Cuzco: el ombligo del mundo
Hasta hace quinientos años, Cuzco fue considerada la "Roma de América". ¿Cuál fue el origen de la capital del antiguo Imperio Inca?
"Cuzco fue la prodigiosa capital del Imperio Inca, el singular corazón del Tahuantinsuyu, el conjunto formado por las cuatro grandes provincias del Incanato. Se dice que esta ciudad fabulosa fue fundada por los hermanos Ayar, aquellos seres mitad hombres, mitad dioses, de los que descendencían los incas, la dinastía de reyes de piel blanca y cabello rubio que gobernaron un inmenos territorio. Todo prodigio tuvo lugar allí, en torno a esa plaza que entiempos fuera Waqaypata, lugar de ceremonias y reuniones, explanada rodeada de palacios y templos, donde el inca celebraba sus victorias o dirigía las plegadas cada Inty Raimy. Hasta que un día, el 15 de noviembre de 1533, Cuzco, el ombligo del Imperio conquistado por los incas, conoció a su vez otros conquistadores, esta vez venidos de muy lejos… y los dioses, los viejos dioses, cedieron su lugar a otro Dios". En El Imperio del Sol (Ediciones Luciérnaga), Fernando Jiménez del Oso no termina de relatar las numerosas leyendas que se asocian a cada rincón de esta ciudad de fisonomía extremeña que es Cuzco…
EL ORIGEN DE CUZCO
Cuzco es considerada la "capital histórica" de Perú y, por su patrimonio monumental, se identifica como la "Roma de América". Se encuentra a una altitud de 3.400 metros sobre el nivel del mar y cuenta con una población próxima a los 440.000 habitantes. Fue la capital administrativa del Tahuantinsuyu, que es el nombre que recibe el Imperio Inca, a partir de cuyo centro se despliegan las "cuatro partes del mundo" que reciben los nombres de Chinchaysuyo (norte), Contisuyo (este), Collasuyo (sur) y Antisuyo (oeste). Sin embargo, y aunque ha permanecido en el ámbito académico como una manera de determinar la división regional del Imperio Inca, lo cierto es que esta terminología fue originada a finales del siglo XVI, probablemente influenciada por una perspectiva europea. Como tantas otras cuestiones, la ausencia de fuentes escritas durante el período incaico no permite saber cuál era realmente la administración regional de su imperio.
En el origen de Cuzco están presentes todos los elementos para construir una opereta de ciencia ficción
Desde su misma fundación, el origen de la que fuera capital del Incanato o Tahuantinsuyu se teje en el mismo ámbito legendario: fueron los míticos hermanos Ayar –integrados por cuatro hombres y cuatro mujeres– los que hace mucho tiempo, y después de que las aguas de un gran diluvio (Unu Pachacuti) hubieran vuelto a su cauce, salieron de la cueva en la que se habían refugiado. Los que fueran bautizados bajo el linaje de los Hijos del Sol, iniciaron entonces un largo éxodo hasta encontrar tierras fértiles que permitieran fundar una nueva ciudad.
El mayor de los hermanos, Ayar Manco, que luego pasaría a llamarse Manco Capac –que significa el glorioso o resplandeciente–, fue quien encontró el terreno propicio para cimentar la capital del nuevo imperio. Lo hizo clavando su bastón de oro –otras fuentes versionan que se trataba de una jabalina que fue lanzada– sobre la tierra. Fue así cómo comenzó a edificarse Cuzco… Esto debió ocurrir hacia el año 1280 de nuestra era.
"Algún cronista –comenta Jiménez del Oso en Viracocha– menciona también el hecho curioso de que los hermanos Ayar llevaban con ellos una caja en cuyo interior había un pájaro que les hablaba y daba consejo. Desde que conocí este relato sobre la fundación del Imperio inca, me llamó la atención que no hubiese sido utilizado por algún autor como prueba de que en el pasado peruano hubo una influencia extraterrestre. Están presentes todos los elementos para construir una opereta de ciencia ficción; desde seres qe volaban, hasta un arma prodigiosa que transformaba los cerros en quebradas, sin que falte un radiorreceptor".
La clase dirigente del imperio del Perú era de piel clara y pelo rubio oscuro. De ellos se decía que eran hijos de los dioses
Ayar Manco unido a su hermana Mama Ocllo, constituyen la pareja fundacional de la nueva dinastía que repoblará la ciudad de Cuzco. Sus descendientes, de piel blanca y cabello rubio, en contraste con el resto de la población nativa del altiplano, serán quienes protagonicen su encuentro con el conquistador español Francisco Pizarro (1478-1541) y los suyos. Así los describe el propio Pizarro: "La clase dirigente del imperio del Perú era de piel clara y pelo rubio oscuro, algo así como el color del trigo maduro. Los grandes señores y las damas eran en su mayoría blancos como los españoles. En aquel país encontré a una india con su crío, que tenía la piel tan blanca que apenas hubiera podido distinguírsela de la gente blanca y rubia. De ellos se decía que eran hijos de los dioses".
EL OCASO DE LOS VIEJOS DIOSES
Entonces, los Incas no fueron advertidos por sus dioses de que aquel encuentro significaría el ocaso de su Imperio. Tal y como relata Jiménez del Oso en Viracocha: "Así era cuando la conquistaron los españoles en noviembre de 1533. Los ídolos fueron derribados para poner otros distintos en su lugar. Los ornamentos de oro fueron arrancados y fundidos. Se destruyeron los templos para edificar otros dedicados a un dios igualmente pintoresco y absurdo. Con el transcurso del tiempo fueron cambiando su aspecto y sus costumbres, pero no perdió ese aire diferente al de cualquier otra ciudad, ese ambiente quizá mágico que aún perdura y hace de Cuzco una especie de Shambala a la que acuden peregrinos de todo el mundo".
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