"Himmler quería crear un Camelot místico de las SS". Entrevista a Eric Frattini
Mucho se ha hablado del interés ocultista del III Reich. La Ahnenerbe tiene gran parte de culpa y, sin embargo, su auténtico objetivo fue más oscuro y peligroso. "Los científicos reunidos alrededor de la Ahnenerbe tenían la única misión de degenerar sus conocimientos con el único fin de hacer creer a la población alemana que debía aceptar de buen grado la aniquilación de los llamados 'subhumanos'. De esto y mucho más charlamos con el periodista Eric Frattini.
El periodisa Eric Frattini es autor de más de una veintena de ensayos dedicados a analizar la cara de la historia que, por diferentes motivos, se nos ha querido ocultar o se nos ha contado de forma diferente. Fruto de sus trabajos de investigación ha sido galardonado con diferentes premios, como el II Premio Nacional de Investigación Periodística que concede la revista italiana Terra Incognita por su trabajo de investigación sobre el caso Vatileaks.
Tras varios trabajos dedicados a algunos de los episodios más difusos de la II Guerra Mundial, como si Hitler murió o no en el búnker o la huída a diferentes partes del planeta de un gran número de responsables del genocidio nazi, llega a las librerías con Los científicos de Hitler. Historia de la Ahnenerbe (Espasa, 2021), un ensayo en el que explica qué fue la Anhenerbe, para qué se creó y cómo fue posible la justificación científica de un esoterismo consparanoico y racista en el que participaron mentes tan malvadas como inteligentes.
Pregunta: En primer lugar, ¿qué era la Ahnenerbe y cuál era su función dentro del régimen nazi?
Respuesta: La Ahnenerbe (acronismo de Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana) era un grupo de centros de estudios controlados por la SS. Allí se reunían prehistoriadores, geólogos, genetistas, biólogos, botánicos, arqueólogos, etcétera. Todos ellos se reunían alrededor de Himmler, un hombre que era ya el segundo más importante del Reich. Heinrich Himmler ya controlaba la SS, la Gestapo, la Kripo, las Waffen-SS, la Oficina Principal de Seguridad del Reich, la Oficina Principal de Raza y Asentamiento y ahora tenía entre sus manos a más de 70 instituciones científicas reunidas en la Ahnenerbe. Si querías prosperar en la ciencia de la Alemania de los treinta debías pasar por un estudio de sangre por parte de las SS y por la aprobación de la Ahnenerbe.
Durante sus primeros meses se dedicaron a buscar el Grial, la lanza de Longinos o los orígenes de la raza aria
P: Vemos que un oscuro personaje destaca en esta historia: Heinrich Himmler. Mostraba interés por cantidad de cuestiones, muchas directamente relacionadas con lo paranormal y esotérico. ¿Quién fue y de qué modo calaron sus intereses ocultistas en el III Reich?
R: La Ahnenerbe de 1935 era cien por cien ‘ocultista’. Himmler quería crear una especie de Camelot místico de la SS, con castillo y tabla redonda incluida. Durante sus primeros meses se dedicaron a buscar el Grial, la lanza de Longinos o los orígenes de la raza aria en el Tíbet, Dinamarca o Canarias. Después de 1936, la Ahnenerbe se convirtió en algo mucho más peligroso y letal, en una Ahnenerbe científica. Se convirtió entonces en una herramienta más de la poderosa maquinaria bélica de Alemania.
P: La Ahnenerbe se constituía a su vez de una gran cantidad de instituciones dedicadas a los más diversos asuntos. Algunas orientadas a estudiar el folclore, los cuentos populares, las runas, medicina popular… ¿Por qué este interés en la tradición y el conocimiento popular?
R: Los científicos reunidos alrededor de la Ahnenerbe tenían la única misión de degenerar sus conocimientos con el único fin de hacer creer a la población alemana que debía aceptar de buen grado la aniquilación de los llamados Untermenschen (subhumanos). En este grupo se encontraban judíos, gitanos, eslavos, comunistas... pero también ciudadanos alemanes con problemas psiquiátricos, niños con malformaciones, etcétera y que fueron aniquilados antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial bajo la llamada ‘Aktion T4’. Ya lo escribió Hitler en 1925 en su Mein Kampf cuando afirmó refiriéndose a la ciudadanía alemana: “La primitiva simpleza de sus mentes les convierte en presa fácil de una gran mentira. […]” Esto fue el inicio de todo y creo que la Ahnenerbe ayudó a crear esa fantasía que el pueblo alemán supo o prefirió tragarse. Para ello se adornó todo con una vuelta a los orígenes de la raza aria, un regreso a las tradiciones sobre la tierra o el ‘espacio vital’.
