trágica historia y que, debido a que experimentó extraño fenómenos, cuando conoció la terrible verdad sufrió problemas de carácter psicológico, lo que generó el citado cambio en la ley. Eso fue el detonante de que en aquel Estado muchos indicaran que la propiedad que ponían en venta "estaba encantada", aunque es muy probable que otros lo hicieran principalmente como reclamo publicitario.
La casa presenta ciertos fenómenos paranormales, pero nada grave
UNA ALTA DEMANDA
Y es que, contrariamente a lo que uno pueda pensar –sobre todo si es miedoso–, son muchos los demandantes de este tipo de viviendas. Por ejemplo, en 2013, también en EE. UU. y también en el Estado de Pensilvania, Gregory Leeson puso a la venta su casa de Marion Street por 144.000 dólares, en un anuncio donde la agencia inmobiliaria Zillow señalaba, no sin cierta ironía, que "la casa presenta ciertos fenómenos paranormales, pero nada grave. Por ejemplo, se escuchan pasos fantasmales, un golpeteo extraño en las paredes, gritos a las 3.30 horas de la mañana, quizá una o dos veces a la semana como mucho".
Aunque pueda parecer que lo que hace un anuncio así es generar rechazo, Leeson recibió múltiples ofertas e, incluso, pudo subir el precio de la vivienda en la que, dice, no se siente incómodo –afirmó venderla por otros motivos–. Según éste, cuando nació su primera hija oyeron como si alguien estuviera hablando en la habitación de la pequeña y, cuando entraron, vieron a la niña sentada, "pero no había nadie más".
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