Los antiguos menorquines se drogaban con fines rituales
Los antiguos habitantes de la isla de Menorca (España) se drogaban para acceder a otros planos de conciencia
Que el ser humano ha sentido una irresistible atracción por todo tipo de drogas y sustancias psicotrópicas y psicoactivas es algo bien conocido desde hace tiempo, como atestiguan los distintos hallazgos e informaciones procedentes de distintas culturas antiguas. Sin embargo, recientemente se han encontrado nuevas evidencias en este sentido y que, según los responsables del hallazgo, podrían constituir la primera prueba del consumo en Europa de drogas alucinógenas.
El reciente trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, y elaborado por investigadores de la Universidad de Valladolid, describe cómo durante el estudio y excavación de un antiguo enterramiento en la cueva des Càrritx, en Menorca, durante el cual se tomaron muestras de cabello de los cadáveres, se detectaron restos de drogas, desvelando, por primera vez, que aquellos primitivos pobladores de la isla, que vivieron allí durante la Edad de Bronce, hace unos 3.000 años, ya tomaban sustancias psicoactivas, posiblemente con fines rituales.
La ingesta de drogas se hacia para entrar en estados alterados de consciencia
Entre las sustancias detectadas por los análisis realizados, los investigadores han descubierto efedrina, atropina y escopolamina. Estas dos últimas sustancias se encuentran de forma natural en plantas de la familia de las solanáceas, y se sabe que su ingesta es capaz de producir delirios, alucinaciones y provocar estados alterados de conciencia. Por su parte, la efedrina es un estimulante que se obtiene también de ciertas especies de arbustos y árboles, y permite que quien la consuma mantenga un nivel elevado en el estado de alerta y su fuerza física. Los investigadores han podido determinar que el consumo de estas sustancias no habría servido para tratar algunas de las dolencias y problemas de salud más habituales entre los seres humanos prehistóricos: «Las sustancias psicoactivas detectadas en este estudio no son adecuadas para aliviar el dolor implicado en las condiciones paleopatológicas severas atestiguadas en la población enterrada en la cueva des Càrritx, tales como abscesos periapicales, caries severas y artropatías», explican los autores del trabajo en la publicación.
Las sustancias psicoactivas detectadas en este estudio no son adecuadas para aliviar el dolor, estaban destinadas a los rituales sagrados
Por este motivo, lo más probable es que su consumo estuviera destinado a una actividad muy diferente, probablemente de tipo sagrado o ritual: «Teniendo en cuenta la potencial toxicidad de los alcaloides encontrados en el pelo, su manipulación, uso y aplicaciones representaban un conocimiento altamente especializado. Este conocimiento lo poseían típicamente los chamanes, que eran capaces de controlar los efectos secundarios de las drogas vegetales a través de un éxtasis que hacía posible el diagnóstico o la adivinación», añaden.
La gran importancia de este nuevo hallazgo radica en el hecho de que, de confirmarse, sería la primera prueba del consumo de drogas en Europa en fechas tan tempranas, pues hasta ahora todas las evidencias eran indirectas. La autora principal del estudio, Elisa Guerra-Doce, ha explicado que la cueva de Es Carritx donde se ha realizado el hallazgo fue utilizada por primera vez hace unos 3.600 años, y se mantuvo en uso al menos durante ocho siglos. En ese tiempo el espacio fue utilizado con fines funerarios, y en su interior, donde se encontró una cámara sellada y separada del resto, donde se llegaron a enterrar hasta a 210 individuos. A algunos de ellos se les habían teñido de rojo algunos mechones de pelo, que fueron depositados en recipientes de madera decorados y preservados en la cámara situada en lo más profundo de la cueva, diferenciándolos claramente como objetos especiales y de importancia, posiblemente ritual.
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