P: Una de estas instituciones estaba centrada en la “revisión de las llamadas ciencias secretas u ocultas”. ¿Cuál era su cometido?
R: Realmente su cometido era poco claro y sin duda no fue muy activa ya que como te digo desde 1936, y debido a las críticas directas del propio Hitler, la Ahnenerbe se vio obligada a reconvertirse en algo mucho más peligroso. Entre 1905 y 1936, de 38 Premios Nobel alemanes, 14 eran judíos o de ascendencia judía, casi un 30 por ciento. Einstein era uno de ellos. Hitler lo único que pidió a Himmler y a su Ahnenerbe es que fueran capaces de responder las teorías de cada uno de ellos. Para responder a la teoría de la relatividad de Albert Einstein se decidió apoyar la loca historia de la ‘cosmogonía glaciar’ defendida por el iluminado Hans Hörbinger. A Hitler lo único que le interesaba era dejar en evidencia las teorías de los Nobel judíos y a Himmler le daba igual si esas teorías eran con base científica o con base a teorías ocultistas sin ninguna base científica.
Entre los puntos importantes que Himmler debía cumplir en España estaba la posibilidad de llevar a cabo expediciones arqueológicas de la Ahnenerbe en suelo español
P: Los tentáculos de la Ahnenerbe también llegaron a España. ¿Qué buscaban sus científicos?
R: Cuando Himmler llegó a España en octubre de 1940 traía consigo cuatro puntos importantes: la cooperación policial hispano-alemana, la seguridad para el encuentro de Hendaya, el suministro de wolframio y la posibilidad de llevar a cabo expediciones arqueológicas de la Ahnenerbe en nuestro país. Fue durante la visita de Himmler al Alcázar de Toledo y al Museo Arqueológico Nacional cuando Himmler entabla contacto con el falangista y arqueólogo Julio Martínez Santa-Olalla, el cual hablaba perfectamente alemán debido a que había estudiado en la Universidad de Bonn. El arqueólogo español era un germanófilo convencido y un acérrimo simpatizante del nazismo. Santa-Olalla tenía buenos contactos académicos en Alemania y con su máximo líder Wolfram Sievers. En marzo de 1939, cuando el arqueólogo es nombrado comisario general de Excavaciones, decidió intensificar los contactos con la Ahnenerbe. Se dice que fue el propio Sievers quien dio la idea a Santa-Olalla de crear la Comisaría General de Excavaciones. Martínez Santa-Olalla era un falangista acérrimo y su protector era José Luis Arrese, entonces secretario general de Falange, ministro de Franco y además amigo del propio Hitler, a quien visitó en Berlín en enero de 1943. Arrese y Santa-Olalla creían que la ciencia en España debía estar más unida a los conceptos propagandísticos, como ocurría con la Ahnenerbe nazi, que a los conceptos católicos, como propugnaba el ministro de Educación José Ibáñez Martín. Arrese creía firmemente que la Ahnenerbe española debía quedar bajo el paraguas de la Falange al igual de lo que ocurría en Alemania con la SS. Ibáñez no estaba de acuerdo con esa teoría y junto a hombres del Opus Dei idearon su propia ‘Ahnenerbe’ mientras advertían a Franco sobre no dar tanto poder a los falangistas. Finalmente Franco optó por la idea de Ibáñez y el 24 de noviembre de 1939 se creó el CSIC, con una estructura muy parecida a la de la Ahnenerbe.
P: Has hablado de dos Ahnenerbe: por un lado, la esotérica, en la que ya hemos hecho hincapié y que sería más inocente y menos peligrosa que la “otra”, que de alguna manera buscaba dar sustento a muchas de las atrocidades cometidas durante el nazismo. Cuéntanos.
