Encuentran un bastón decorado con 15.000 años de antigüedad
El estudio de la cueva de Aizkoltxo (Guipúzcoa, España) ha permitido descubrir un bastón decorado, de época del Paleolítico Superior, que habría pertenecido a los cazadores recolectores del Norte Cantábrico. Aún se desconoce cuál era su función.
Un grupo de investigadores pertenecientes a la Universidad del País Vasco, en colaboración con la asociación científica Munibe Arkeologia Taldea, han descubierto en la cueva de Aizkoltxo, en Guipúzcoa, un bastón hecho de asta de ciervo y que posee una rica decoración animal. Este objeto, de 15.000 años de antigüedad, posee también una serie de agujeros que acompañan esta ornamentación.
¿A quién perteneció este bastón? A los cazadores-recolectores que habitaban la cornisa cantábrica. Lo más curioso de este tipo específico de bastón es que es la primera vez que se encuentra en un asentamiento de la península ibérica, pero en Francia, especialmente en la zona de Aquitania, ya se han encontrado varios. Sin embargo, estos bastones de la zona francesa presentan características diferentes entre sí, ya que solo 12 de ellos tenían agujeros como el de la cueva de Aizkoltxo ¿Por qué unos están agujereados y otros no?
Para intentar hallar una respuesta, el estudio establece relaciones con el resto de bastones encontrados en la zona francesa, especulándose con numerosas posibilidades sobre su función y sus implicaciones simbólicas. Como cita el artículo: “Diferentes investigadores han propuesto hasta 40 utilidades para los bastones perforados: Enderezadores de puntas, tensores de cables, picos de tiendas, soportes de armas, objetos para la fabricación de cestería o cuerdas, armas… e incluso, funciones simbólicas”. Son muchas las posibilidades, pero poco se sabe porque, como señalan los investigadores, pudo ser un objeto polifuncional.
El bastón fue encontrado junto a un enterramiento de época calcolítica (3.000 a. C) y otros instrumentos de carácter lítico y óseo del mismo periodo cultural que el del bastón, situado hacia el final de la época Magdaleniense (16.500-13.300 a. C). Además, este objeto fue encontrado específicamente dentro de una grieta, lo que ha llevado a los investigadores a considerar que fue abandonado de manera intencional en la cueva Aizkoltxo. Como ellos mencionan, “la pieza habría dejado de cumplir su función, se perdió o se abandonó con algún objetivo desconocido o de carácter simbólico”.
¿Cuál fue su verdadera función? Todavía quedan muchas incógnitas que resolver
Este hallazgo ha sido posible debido a la intensa labor de excavación que han llevado los arqueólogos en la zona desde 1909. El problema del lugar es su localización: en esa cueva hay gran cantidad de especies marinas, por lo que muchos cazadores a lo largo de su historia han hecho uso de ella y la han destrozado. Y, además, teniendo en cuenta que las cuevas han sido utilizadas a lo largo del tiempo por diversas culturas antiguas con la finalidad de enterrar a sus seres queridos, los arqueólogos se han encontrado restos superpuestos unos encima de otros, dificultando aún más su trabajo.
Pero, ¿cómo se hizo esta pieza? Primero se encargaron de alisar la pieza puliéndola con minerales de hierro. Y luego, tras cortarla, lograron grabar las distintas figuras animales que aparecen con diferentes grosores a lo largo del bastón. Las figuras a su vez también generan interesantes dudas a los investigadores. Algunas de ellas parece que representan conejos, burros y potros, que son animales poco comunes en las representaciones de esta época. Por lo que, pese a toda la información que puede aportar este bastón sobre las sociedades cazadoras-recolectoras en ese periodo y localización, todavía quedan muchas incógnitas que con el tiempo los arqueólogos lograrán responder.
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