La influencia espiritual femenina a lo largo de la historia
La exposición 'Veneradas y temidas', en CaixaForum Madrid es un recorrido para descubrir la influencia espiritual femenina a través de piezas icónicas del Museo Británico
A lo largo de la historia, la figura de la mujer se ha visto, de manera muy polarizada, como diosa o como bruja, como madre protectora o demonio castigador. Veneradas y, al mismo tiempo, temidas. En cualquiera de los casos, se trata de representaciones simbólicas del poder femenino que han ocupado un lugar central en las creencias de muchas culturas. La exposición Veneradas y Temidas. El poder femenino en el arte y las creencias «es la primera exposición de su tipo que aborda más de 5.000 años de creencias en el poder espiritual femenino en muchas tradiciones diferentes de todo el mundo», apunta Belinda Crerar, comisaria de la exposición y responsable de desarrollo de contenido de exposiciones internacionales del Brithis Museum.
La muestra de 166 piezas incluye desde esculturas monumentales hasta objetos utilizados en ceremonias rituales de culturas antiguas y del mundo moderno. «Cada uno de estos objetos nos cuenta algo único sobre las creencias en torno a la autoridad y capacidad femenina en la religión y la espiritualidad globales y el folklore», señala Crerar. El recorrido de la exposición está estructurado en cinco ámbitos temáticos. La primera sección, dedicada a la creación y la naturaleza, nos aproxima a las tradiciones espirituales que han asociado la tierra con lo femenino. Es el ejemplo de Bhudevi, considerada en ocasiones una manifestación de la diosa hinduista de la abundancia Lakshmi. Pero no siempre las deidades son necesariamente benévolas. Muchas tienen una naturaleza multifacética, capaces de crear, pero también de destruir.
SERES DEMONÍACOS
El segundo espacio, pasión y deseo, explora las distintas formas en que se ha concebido el deseo sexual en las diferentes tradiciones: un valor que eleva el alma y une a hombres y mujeres con lo divino o un elemento relacionado con fuerzas oscuras y demoníacas. Destaca en esta sala la escultura de Afrodita, a la que los devotos acudían para pedir por asuntos relacionados con el placer y el deseo. También encontramos referencias a la diosa sumeria Innana y la diminuta tablilla que relata su descenso al inframundo.
La tercera sala está dedicada a la magia y la maldad, con piezas de mujeres concebidas como un peligro o una amenaza para la sociedad: brujas, monstruos y demonios. Se pone de manifiesto las complejidades de muchos de estos personajes. Mujeres con un gran conocimiento esotérico y dotadas de habilidades mágicas que muchas veces se correspondían con mujeres independientes, apartadas de la sociedad por diferentes motivos: solteras, viudas, enfermas…
Sus historias y leyendas se basan muchas veces en el sufrimiento, el dolor y la venganza contra la sociedad. Un ejemplo es la estatua de una Cihuateteo, una mujer guerrera mexicana. Para los aztecas el parto era equiparable a ir a la guerra, por eso las mujeres que morían dando a luz eran divinizadas al igual que los guerreros caídos en combate. Pero también eran temidas, ya que se creía que, durante cinco días al año, descendían a la tierra para robar los niños de los vivos. Encontraremos también, entre otras muchas piezas, una escultura de Hécate, la diosa de la magia, la noche y los fantasmas, o del temido Pazuzu, divinidad protectora popularmente conocida por ser el «demonio» protagonista de la película El Exorcista.
La visita continúa con las ideas de justicia y defensa, ya que muchas tradiciones han relacionado el poder femenino con la fuerza física, la justicia y la autoridad moral. Destaca aquí la estatua de la diosa egipcia Sekhmet, relacionada con la guerra y la enfermedad, pero también con la protección. El último espacio lo protagoniza la figura de la Virgen María y su representación, no solo en la tradición cristiana, también en el islam o en la tradición abrahámica.
INFINITAS FEMINIDADES
La exposición trata de mostrar las diferentes facetas y percepciones de lo femenino a lo largo de la historia. «La feminidad se manifiesta de formas muy variadas y es lo que hemos querido recoger –asegura Belinda Crerar–. No existe una única definición de la feminidad. Sino múltiples e infinitas. Estamos tratando de indagar en estas ideas de identidad de género, identidad femenina y masculina de una manera más compleja y mostrar cómo estas ideas de identidad no binaria y ausencia de género han existido en ciertas tradiciones durante miles de años. Aunque puedan parecer temas muy contemporáneos en la sociedad moderna, en realidad han existido durante mucho tiempo. Al reunir todas estas ideas de diferentes tradiciones, estamos tratando de analizar las similitudes y contrastes inherentes en la forma en que se ha enmarcado o recibido la autoridad y el poder femenino en diferentes tradiciones. Queremos que esto sea una forma de reflexionar sobre nuestras propias preconcepciones y creencias culturales arraigadas».
Esperamos que el mensaje clave de la exhibición sea encontrar diferentes formas de pensar y usarlo como punto de partida para reflexionar sobre nuestras propias creencias e ideas sobre el género, la autoridad femenina y el poder, y fomentar esta sensación discursiva”, aclara Belinda Crerar.
ISTHAR: REINA DE LA NOCHE
Una de las piezas estrella, en palabras de la comisaria Belinda Crerar, es el relieve de Ishtar (c. 170 a. C.). Se la representa como una guerrera y como la encarnación del deseo sexual. Su culto se remonta 6.000 años atrás y era una figura primordial en la vida cotidiana del territorio sumerio. «Algunas de las figuras espirituales presentes en la exposición son intrínsecamente femeninas, pero otras tienen identidades un poco más complejas. Pueden ser representadas en el arte en forma femenina, pero conceptualmente trascienden el género en un sentido binario. El relieve de la Reina de la Noche es una representación de una deidad que tradicionalmente se representa en el arte en forma femenina, pero en textos se la menciona tanto femenina como masculina, tanto mujer como hombre», explica Crerar.
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