R: Realmente existen dos Ahnenerbe. La primera, la creada el 1 de julio de 1935, cuando Heinrich Himmler, ordena la creación de la Ahnenerbe. Himmler la creó con la única idea de que fuera una entidad pseudocientífica u ocultista para desarrollar y divulgar investigaciones dirigidas a apoyar y reafirmar las teorías nacionalsocialistas de la raza germana como origen de la raza aria y su pureza de sangre. La segunda, y mucho más peligrosa, fue la creada tras septiembre de 1936, cuando el propio Hitler ataca durante un discurso en el congreso del partido en Núremberg a los “pseudocientíficos” de la Ahnenerbe a los que trata como “charlatanes”. Es entonces cuando por orden de Himmler, la Ahnenerbe abandona las búsquedas de objetos sagrados tipo ‘Indiana Jones’, para convertirse en algo mucho más peligroso.
El Instituto de Investigación Científica y Militar era la sección más peligrosa de la Ahnenerbe, encargada de inventar todo tipo de teorías pseudocientíficas para convencer al pueblo aleman de auténtitcas barbaridades
P: Una de las cosas que la hizo tan peligrosa era el nivel de muchos de los expertos que sustentaban los trabajos y estudios que llevaban a cabo. ¿De qué perfiles estamos hablando y cómo consiguieron reclutarlos?
R: Sin duda, la sección más peligrosa de la Ahnenerbe fue el Instituto de Investigación Científica Militar. Sus investigadores tenían como objetivo coordinar e inventar todo tipo de teorías, que nada tenían de científicas, para convencer al pueblo alemán de la necesidad de acabar con los homosexuales; acabar con la vida de casi 275 mil ancianos, adolescentes y bebes con enfermedades genéticas o malformaciones mediante el programa de liquidación ‘Aktion-T4’; la creación de ‘granjas’ de mujeres para oficiales de las SS y cuyos bebes eran entregados al programa Lebensborn; ayudar a determinar, para su posterior liquidación, quién entraba en los estándares de Untermenschen (subhumanos) frente a los Übermenschen (superhumanos) germánicos de raza aria; el apoyo oficial a la eugenesia; la organización del secuestro de un cuarto de millón de niños en los países ocupados para su posterior ‘germanización’; la dirección de experimentos en prisioneros de los campos, a los que se sumergía en agua helada, se les introducía en cámaras de presión para simular despresurización en altura, se les inoculaba el tifus o la malaria, se les quemaba vivos para saber el efecto del napalm en la piel, o se les obligaba a ingerir agua salada. También diseñaron, lideraron y ejecutaron la política de saqueo de obras de arte de las naciones ocupadas; crearon en Estrasburgo, una colección de cráneos judíos para su estudio y para lo que asesinaron en las cámaras de gas del campo de Natzweiler a 150 hombres, mujeres y niños judíos; y así un largo y temible etcétera.
P: Por cierto, últimamente has tenido algunos problemas en Twitter con la portada de tu libro. Es paradójico que un libro que aborda una parte tan oscura de la historia reavive comportamientos propios de aquella época. ¿Qué reflexiones te ha motivado esta polémica?
R: Estoy seguro que la censura por parte de Twitter a la portada de mi libro alegando que “incitaba al odio” no ha sido solo por una simple portada. Si así fuera todos los historiadores que tratan la historia del Tercer Reich estarían ‘censurados’ por Twitter. Las portadas de todos nuestros libros sobre aquella época tienen imágenes que podrían herir la sensibilidad de los lectores: imágenes de campos de concentración, imágenes de las cámaras de gas y hornos crematorios, imágenes de líderes del Tercer Reich, imágenes de criminales de guerra. La censura de Twitter sobre mi cuenta no ha sido por una simple portada. Ha sido sin duda alguna por mis fuertes críticas a los dos partidos que forman parte del gobierno, sobre la gestión de la COVID en nuestro país. La censura en las redes sociales son la nueva censura del siglo XXI y los censores de las redes sociales son la unidad de bomberos de la Fahrenheit 451 de Bradbury. La pregunta que debemos hacernos es ¿quién controla a los censores? ¿quién controla a los bomberos?
Comentarios
Nos interesa tu opinión