Roma: la fundación de la Ciudad Eterna
El 21 de abril del año 753 a. C se fundaba la ciudad de Roma. Al menos, esta es la fecha que estableció la República romana durante sus últimos momentos de existencia. Pero, ¿cuál es su verdadero origen? ¿Mató de verdad Rómulo a su hermano Remo como establece el mito?
Roma es la ciudad eterna. Y como tal, desde su fundación, ha dado mucho que hablar. El 21 de abril se celebraba la gran fiesta de la ciudad. Pero, ¿cómo surgió verdaderamente Roma? Para llegar a la respuesta, tenemos que bucear en el mito y remontarnos a tiempos muy lejanos, con el monte palatino como escenario principal, el punto central entre las siete colinas. Un héroe troyano, Eneas, hijo de Venus y de Anquises, consiguió llegar hasta el territorio y fundó allí la ciudad de Alba Longa, próxima al río Tíber. Desde entonces, sus descendientes se fueron sucediendo como reyes en la zona y, como es común en las historias míticas entre hermanos, cuando llegó Numitor al poder, su hermano Amulio le destronó. Además, para que su hija Rea Silva no tuviera descendencia, la condenó a convertirse en sacerdotisa vestal, lo que suponía que permaneciera virgen toda su vida.
Rómulo y Remo fueron lanzados al río Tíber en un canasto que desembocó en la zona de las siete colinas
Sin embargo, el plan de Amulio no salió como esperaba. Pese al voto de castidad de Rea Silva, Marte, el dios de la guerra, engendró en ella a dos mellizos: Rómulo y Remo. Cuando Amulio se enteró, lo primero que hizo fue intentar deshacerse de los dos herederos legítimos. Pero, posiblemente por el miedo a las represalias de Marte si los mataba directamente, Amulio ordenó que se les dejara morir a la intemperie, completamente abandonados. La persona encargada de esto, tal vez sintiendo cierta compasión como sucedió también con Moisés en el río Nilo, metió a los hermanos en una canasta y la lanzó al río Tíber. A lo largo de su recorrido, la canasta acabó encallando en su desembocadura, en la zona de las famosas siete colinas.
Y es aquí donde empieza la parte de la historia más conocida sobre los dos hermanos. Una loba, Luperca, se acercó a beber agua al río y, al ver allí a los niños, decidió recogerlos y amamantarlos. Hay investigadores que consideran que la palabra lupa, cuyo significado en latín es tanto loba como prostituta, puede significar que, en realidad, fuese una mujer dedicada a este oficio la que se encargase de rescatar a Rómulo y Remo. Aunque esto puede encajar en la historia, la idea de ser criados por animales es común a otros relatos de personajes míticos.
Tras conseguir sobrevivir gracias a la loba, los dos mellizos fueron recogidos y criados por un pastor y su mujer, Faustulus y Acca Larentia. Cuando crecieron, los mellizos ocuparon el trono de su abuelo Numitor en el trono de Alba Longa y decidieron fundar una colonia en el lugar en el que fueron amamantados por la loba, en la ribera derecha del Tíber.
Tras una discusión, Rómulo acabó con la vida de su hermano Remo, convirtiéndose en el primer rey de Roma
Y, como la felicidad en los mitos dura poco y la desgracia tiende a imponerse, tras una fuerte discusión sobre el lugar en el que fundarían la futura Roma, se produjo un hecho atroz. Rómulo trazó un cuadrado con un arado sobre el monte palatino y juró delante de su hermano que mataría a quien se atreviera a sobrepasarlo. Remo, de manera burlona, lo atravesó sin dudarlo y, entonces, Rómulo acabó matando a su propio hermano sin miramento alguno. A partir de este momento, Rómulo se convirtió en el primer rey de Roma, según la versión oficial de la Monarquía romana, en el año 754 a. C.
EL MITO PUESTO EN ENTREDICHO
¿La palabra “Roma” proviene de “Rómulo”? La idea general entre los investigadores, atendiendo tanto a la etimología como al mito, demuestra que así es. Sin embargo, el río Tíber, en lengua etrusca, era denominado Rumon (literalmente “río”), por lo que hay algunos historiadores que consideran que el río podría haber influido en el nombre de la ciudad. De hecho, los etruscos fueron los primeros que gobernaron en Roma durante la época monárquica, por tanto, esta idea no es fácil de desechar.
Eneas era un héroe troyano, por lo que se puede observar un claro intento de vincular el pasado griego con la nueva Roma
Adentrándonos de nuevo en el mito, hay varios aspectos de obligada mención. El primero de ellos es el hecho de que Eneas era un héroe troyano, por lo que se puede observar un claro intento de vincular el pasado griego con la nueva Roma, de manera que Eneas se conviertiera en un antepasado directo de Rómulo y Remo. Sin embargo, la arqueología ha demostrado que las cronologías no casan entre sí. La destrucción de Troya se produjo, según los trabajos arqueológicos, entre los siglos XII y XIII a. C. y, aunque hay dataciones en el Lacio antes del siglo VIII, sigue sin haber una correlación entre ambas.
Otra idea interesante es la presencia de ríos en los mitos. Como establece Joaquín Mellado Rodríguez en su trabajo Moisés y Rómulo y Remo: Entre la Historia y el mito: “No podemos olvidar que en una cultura como la mesopotámica o la egipcia, donde los ríos Tigris y Éufrates, por una parte, y el Nilo por otra, son la única fuente de vida, el agua siempre se ha considerado símbolo de salvación”. Y en este caso, el Tíber está adquiriendo la misma función.
El concepto de un niño indefenso que es acosado por alguien que ostenta el poder también es un esquema que se repite en numerosos relatos mitológicos. En el caso de Rómulo y Remo, es Amulio; en el de Moisés, el faraón que ordena matar a todo varón hebreo recién nacido. Además, resulta bastante normal que estos niños míticos sean criados por animales. Ciro, rey de los persas, fue amamantado por una perra y Enkidu, el compañero inseparable de Gilgamesh, vivíó rodeado de animales hasta que le conoció, por lo que llevaba una vida de salvaje (Epopeya de Gilgamesh).
Estos paralelismos no dejan de ser llamativos entre historias míticas de pueblos completamente distintos entre sí y que, además, se encuentran completamente separados en el tiempo. Pero al margen de similitudes, resulta imposible determinar la fecha original de la fundación de Roma, la Ciudad Eterna. Aunque durante el final de la República se estableciera el 21 de abril del año 753 a. C como día oficial, éste siempre será uno de los grandes misterios de la Roma antigua.
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