El misterioso 'pilar colgante' de la India
En el antiguo templo Veerabhadra, dedicado a la feroz encarnación del dios Shiva hay un desconcertante pilar ingrávido
La materialización del espacio ingrávido ha sido utilizada por numerosos artistas y arquitectos durante el siglo XX, manteniéndose hasta la actualidad. Desde las «columnas flotantes» diseñadas por Charles Moore para el Lawrence Hall del Williams College Museum of Art que proporcionan una falsa sensación de ingravidez, hasta los más desconcertantes pilares de los soportales de un edificio en la Rambla de Can Mora, en Sant Cugat del Vallés, que realmente levantan un palmo del suelo, como si levitaran.
El uso de la columna como simple ornamento supone una constante en la historia de la arquitectura pero lo del antiguo templo Veerabhadra es otra cosa que parece no ser de este mundo.
El edificio se erige en la localidad india de Lepakshi, en el sur del estado de Andhra Pradesh.
El templo de Lepakshi, como también se le conoce, es famoso por sus mosaicos y esculturas en casi todas las superficies expuestas, que se remontan al siglo XVI.
Este importante lugar de peregrinación es obra de dos hermanos -Virupanna Nayaka y Viranna- que fueron gobernadores del Imperio Vijayanagar durante el reinado del rey Achyuta Deva Raya.
Entre las 70 columnas talladas en granito que soportan el techo, una resulta sumamente intrigante. Se le conoce como el pilar colgante de Lepakshi y, cuando decimos colgante, es porque en efecto no toca el suelo. Es habitual que los guías sorprendan a los visitantes pasando telas y papeles para comprobar que desafía la ley de la gravedad pese a su aparente peso.
Un ingeniero británico intentó mover la columna y colapsó parte del techo
Tiene 4,60 metros de altura y está decorada con intrincados tallados que parecen colgar del techo con el pilar. Y no tiene, como los ejemplos que citábamos al principio, una función ornamental. Durante el período colonial, un ingeniero británico intentó descubrir el misterio e intentó mover la columna lo que provocó el colapso de parte del techo del templo. Esto descartaba, como alguien había propuesto, que se tratara de bloques de piedra entrelazados y perfectamente equilibrados que crean una sensación de objeto flotante. Entonces: ¿Es posible dispersar el peso de alguna forma a través del techo que la sostiene?
Las estrategias de aligeramiento más importantes en la arquitectura del siglo XX son una consecuencia de avances técnicos y el empleo de materiales livianos pero, ¿qué pasa cuando hablamos de granito?
Algunos han propuesto que, en realidad, la columna es hueca, lo que disminuiría significativamente su peso pero no se ha podido probar.
Muchos estudiosos creen que fue diseñado de esta forma debido a la actividad sísmica de la región, para ayudar al templo a resistir los terremotos. Esto concedería unos conocimientos técnicos sobresalientes a los hermanos Nayaka.
No es el único misterio del templo de Lepakshi. Al cruzar el kalyāna mandapa, es visible una huella gigante, como si alguien colosal hubiera pisado el suelo con toda su fuerza, dejando su forma de su pie en la piedra.
Se trata, según la tradición, del pie de Mā Sita, uno de los protagonistas de la epopeya del Ramaiana (‘el sendero de Rama’), avatar (o encarnación) de la diosa Laksmí, eterna consorte del dios Visnú.
Según la tradición, cuando Rāvana se llevó a Sita a la fuerza a bordo de su pushpaka vímana (nave voladora hecha con flores) en el camino hacia Lanka se detuvieron allí y, al resistirse a continuar, pisó una piedra con tal fuerza que quedó su huella en la roca.
Esta huella siempre tiene una fina capa de agua. Los guías del templo suelen decir que muchos visitantes han tratado de secar el líquido elemento pero que, misteriosamente, el agua vuelve a filtrarse manteniendo la huella húmeda. El misterio es que no hay ninguna fuente de agua conocida en las inmediaciones.
Sri Aurobindo en A Defence of Indian Culture decía: "La mente europea considera que Rama y Sita son poco interesantes e irreales, porque son demasiado virtuosos, demasiado ideales, demasiado blancos en su color; pero para la mente india, incluso al margen de todo sentimiento religioso, son figuras de una realidad absorbente que apelan a las fibras más íntimas de nuestro ser".
En efecto, para los hindúes sus deidades encarnaron seres reales, de carne y hueso, que en un pasado remoto lucharon en la región con tecnologías inalcanzables para los humanos.
De acuerdo al citado Ramaiana, la localidad donde se erige el templo es considerado como el lugar donde el mítico Jatayu, un pájaro que luchó con el rey Rāvana después de ser herido, cayó al suelo sin vencerlo.
La duda es saber si el Pilar Colgante de Lepakshi es una hazaña increíble de ingeniería antigua o fruto de la casualidad, al moverse de su posición aparentemente flotante debido a la actividad sísmica o, incluso, podría ser un error durante la construcción. Como sea, atrae las miradas de todos los visitantes a este templo patrimonio de la UNESCO.
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