Descubren el verdadero origen de la peste
Científicos aseguran haber encontrado la cepa más antigua de peste hasta la fecha y su origen te sorprenderá.
La peste es, sin ninguna duda, una de las grandes y peores epidemias que la humanidad ha tenido que padecer. A pesar del interés y preocupación que ha generado a lo largo de los siglos, todavía hay muchos aspectos desconocidos de esta enfermedad que requieren de investigaciones en profundidad. Una de las más recientes sugiere que la peste podría haberse originado mucho antes de lo que pensamos, tal y como señalan los investigadores en un comunicado de prensa.
A partir de una bacteria de la peste (Yersina Pestis) encontrada en un cazador-recolector de entre 20 y 30 años, se retrasa su origen en más de 2000 años. Los restos de este individuo fueron encontrados en un cementerio en el mar Báltico, en Letonia. Tras analizar sus restos, se pudo comprobar que era el único de todos los que habían sido enterrados en este lugar que conservaba rastro de la enfermedad. Además, el cadáver fue colocado cuidadosamente en su tumba, lo que demuestra que el individuo no se infectó con una versión extremadamente contagiosa de la peste.Tras la reconstrucción del genoma de la bacteria, los estudiosos consideran que podría haber sido parte de un linaje surgido hace 7.000 años, en el momento en el que se separó de su predecesora (Yersina pseudotuberculosis).
¿Pudo ser la peste la causante del brusco descenso de población al final del Neolítico?
"Lo que es tan sorprendente es que ya vemos en esta cepa temprana el conjunto genético completo de Y. pestis, y solo faltan unos pocos genes. Pero incluso un pequeño cambio en la configuración genética puede tener una influencia dramática en la virulencia", explicó el autor principal del estudio, Ben Krause-Kyora, bioquímico y arqueólogo de la Universidad de Kiel (Alemania). En definitiva, esto nos permite considerar que los genes que conforman la enfermedad llevaban ahí prácticamente desde el principio, desde periodos muy tempranos.
Los investigadores han constatado que la cepa antigua carecía, frente a las variantes modernas, del gen que permitía que las pulgas portaran la enfermedad. Por consiguiente, conforme la cepa fue evolucionando, las pulgas se acabaron imponiendo como el medio principal de transmisión de la enfermedad. Esto supuso que la velocidad con la que la bacteria infectaba a los huéspedes fuese mucho más rápida, entrando en el cuerpo y alcanzando los ganglios linfáticos para replicarse posteriormente con efectividad. Los famosos bubones y la pus, que hacen honor al nombre de peste bubónica, se desarrollaban de esta manera. A partir de este momento, la enfermedad pasó a ser letal.
Se han encontrado más esqueletos infectados con esta bacteria
Por consiguiente, la cepa antigua no podía ser transmitida por medio de las pulgas. Entonces, ¿cómo llegó la enfermedad hasta el cuerpo del cazador-recolector? Según los investigadores, posiblemente la transmisión se produjera a través de la picadura de un roedor, más específicamente de un castor, el portador principal de la predecesora (Y. pseudotuberculosis). Teniendo en cuenta las propiedades de esta cepa, el transcurso de la enfermedad en su cuerpo se habría producido de manera bastante lenta y progresiva, hasta que las bacterias se acumularon y provocaron su muerte.
Se han encontrado más esqueletos infectados con esta bacteria, pero la naturaleza y el contexto tan variado de estos cuerpos es en lo que más se han centrado los investigadores. "Casos aislados de transmisión de animales a personas podrían explicar los diferentes entornos sociales donde se descubren estos antiguos humanos enfermos. Lo vemos en sociedades que son pastores en la estepa, cazadores-recolectores que están pescando y en comunidades de agricultores-sociales totalmente diferentes", argumentó Krause-Kyora.
Sabemos que Y. pestis probablemente mató a la mitad de la población europea en un corto período de tiempo
Esta investigación podría originar nuevas teorías sobre el desarrollo de la civilización en Europa y en Asia, con la plaga como punto central de las mismas. Una de estas teorías podría relacionarse con la disminución de población que sufrió Europa occidental durante el final del Neolítico. Esto encajaría con las evidencias de la peste que se han ido encontrando en muchos sitios de Eurasia y que alcanzan una antigüedad de entre cinco y seis mil años.
En definitiva, ¿sería esta plaga la causante de un descenso acusado de la población durante este periodo? Es muy posible. Continuando con esta línea de investigación, se podrá reconstruir la evolución de la enfermedad y su historia en el recorrido humano. "Los diferentes patógenos y el genoma humano siempre han evolucionado juntos. Sabemos que Y. pestis probablemente mató a la mitad de la población europea en un corto período de tiempo, por lo que debería tener un gran impacto en el genoma humano”.
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