El corazón "español" de Braveheart
¿Sabías que el corazón embalsamado de Robert I The Bruce estuvo en España y participó en una batalla de la Reconquista?
Robert I The Bruce de Escocia, el verdadero Braveheart, pidió antes de morir que su corazón fuera llevado a Tierra Santa. Lo que nadie podía imaginar es que la aventura acabaría teniendo un desenlace en la península Ibérica. ¿Qué pasó con aquel corazón valiente?
En lo alto del cerro Teba, a 600 metros sobre el nivel del mar, dominando el curso del río Guadalteba y su campiña, se alzan los restos del Castillo de la Estrella. A sus pies se enrige la Villa de Teba, en la provincia de Málaga, que mantiene sus casas populares y señoriales así como sinuoso trazado urbano que le valió ser declarado, en 1931, Conjunto Histórico Artístico.
Este castillo fue protagonista de una guerra de frontera, pues constituía el lugar de control del corredor natural que unía la cristiana Andalucía Occidental con el Levante Peninsular islámico.
En agosto 1330, dentro de una afrenta mayor contra el reino nazarí de Granada, un ejército comandado por el belicoso rey Alfonso XI se dirigió a Teba para tomar el castillo. Una semana después de empezar el asedio se presentaría el principal escollo al que debían hacer frente las tropas cristianas; la llegada desde Granada del enemigo musulmán, el temido general benimerín Ozmín.
El rey de Escocia le pidió a Sir James Douglas que su corazón reposara en Jerusalén
Mientras esto sucedía en la península Ibérica, Robert I The Bruce, el verdadero Braveheart, moría en Cardross, Escocia, no sin antes pedirle a sus compañeros de armas un último deseo: que llevaran su corazón a reposar a Tierra Santa.
El encargado de realizar esta última voluntad fue Sir James Douglas.
El corazón embalsamado de Robert I The Bruce fue depositado en una pequeña urna de plata para ser llevado a Jerusalén. La comitiva partió de Montrose junto a seis caballeros y veintiséis escuderos. Cruzaron el Canal de la Mancha y desembarcaron en Flandes. Allí se les unieron otros caballeros, fascinados por la noble y mística causa de aquellos escoceses. Sin embargo, antes de partir hacia Tierra Santa, decidieron peregrinar a Santiago de Compostela y ganarse el jubileo.
La comitiva con el corazón del rey de Escocia decidió peregrinar a Santiago de Compostela antes de realizar su encargo
Otros testimonios, en cambio, como el del erudito escocés Joseph Bain que, en 1879, estuvo en España buscando documentos sobre su país, habla en unas notas de una gran piedra gris que había cerca del puerto de Santander, en Vizcaya y que era "… un recuerdo a un gran guerrero llamado El Dugla, que había venido hacía mucho tiempo a luchar contra los infieles en España"
De una forma o de otra, fue seguramente la peor decisión de sus vidas porque, durante el trayecto, se enteraron de que el Papa había declarado la guerra y que Alfonso XI de Castilla acaba de iniciar en Teba una Cruzada en toda regla. Así que la comitiva caballeresca deliberó, con toda la lógica del mundo, que la tierra de las Cruzadas ya no les quedaba tan lejos, porque la tenían allí mismo, en la península Ibérica.
Fue así como el séquito puso rumbo a Sevilla, donde el regente Alfonso XI de Castilla los recibió con gran pompa y distinción. El destino de aquel corazón valiente acabó siendo muy distinto al que en un principio habían imaginado los actores de esta peculiar empresa.
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