Hotel Salto… en ambos sentidos
El Hotel Salto es espectacular; posiblemente el que más de este recorrido por los lugares más encantados del planeta. Porque el conocido como Salto de Tequendama, en el departamento colombiano de Cundinamarca, es de los puntos que más turismo atrae de todo el país. Los fantasmas de los suicidas contribuyen a ello… Ahí va nuestra cuarta propuesta para este verano.
Años atrás, a finales de la década de los treinta del pasado siglo, a alguien con mucha visión de negocio se le ocurrió colocar, colgado de una barranquera, este espectacular hotel que hoy es guarida de sombras.
Frente a él surge la espectacular cascada que da nombre al entorno, con una caída de casi 160 metros de altura que en tiempos alucinó a las clases pudientes de la capital de Colombia, Bogotá. Así fue, desde que abrió sus puertas en 1928, hasta bien entrada la década de los noventa, cuando salvo cuatro rezagados, pocos más llenaron las habitaciones del establecimiento. La brutal contaminación del agua del río hizo que las aguas termales, los minerales, el propio enclave perdiera el encanto más allá de lo estético, y de este modo fue cerrado.
El gobierno decidió entonces transformar su uso, y durante años hizo las veces de estación de tren. La ruina se fue apoderando de este lugar cada vez con menos vida y pronto se desveló como un sitio idóneo para otro tipo de menesteres. Porque su posición de privilegio al borde del precipicio hizo que fueran muchos los que se lanzaban al vacío desde las balaustradas de este edificio al que el tiempo se iba comiendo despacio, quebrando sus cristales, desencajando sus contraventanas…
De su interior parten lamentos que hielan la sangre, gritos que rompen en dos el silencio de la noche; dicen que son las almas de aquéllos que encontraron en el Salto –va con segundas– la única manera de hacer un quiebro a su desgracia. Los testigos hablan de sensaciones negativas, pero también aseguran haber visto a gente de todas las edades asomarse al barranco, para después saltar ante la desesperación de quienes contemplaban la terrible escena. Pero al buscar el cuerpo, nada… Así son los fantasmas del Salto de Tequendama; así es este enclave maravillosamente aterrador.
En los últimos tiempos los amantes de lo paranormal han ubicado en el Hotel Salto su particular centro de operaciones para llevar a cabo investigaciones de todo tipo.
Hotel Salto de Tequendama, Colombia, muy cerca de la capital Bogotá. La fundación Granja Ecológica El Porvenir pretende recuperarlo, y para eso piensan hacer del viejo hotel un museo que ya se visita. 3.000 pesos adultos y 1.500 los niños –un euro adultos y medio los niños–.
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